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La difícil inserción social y laboral de las personas con discapacidad

2 de Diciembre del 2008 - Ángeles Alegra San Millán

Aprovechando la celebración del «Día internacional de las personas con discapacidad», desde CC OO de Asturias queremos denunciar una vez más el limitado alcance de las medidas políticas de inserción social y laboral dirigidas a este colectivo.

La recientemente aprobada estrategia global de acción para el empleo de personas con discapacidad, que se implantará entre 2008 y 2012, es un intento más de hacer efectivo el desarrollo de la ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI) aprobada hace 25 años. Una ley que, con el paso de tanto tiempo, ha conseguido quedarse desfasada hasta en la propia denominación del colectivo que ahora denominamos personas con discapacidad. ¿Qué falla en las actuaciones políticas para que haya pasado esto?

Porque si bien es cierto que la normativa europea y estatal ha experimentado avances significativos en la prevención de la discapacidad y en la atención a las personas que la sufren, también es cierto que ello no se ha traducido en una efectividad real, ni en la igualdad de trato, ni en la igualdad de oportunidades, ni mucho menos en la igualdad de resultados. Las personas con discapacidad siguen teniendo grandes dificultades para incorporarse al mundo laboral y el porcentaje de ellas que lo consigue continúa estando muy por debajo de la media del resto de población.

Son varios los factores que refuerzan la exclusión del mercado laboral de las personas con discapacidad, y uno importante lo configura el enorme peso de los estereotipos sociales sobre estas personas, que hacen que el empresariado y los empleadores tengan prejuicios a la hora de contratarlas. Otros dos factores de peso inciden igualmente en las oportunidades de su integración social y laboral: la actuación en el ámbito familiar donde se organiza su educación, se orientan sus hábitos de conducta y se fomenta un menor o mayor grado de autonomía, y la intervención desde el ámbito administrativo, que es el responsable de ofrecer los recursos o apoyos necesarios en cada etapa evolutiva, con el fin de que puedan alcanzar un nivel de desarrollo cognitivo, personal y de especialización profesional que favorezca su inclusión social y la entrada en el mercado laboral.

Y qué duda cabe que la existencia de un mercado de trabajo muy competitivo, fruto de las políticas neoliberales de las sociedades occidentales, y las tasas de paro relativamente elevadas dificultan aún más el acceso al mercado laboral a diferentes colectivos y entre ellos a las personas con discapacidad, que presentan en muchas ocasiones limitaciones funcionales y precisan adaptaciones en el acceso y ocupación de los puestos de trabajo. Las ayudas públicas para llevar a cabo esas adaptaciones han resultado insuficientes para animar al empresariado a asumir su responsabilidad social, que incumple, además, con frecuencia, la obligación legal de respetar la cuota de reserva del 2 por ciento en empresas de más de 50 trabajadores.

Pero no sólo eso, la propia normativa que establece la cuota de reserva es engañosa en su pretendida acción positiva: la estructura empresarial es mayoritariamente de microempresas, pequeñas y medianas empresas, y un porcentaje mucho menor de grandes empresas. La mayoría tiene entre uno y cinco trabajadores y menos del 1,5 por ciento tiene entre 51 a 100 trabajadores, con lo que su eficacia para integrar a las personas con discapacidad en el empleo ordinario es bastante limitada aunque se respetase escrupulosamente la ley.

Atreviéndonos a extrapolar, desde algunos estudios sobre políticas de igualdad, la expresión coloquial mirar debajo de la alfombra, para descubrir las fortalezas y debilidades de los discursos y la legislación actuales, desde CC OO reivindicamos un análisis profundo de las políticas de inserción con el fin de cuestionar su validez y visibilizar la permanencia de las discriminaciones existentes. Sólo así podremos conseguir la integración de las personas con discapacidad en todas las esferas de la vida social, incluida, lógicamente, la laboral.

Ángeles Alegre San Millán

Secretaria de política social de CC OO de Asturias.

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