Indignación por la situación de «Paca» y «Tola»

Cualquiera que hubiera visto las imágenes emitidas a través de la TPA sobre la lamentable situación en la que se encuentran nuestras queridas osas «Paca» y «Tola» y nuestro invitado «Furaco», se vería en la situación de indignación en la que se encuentra el que suscribe. Se podía decir que los osos a través de las sucesivas reducciones de los espacios destinados a su hábitat hoy

podrían encontrarse en un escenario más propio de un minizoológico que de un área de semilibertad como la que inicialmente se proyectó mediante la creación de la Fundación Oso y los ayuntamientos implicados. Tal y como fuimos testigos ayer de ver –y me consta que así llevan más de tres años– se puede afirmar que con las políticas reduccionistas llevadas a cabo en nada se propician estados naturales del hábitat propio de estas especies ni, en definitiva, se favorecen las condiciones de conservación de las mismas, lo que sin duda nos conduce a una situación lamentable, muy sentida para los lugareños.

La apatía, la dejadez y el abandono con que se ha gestionado el desarrollo de los objetivos y cometidos de la Fundación Oso Asturias parecen hoy evidentes. Años llevan limitadas a un cercado de mínimas dimensiones que, aunque permitan ser vistas por los cicloturistas y paseantes de la senda que discurre a sus pies, no favorece en absoluto la creación de condiciones que permitan y favorezcan el desarrollo y la conservación de esta especie.

Es conocido que el número de ejemplares ha disminuido de forma alarmante y el peligro de extinción del oso pardo es muy grande. Si esto ocurre, podemos perder parte de nuestra historia, ya que de su relación con el hombre, la figura del oso se ha enraizado profundamente en nuestra cultura. En esencia es éste el objetivo de la Fundación Oso de Asturias.

Se articula territorialmente a través de los concejos de Santo Adriano, Proaza, Teverga y Quirós constituyendo casi en el leit motiv de que estos municipios no hubieran caído en el olvido no sólo del resto de los asturianos sino de los turistas y visitantes que se acercan a nuestra región. Su impulso debiera ser decisivo, desde la Fundación y desde los propios ayuntamientos. ¿Quién en toda España, no sabe de «Paca» y «Tola» y de la Senda del Oso?

Es lamentable la situación en la que viven estos animales: los intentos de que tuviesen descendencia han fracasado, se gastaron un dineral en hacer un cercado nuevo que no es más que un pequeño minizoológico en el que mantienen confinadas a nuestras osas desde hace cuatro años.

El cercado original está destruyéndose poco a poco. Se proclamó a los cuatro vientos («Paca» y «Tola» los dos únicos ejemplares de oso pardo que viven en semicautividad). Mentira: «Paca» y «Tola» están viviendo desde hace cuatro años en un minizoológico, observadas por miles de personas diariamente en algunas épocas del año; ya no tienen la libertad de ser vistas cuando ellas querían: normalmente, como son muy listas, a la hora de la comida, y los visitantes aprovechaban ese momento para verlas; y cuando no tenían la suerte de verlas, volvían. No, ahora son observadas desde una atalaya en cualquier momento.

No, señores, «Paca» y «Tola» viven en cautividad y, desde hace mas de tres años, en unas condiciones de espacio mínimas, mientras que el cercado en el que deberían estar está vacío y abandonado.

¿Por qué no han sido devueltas al cercado original? Sólo se me ocurre una explicación: que no les interesan a nadie en la Administración y que, como ya son mayores, vamos a dejarlas ahí que se mueran.

¿Cuál es el cometido de la Fundación Oso? Ninguno, por lo que observamos: mantener cinco o seis puestos de trabajo, gastar 300.000 euros al año... y las osas y la senda que, son simplemente el nicho de mercado para mantener una institución obsoleta, sin funciones y sin objetivos de ningún tipo.

Aquí sólo hay una solución, que no es otra que poner fin a esta situación, sea como sea. Los vecinos de todos estos concejos no podemos permitir esto ni un día más, o nos convertiremos en cómplices con nuestro silencio de la negligencia.

Por eso sería deseable sensibilizar a las instituciones y demás responsables políticos de la gestión de estos espacios para que adopten las medidas adecuadas que permitan devolver la dignidad del ecosistema a los osos pardos favoreciendo políticas efectivas de regeneración y de biodiversidad adecuadas, para que los objetivos de la Fundación Oso Asturias sean una realidad y superar la lamentable situación actual de la que somos testigos.