Valores irrenunciables

Decía Winston Churchill que un político se convierte en estadista cuando deja de pensar en las próximas elecciones y pasa a pensar en las próximas generaciones. No pude evitar recordar esta frase de quien fuese primer ministro del Reino Unido cuando, en la convención regional de Foro Asturias celebrada el pasado sábado 17 de septiembre en el auditorio de Pola de Siero, Francisco Álvarez-Cascos llamaba a anteponer los intereses de Asturias a los intereses de Foro, reivindicando que el objetivo de nuestro partido no debe ser conseguir cargos, escaños o gobiernos, sino cambiar Asturias.

Y es que en estos tiempos en los que más que solucionar los problemas de los ciudadanos lo que importa es tener presencia en las redes sociales y en las tertulias en "prime time", anteponer los intereses generales a los intereses partidistas no es precisamente la tónica habitual. La inmensa mayoría de los partidos políticos se han convertido en una suerte de máquinas que, dejando a un lado los principios y valores, se preocupan únicamente de ganar elecciones. Evidentemente, nadie cuestiona que uno de los principales objetivos de los partidos políticos debe ser ganar elecciones, para así poder implantar las medidas que se consideren adecuadas, pero estas victorias no se pueden obtener a cualquier precio ni, desde luego, su búsqueda puede provocar que se modifique el discurso a conveniencia. La meta de los partidos políticos no debe ser únicamente ocupar el Gobierno, sino que debe ser mejorar la vida de los ciudadanos ya sea gobernando, estando en la oposición o, incluso, no teniendo representación, tal y como demuestran los candidatos de Foro en, por ejemplo, Oviedo y Avilés.

Foro y sus militantes tenemos bien claro que a la política se viene a servir a los ciudadanos, y no a satisfacer los egos personales ni a desarrollar eternas carreras políticas, tal y como demuestran cada vez que tienen ocasión los representantes que el partido tiene en todas las instituciones. Desde el concejal del municipio más pequeño hasta el diputado y senadora que representan a Asturias en Madrid, pasando por los tres diputados autonómicos, todos se dejan la piel para defender nuestros sectores estratégicos, aliviar la presión fiscal que sufrimos los asturianos o defender a capa y espada nuestra sanidad y educación públicas. En definitiva, los miembros de Foro se dejan la piel para seguir enarbolando aquella bandera de rebelión cívica surgida en el año 2011, a pesar de los intentos de nuestros adversarios políticos de que la arriemos y renunciemos a restablecer la vitalidad y a despertar las conciencias en la adormecida sociedad asturiana.

Más allá del número de escaños, de alcaldías o de concejales que tengamos, Foro hace muy bien en no cambiar ni una sola coma del discurso con el que nació y ganó las elecciones en el año 2011. Los problemas de Asturias siguen siendo los mismos que hace cinco años, incluso agravados por la inacción de un presidente autonómico que ni quiere ni sabe sacar a Asturias de su senda de decadencia. Pero lejos de generar desánimo, lo que genera en los diputados, senadora, concejales, alcaldes y dirigentes foristas esta ausencia de un Gobierno solvente que dé soluciones a los asturianos es una mayor fuerza que les permite seguir adelante, con más ahínco que nunca, defendiendo en la Junta, el Parlamento, el Senado y los ayuntamientos los intereses de todos los asturianos.

Nuestro partido debe continuar teniendo, como hasta ahora, esos principios claros que llevaron a la sociedad asturiana a confiar en nosotros para sacar a nuestro país de su letargo. Principios a los que no debemos ni podemos renunciar bajo ningún concepto, independientemente del respaldo que los votantes nos den en las urnas o de las críticas de los que ya no están o de los que pretenden irse. La democracia interna, el respeto tanto a nuestros estatutos como a las decisiones de la comisión directiva, la autonomía municipal de todas las comisiones locales y, sobre todo, el amor a nuestra tierra deben ser las directrices sobre las que pivoten absolutamente todas nuestras actuaciones y decisiones políticas. Todos los militantes de Foro deben tener claro, y en su caso revalidar, su compromiso con esos principios que Álvarez-Cascos tan bien enunció en el congreso fundacional celebrado en La Campana hace ya más de cinco años, y que tan bien se esmera en preservar Cristina Coto al frente de la dirección de Foro. Sería especialmente muy de agradecer que los autodenominados críticos dejaran de escuchar los cantos de sirena que nuestros enemigos mediáticos y nuestros rivales políticos les lanzan con el único objetivo de provocar debilidad en el único partido que antepone los intereses de Asturias y los asturianos a los suyos propios. Sin darse cuenta, hacen más daño a Asturias que a Foro.

Adrián Pumares Suárez, portavoz de Foro en el Ayuntamiento de Laviana