Armando Álvarez, una vida de entusiasmo
Toda su existencia estuvo marcada por el buen vivir, la familia, la amistad y, especialmente, por un entusiasmo intenso en el día a día. Y esa actitud formó parte de su tarea profesional y ociosa, siempre haciendo gala de una casta y estilo impecables. Personas como Armando son fundamentales en una sociedad necesitada de ideas, ánimo, esfuerzo y sensaciones. Y en su deambular vital así se mostró este caballero ovetense y asturiano. En su mente, las ideas eran ebullición, planes y mucha acción positiva, que a la postre conformaban realidades, como ocurrió con aquel legendario equipo de hockey sobre patines llamado La Cibeles, que marcó una época dorada en el tránsito por este deporte. Y Armando se entregó en cuerpo y alma desde del cargo de presidente para cumplir con sus propósitos y sus proyectos. El éxito deportivo fue la tónica general bajo los buenos auspicios de esta gentil persona, y este conjunto deportivo situó a Asturias a un nivel sobresaliente en esta disciplina del patín y la bola. Pero donde Armando brilló con notoriedad fue en el campo de la gastronomía y los vinos de calidad. Fundador de la asociación micológica La Corra de Oviedo, animó con sus orientaciones y consejos a conocer y disfrutar del universo de las setas cuando esta región era micófoba en todo su perímetro y el desprecio por esta carne vegetal era lo más frecuente. Y entre setas y óptimos vinos, Armando vivía a fondo la historia de los quesos regionales y nacionales, una faceta que dominaba como pocos por su estudio minucioso y sus catas vecinales con los animados amigos Jorge Juan y Javier del Valle, entre otros. Y con ese bagaje conformó una cofradía pionera en Asturias con la intención de defender y apoyar el presente y el futuro de los quesos asturianos. Y Armando era el alma máter de esa agrupación por su carácter, sapiencia, talante y amistad. Su personalidad superaba el ambiente lúdico de las cofradías enogastronómicas y su presencia en sí misma era el refrendo de una jornada intensa y emotiva... Así lo demostró por toda España y media Europa, llevando el estandarte de los quesos asturianos como emblema y proyección. Armando, allá donde estés y yo creo que tu destino es el paraíso bíblico, disfruta a fondo de esa eternidad feliz y cuida de nosotros con mimo y verdad. A tu esposa, María Luisa, y familia, mucha entereza y resignación para superar este complejo trance.
Los quesos asturianos y sus amigos del Círculo Gastronómico te echarán mucho de menos y te recuerdan con emoción y afecto. A pesar de esta orfandad terrena, en cada cata y encuentro culinario siempre estará la presencia de Armando, un caballero de leyenda y entusiasmo. Y ya sabes, todos los días, queso y un queso al año...
Carlos Cuesta, presidente de la Asociación Asturiana
de Periodistas y Escritores de Turismo (Aspet)
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