Despedida a un buen hombre
El barrio gijonés de El Coto, acaba de perder a uno de sus vecinos más conocidos y apreciados en la zona, Quique el del Hogar del Pensionista. Llevaba años padeciendo las consecuencias que en una excursión de montaña le había producido la picadura de una garrapata, y tras muchos ingresos hospitalarios y frecuentes recaidas, el pasado viernes 15 de abril, se nos fue, dejando hondo pesar entre cuantos le conocíamos.
Quique, era uno de esos hombres que uno se queda con el convencimiento de que vienen a este mundo para hacernos la vida más soportable y llevadera a todos los demás; te lo encontrabas y siempre tenía algo que decirte de un modo tan especial, simpático y agradable, que aún en esos días grises, anímicamente hablando, que todos padecemos de cuando en cuando, él sabía dar con la palabra o la frase apropiada para hacerte sonreír y levantarte el ánimo haciéndote ver que tras la tempestad siempre viene la calma.
Yo no frecuento el Hogar del pensionista, pero a juzgar por los cientos de personas que acudieron a despedirle, tanto al tanatorio como luego al funeral en la iglesia de El Coto, así como por las afectuosas palabras que don Fernando el párroco del barrio le dedicó como despedida, deduzco que mi particular estima, tanto hacia él como a su familia, era compartida por la mayoría del vecindario de El Coto, (D. E. P.).
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