Al consumo cero de alcohol entre menores
Crear una norma para evitar que los menores consuman alcohol es una promesa que anteriores gobiernos han realizado ya, pero que ninguno ha llegado a culminar a pesar de ser la gran demanda social, la de querer erradicar este problema y garantizar la salud de los jóvenes, de sentido común y de una lucha inútil. Podemos estar de enhorabuena ante el hecho de contar con una nueva normativa creada con el objetivo de garantizar la salud de los jóvenes, lástima que para ello tenga que ocurrir casos graves de menores, como la muerte de una menor de 12 años por coma etílico y la hospitalización de otra por las mismas causas, todo en poco menos de un mes y por el consumo excesivo de alcohol.
La muerte de la menor ha puesto de relieve la urgente necesidad de implantar una nueva ley que frene el consumo de alcohol entre los más jóvenes, elevando la edad de inicio de consumo y reduciendo el inicio de acceso de los menores a estas sustancias, para así evitar el consumo tempranero que conlleva una adición.
Cuando estos días leía el último informe Estudes que elabora el Ministerio, no se puede mirar para otro lado, vemos que la edad de consumo de alcohol cada vez es más baja y se sitúa en los 13,8 años y aunque los menores de esa edad que consumen alcohol lo hacen de forma ocasional, los 15 años es la edad media de los que toman bebidas alcohólicas de forma periódica. Y no sólo debe preocupar esa edad temprana de inicio, sino que dos de cada diez menores se han emborrachado, sin diferencias entre chicos y chicas, la cifra ésta que nos da la encuesta lo dice todo, habla por sí sola de la urgente necesidad de la nueva ley que aporte a la sociedad la sensibilización necesaria para abordar con firmeza el grave problema. Multar a los padres, base de la nueva ley, los padres juegan un papel muy importante, la ministra de Sanidad en el documento deja claro que los padres, tutores o guardadores serán los responsables subsidiarios, es decir, que las multas impuestas a sus hijos, aun cuando sobre ellas se tipifiquen como muy grave que puedan alcanzar los 600.000 euros, los padres aquí jugarán un papel muy importante, es decir, que el dinero de las multas saldrá de sus bolsillos. No se puede jugar con la vida de los jóvenes, son los creadores de la humanidad, y se está haciendo, no puede permitirse esta situación a la que hemos llegado, tal vez un Gobierno con la flexibilidad necesaria pero firme en las “medidas drásticas” no se hubiera alcanzado un porcentaje tan elevado entre menores consumidores de bebidas alcohólicas o haría más imposible una visión atractiva del consumo de alcohol.
Benigno Martínez-Fuego
Mercenado, Siero
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