Cosas de Iglesia, una pena

Una de las noticias más relevantes de la vida eclesial en lo que llevamos de verano quizá sea la publicación de la tercera encíclica de Benedicto XVI, Cáritas in veritate. Servidor no tiene la ciencia infusa que parecen tener algunos para comentar textos que no leyeron y no me quedó más remedio que leer íntegramente el texto papal. Una vez leído, me cabe decir lo mismo que en otras encíclicas anteriores: el documento contiene mensajes muy interesantes, pero, a mi modesto entender, resulta excesivamente largo y ello va a impedir, como siempre, que llegue al gran público. El Papa y sus asesores sabrán lo que hacen y servidor es poquita cosa para enmendarles la plana, pero la lógica dice que la gente lee mejor un texto corto que uno largo. Obviamente, en un texto corto no puedes incluir los matices que incluirías en uno más largo, pero lo importante es que a la geante le lleguen los mensajes que quieres transmitir y, aunque no sean tan ricos en matices, si esos mensajes los puedes resumir, y siempre se pueden resumir, ¿para qué ahuyentar a miles de posibles lectores con un texto de cien páginas? Un texto del Papa breve aparecería en todos los periódicos y, en su defecto, lo podríamos fotocopiar en las parroquias para todos los fieles, pero uno de cien páginas ni lo publican los periódicos, salvo dos revistas de Iglesia, ni lo podemos fotocopiar en las parroquias... ni lo lee casi nadie. En fin, una pena.

El cuento de la buena pipa del nombramiento episcopal para Asturias en el momento de escribir estas líneas aún está sin resolver. En la inagotable mina de chismes eclesiásticos que se cuentan en internet ha trascendido que la terna propuesta a Roma iba encabezada por el obispo de Bilbao, monseñor Blázquez, pero sucede que en Roma no siempre eligen al primero de la terna. ¿Quiénes eran los otros dos? Ver, veremos. El caso es que hasta nuestro arzobispo emérito, don Gabino, se ha lanzado a la piscina, mostrando sus preferencias por monseñor Blázquez. Pero la opinión de don Gabino cuenta tanto en Roma como la de la UGT con Franco, como quedó de manifiesto hace siete años, cuando se atrevió a pronosticar que Osoro no sería su sustituto. ¡Simpático patinazo aquel! Leo en un periódico que tanto don Gabino como algunos colegas sacerdotes piden un obispo con sensibilidad social. ¡Pues vale! Pero se supone que todos los obispos deberían tener sensibilidad social. Puestos a pedir cualidades básicas y elementales, servidor pediría un obispo con sentido común, porque a veces, entre teologías, filosofías y elucubraciones varias, algunos parecen olvidarse del más común de los sentidos. Y, sobre todo, pediría un obispo que sepa trabajar en equipo y que se deje asesorar, sin que ello implique que se deje manipular. Pero el caso es que, venga el obispo que venga, venga ya. Tenemos dos seminaristas que acabaron la carrera y no se pueden ordenar de diáconos, dos diáconos que no se pueden ordenar de curas y varias parroquias sin párroco, por no hablar de otros asuntos de palacio, que están parados. Encima que hacen los nombramientos episcopales sin contar prácticamente con la base, en este caso con los laicos y curas de Asturias, en Roma tardan la tira en nombrar. En fin, una pena.

Del panorama nacional, por destacar alguna noticia de esas que quedan en un segundo plano, se me ocurre decir dos cosas sobre la autorización gubernamental a la TDT de pago. El Gobierno socialista le puso los cuernos a Prisa, cuyos medios fueron los palmeros más significativos de los sociatas durante los últimos lustros (entre otros, la cadena SER, el diario El País, la televisión Cuatro y Digital+). Este último se llevaba la parte del león de la tele de pago, pero, como dice la versión chabacana de la ley de Murphy, siempre cabe la posibilidad de que aparezca un nuevo pelotas que deje en pelotas a los más pelotas. Y apareció la cadena Sexta, palmeando con más fuerza e incensando a los sociatas con más descaro que los de Prisa, que ya es decir, y, como favor con favor se paga, el Gobierno aprovechó el sesteo veraniego para tirar de decreto y así el millonario Roures seguirá engordando su chequera con el fútbol de pago. Como ves, paciente lector, la vida sigue igual: en la primavera los sociatas adoptaron como lema aquello de: a los banqueros millones y a los africanos condones; en el verano la consigna parece que es: a los millonarios más millones y a los parados, 420 euros. No rima, pero es lo que hay. En fin, una pena.

Hablando de millones, parece que el panorama regional está más negro de lo que parecía, que ya es decir: el agujero de El Musel parece que se agranda cada semana y estos últimos días algún personaje de esos de traje y corbata ha dejado caer un globo sonda sobre el posible cierre de algún hospital. Vamos, que no hay dinero para la sanidad pública... Pero hete aquí que la televisión autonómica (TPA) se ha gastado, según comentan en Radio Macuto, tres millones de euros de los asturianos para comprar partidos de la llamada Champions League, en la que no juega, ni en los sueños más optimistas, ningún equipo asturiano. En fin, una pena.

Y del panorama local ovetense, qué te voy a contar que no sepas. El Alcalde afirmó en su día que podía gobernar la ciudad con el teléfono móvil y con eso está todo dicho. Dicen que aparece poco y cuando lo hace se pierde, intercambiando insultos con sus rivales políticos, haciendo unos y otros más méritos para que los boten que para que los voten. En fin, una pena.

P. S. (Como no todo van a ser penas, a ver si otro día me sale un discurso más optimista).