La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » Sacerdote, intelectual y hombre bueno

Sacerdote, intelectual y hombre bueno

4 de Octubre del 2017 - Agustín Hevia Ballina

Siempre es triste recibir las notificaciones del fallecimiento de un sacerdote. En tal situación me encuentro al acabar de recibir del Secretariado de Medios de Comunicación Social la noticia de la muerte de mi querido amigo, Jesús Luís Díaz Higarza. Mi primera reacción ha sido un “Dios lo reciba en su gloria”. Porque, efectivamente la despedida de un hermano sacerdote viene ante todo a producir en nosotros una sacudida en los hondones del alma, siendo como un campanillazo de llamada a ejercitar la fe en la vida eterna.

Mi primer recuerdo de Luis se remonta al año 1967. Acababa yo de realizar la Licenciatura en Filología Clásica en la Universidad Pontificia de Salamanca. De manos de Don Francisco Martínez acababa de recibir el nombramiento que me acreditaba como profesor de Latín y Griego en el Seminario Metropolitano de Oviedo. Se hallaba Jesús Luis en sexto curso de Retórica. Era para mi el inicio de las tareas docentes, con tanto gozo desempeñadas en mi querido Seminario. Con los alumnos que entonces afrontaba por primera vez, me encontré con un plantel de discípulos entregados a la tarea de su preparación para el sacerdocio. Entre ellos destacaba Jesús Luis. Traducíamos el Libro VI de La Eneida en las clases de Latín y el Libro I de la Ilíada, en las de Griego. Recuerdo que, entre otras muchas cosas, aprendíamos de memoria los 50 primeros versos del libro homérico, con su medida de los hexámetros que nos iniciara en el ritmo de los versos latinos y griegos. Siempre encontré en Jesús Luis el interés y entrega al estudio, que le capacitara para mejor servir a la Iglesia de Cristo.

Uno mira hacia atrás y siente la añoranza de aquellos tiempos en que el Latín y el Griego formaban parte de la Paideia del bachillerato, recordando aquellas clases casi con un nivel universitario. ¡Dichosa edad y tiempos dichosos aquellos!, rememoraré con el clásico.

Luis era un excelente alumno, siempre con las lecciones preparadas, con las últimas explicaciones bien asimiladas. Interesado siempre en profundizar más en las materias.

Ojo, debe llevar un epígrafe de Obituario

Subtítulo: La vocación de servicio de Jesús Luis Díaz Higarza, un hombre entregado a la Iglesia asturiana y a los demás

He seguido después la excelente trayectoria de mi gran amigo, Jesús Luis. Reviso el “curriculum” casi excepcional de mi antiguo alumno, de mi amigo. Hay una pequeña omisión, que yo quiero recordar con cariño. Fueron los servicios que prestó, sustituyéndome unos meses en las misas de mis parroquias, de San Andrés de Valdebárcena, de Santa María de Lugás y de San Juan Evangelista de Camoca. Estaba yo superando la convalecencia de mi operación de cáncer y desde San José de Pumarín, en Oviedo, estuvo yendo unos tres meses a mis parroquias. Nos lo recordábamos, con agradecimiento a Dios por la superación del mal trago personal. Hasta hace poco, mis feligreses me seguían preguntando por Jesús Luis y, con más interés, desde que yo les dije que lo encomendaran al Señor, pues su enfermedad ofrecía malos presagios. En la misa del próximo domingo tendré ocasión de que ofrezcamos el sufragio de la Eucaristía por su eterno descanso.

Hoy la noticia es que falleció el lunes, dos de octubre, tras una larga y dolorosa enfermedad. Para Luis todas sus ilusiones estaban en sus vivencias en el concejo de Teverga. Nació allí en el año 1950 en la Parroquia de San Miguel de La Plaza. Fue ordenado sacerdote en 1975, después de haber ejercido el diaconado en la Parroquia de la Sagrada Familia de Villalegre de Avilés en los años 1974-75. Sus primeras dedicaciones pastorales lo llevaron a las tierras de Cangas del Narcea, concretamente a las parroquias de San Pedro de Bimeda, San Acisclo de Piñera, San Vicente de Villategil. Para su iniciación en el sacerdocio, los primeros pasos lo llevaron a una acción pastoral entregada y de inmersión cultural en la vida íntima de sus parroquias. Supo entregarse plenamente a los feligreses, que con cariño le siguen añorando.

De Cangas del Narcea, un cambio radical. La panorámica que se abrió ante sus ojos, a partir de 1981, fue de unas características de contraste con su mundo rural, en que hasta entonces venía inmerso. El nuevo destino lo llevó a cura regente de san Juan Bautista de Mieres y del Cristo de la Peña, adyacente a la anterior. Jesús Luis supo adaptarse a la nueva pastoral, que compartía con el párroco de San Juan de Mieres, Don Nicanor López Brugos. Su tarea en Mieres culminó con el nombramiento de Vicario Episcopal de la Vicaría Sur. Casi simultáneamente fue nombrado profesor de Teología Moral del Centro Superior de Estudios del Seminario Metropolitano de Oviedo. Participó en la Pastoral Universitaria, fue director de la Escuela de Doctrina Social de la Iglesia, miembro del Consejo Diocesano de Educación Católica, profesor del Centro Superior de Ciencias Religiosas, miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores, presidente del Patronato de la Escuela de Formación del Profesorado “Enrique de Ossó”. Ejerció también de miembro del Consejo de Pastoral Diocesano, fue también Delegado de Enseñanza y Pastoral Educativa, cargo en que hubo de afrontar nuevas corrientes en la política y en la vida pastoral diocesana.

Desde el año de 2012 hasta su fallecimiento era párroco de San Miguel de Pumarín, en Gijón, además de compartir tareas en el Consejo Presbiteral, en el Colegio de Consultores en el Consejo pastoral diocesano y docente del Instituto de Ciencias Religiosas “San Melchor de Quirós”.

Fuimos muchos los que hemos vivido con honda preocupación el proceso de una enfermedad que se sabía incurable. Hemos encomendado su alma al Señor. Esperamos que el Señor lo tenga en su gloria. Que para él las palabras de Jesús habrán sido ya una realidad: “ven, siervo bueno y fiel, puesto que has sido fiel en lo poco, recibe ahora el premio de lo mucho, entra en el gozo de tu Señor”. Querido Jesús Luis: te has anticipado para prepararnos un camino, a cuyo seguimiento estamos todos llamados. Para ti el tiempo de merecer ya ha obtenido su cumplimiento. Hasta ahora hablabas de Dios, como en una imagen reflejada en un espejo. Ahora lo estarás viendo ya cara a cara. Ya has llegado a la meta, ya has culminado la carrera. Para lo sucesivo, te está reservada la corona de gloria que no se marchita y que te dará el Señor, Juez justo, y no solo a ti, sino a todos los que aguardan tu venida

Nos ha dejado un sacerdote de Cristo, que continuará intercediendo por nosotros ante el Señor. Nos ha dejado un intelectual, que ha puesto al servicio de la Iglesia los talentos que tan abundantes puso el Señor en su vida. Nos ha dejado un hombre de bien, que, en sus vivencias de comunicación, solamente encontró una palabra con pleno sentido en su vida. Ella fue la de servicio. A lo largo de sus sesenta y siete años, solamente un verbo supo conjugar en su existencia: el verbo servir, servir a las comunidades a cuyo frente fue colocado por la jerarquía de la Iglesia, a las instituciones intelectuales a cuyo servicio estuvo sin restricciones, no imponiéndose ninguna rebaja, sino dándose enteramente, en los carismas, con que el Señor le enriqueció, al servicio de los demás. Jesús Luis, la Iglesia que peregrina en Asturias no olvidará los servicios de tu entrega a los demás. Gracias por tu servicio en plenitud a la Archidiócesis de Oviedo.

Cartas

Número de cartas: 45106

Número de cartas en Abril: 122

Tribunas

Número de tribunas: 2036

Número de tribunas en Abril: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador