Noventa años de historia
Me voy a mi archivo y compruebo que el primer Colegio libre se trató de formar sobre el año de 1.901 .Los Agentes, en esa época, no estaban unidos y la cosa empezó a tomar cuerpo a través de un artículo que José Ortega y Munilla.-padre del filosofo Ortega y Gasset.- publicó al título; "El hombre del baúl", en referencia a la vida intensa del viajante.
Los por entonces libres comisionistas en agradecimiento le ofrecieron un homenaje y, en ese día nace la idea de unirse y reivindicar el reconocimiento de esta digna profesión. Llegamos a 1.922 y en la Cámara de Comercio de Madrid se reúnen agentes de toda España. Años más tarde, en Enero de 1.926,01 Rey Alfonso XIII y el ministro de Trabajo y Comercio Eduardo Aunós firman el decreto. Días después Emilio Coll preside la primera junta Nacional de Agentes Comerciales.
La actividad de otras provincias es enorme y en poco tiempo nos vamos a unos setenta Colegios entre ellos el de Oviedo, que hoy preside de forma eficaz Emilio Fernández Corral y su Junta Directiva.
Me gustaría saberles contar, por las vivencias y aprendizajes que de ellos conocí, la verdadera humanidad del Agente Comercia. Ellos representan uno de los elementos más dignos de la vida mercantil. Es por su aprecio y estima un hombre laborioso y honrado que, cartera en mano y baúl sobre ruedas, sale de miles de kilómetros en su recorrido de pueblo en pueblo. Recuerdo que el novelista Balzac se ocupó de piropearlos alabando su constancia y entrega.
Qué decir de su intensa labor de aventuras y luchas en el logro de esa conquista de negocio, que al margen de cifras, sabe dar y mantener la solvencia precisa para el mejor de los entendimientos. Digo esto porque los visitantes del comercio no tienen límites en horarios, se acomodan a las, que el cliente marque. Es una obediencia, educada y correcta, que acaba en amistad y afecto compartido.
Antetítulo: Con sabor a guindas
De cómo nacio y se desarrolló el Colegio de Agentes Comerciales de Oviedo
El agente no descansa lleva siempre la ilusión y esperanza como compañeras y hace lo posible y lo imposible para el bien de su empresa y clientela. Me gusta decir que en la Universidad de la vida es donde más se aprende y el agente forma parte de sus aulas, en ese camino al andar de tiendas, almacenes, fondas y otros muchos deberes donde va recogiendo ese otro equipaje de humanidad que el mundo transmite e sus diversas y complicadas asignaturas.
En mis viajes la figura del viajante era mi debilidad. Me gustaba fisgar aquellas maletas con multitud de pegatinas, que como hojas de ratas mostraban vivencias y. recorridos por múltiples lugares. Siempre pensé que esos equipajes, con nombre propio, eran destellos de faros que habían buscado por las tierras de España el desarrollo de la riqueza nacional.
De aquí mi admiración por estas personas, hombres y mujeres, que como el poeta hacen camino al andar y que son escogidos por el destino, para que con su palabra, fácil y alegre, y dándolo todo, sean, un poco, como esos predicadores de esperanzas que poniendo lo digno antes que lo práctico ofrecen el mejor de los cumplimientos.
Yo, particularmente, me atrevería a titularlos como personas que ejercen ese "bien común” en continuo goteo, ejerciendo con cuerpo y alma para que fluya ese espiritual sentimiento de relación bien entendida, entre partes, en el logro de ese bienestar compartido.
Hablo al principio de historia de su fundación, y al día de hoy, pienso, que por mucho que cambien los tiempos, en este mundo de globalización, en ocasiones difícil de aceptar, e innovaciones, un agente comercial seguirá siempre esas estrictas normas que marque su conciencia porque lleva unida a su piel esa responsabilidad de una forma educada, en palabra y presencia, como cimiento y respeto, de obligado cumplimiento a sus clientes y empresas.
Aunque llevo arios dedicado a mi empresa y ya no ejerzo como agente sigo desde hace más de 55 años colaborando y estoy seguros que con su esfuerzo le esperará siempre al Colegio un futuro esperanzador. Un corzo para todos.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo