El fútbol podría llegar a ser un deporte educativo
Lo que implica que, actualmente, no lo es, como quedó de manifiesto en el fantástico debate celebrado el pasado lunes 11 de abril en el Club Prensa Asturiana titulado "Educar para el deporte es educar para la vida".
En un ejercicio de autocrítica sin precedentes, todos los ponentes coincidieron en que se dan comportamientos intolerables cada fin de semana en los campos de fútbol base, y las instituciones miran para otro lado, en palabras de Gonzalo Llano, presidente del Veriña Club de Fútbol.
Ese punto de vista menos idílico del fútbol en edad escolar del que se habló, fruto de la experiencia de años de los ponentes, queda avalado por no una, sino por tres recientes tesis doctorales de la Universidad de Oviedo, a cargo de Rolando Díaz ("Deporte escolar en Asturias", donde se concluye que lo competitivo está por encima de lo educativo); de Alejandro Carriedo (la contemplación de imágenes deportivas agresivas o que incumplen las reglas o la ética son legitimadas por el espectador, no se critican) y de Roberto Llamedo (los alumnos en Educación Física, en contra de lo que se pueda pensar, se muestran más motivados por mejorar en la tarea que se les proponga que por ganar y superar al contrario), algo que dejó entrever José Antonio Cecchini en la lección inaugural del actual curso académico de la propia Universidad titulada "El deporte y la educación en valores", con la conclusión de que la creencia de que hacer deporte desarrolla valores no se sostiene.
Y digo que puede llegar a ser porque ya hay casos de fútbol educativo, pero son los menos, casi anecdóticos, como es la escuela de fútbol de Iñaki Artabe, en La Fresneda, o la propia escuela de la que habló y en la que está involucrado el propio Diego Cervero, donde tienen por norma que jueguen todos los niños en cada partido y donde los estudios son más importantes que el fútbol, pero a la vez se pide a los padres que no castiguen sin entrenar a los niños por las notas, y, en resumen, donde la formación de personas está por encima del resultado deportivo, de ganar a cualquier precio.
Ahora las instituciones tendrán una gran oportunidad de cambiar esto, que debería avergonzarnos, empezando por la principal institución en materia deportiva, la Dirección General de Deportes, con la próxima nueva ley del Deporte de Asturias. Y hay espejos donde mirarse; Gonzalo Botas puso de ejemplo el rugby, deporte también de equipo en el que lo principal, especialmente en la base, es siempre la educación y de ninguna manera se consienten no ya insultos o presiones de entrenadores y padres, ni siquiera faltas de respeto al rival. Y tienen normativa al respecto. Y se aplica.
También se insistió en que, en contra de lo que suele suceder, los mejores y más formados entrenadores deberían estar no con la élite, sino ¡con los niños! De esta forma, en palabras de Carlos Souto (el fantástico jugador asturiano de rugby y de la selección española, ahora mismo al frente de la escuela deportiva del Real Oviedo Rugby), tendremos mejores jugadores y mejores personas. Eso sí, habría que pagarles, claro está, como se paga a cualquier profesional, si queremos a gente formada y profesional.
En resumen, muchas y muy buenas ideas salieron de ese debate organizado por la Asociación de Derecho Deportivo, que ayudarán, si se aplican, a hacer del deporte rey en Asturias un deporte educativo.
Óscar García Busto, profesor de Educación Física del IES Pérez de Ayala
Oviedo
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