Extra no, pago de atrasos
Desde hace unos años, los pensionistas tenemos que soportar en los meses de julio y diciembre la matraca de ciertos medios de comunicación, y de informaciones y opiniones interesadas, sobre el insostenible estado del sistema público de pensiones.
Ahora según se dice, el Gobierno ha vuelto a tener que hacer uso del fondo de reserva o “hucha de las pensiones”, para hacer frente al pago de la mal llamada extra de Navidad a los pensionistas. Digo mal llamada porque dicho así, “paga extra”, es casi como si se nos estuviera regalando algo, cuando la verdad es que hemos sido los sufridos pensionistas quienes hemos estado haciendo de prestamistas del Estado permitiendo que se nos pague en diferido una paga que es la suma de seis sextas partes de nuestra paga o pensión mensual.
Sin pretender ir de listillo, soy consciente de que muchos pensionistas desconocen que la pensión se calcula en cómputo anual y se divide entre catorce pagas, que, lógicamente, son más pequeñas que si se dividieran entre doce; y justo de esa división del cómputo anual es de donde vamos acumulando el derecho a percibir doble paga en los meses mencionados.
Ya sabemos que el sistema, en la actualidad, y desde la crisis a esta parte, está teniendo problemas de tesorería por recaudar en cotizaciones menos que lo que desembolsa en pensiones; pero no podemos permitir que de alguna manera se nos considere culpables a los pensionistas actuales de dicha situación. Alguien o algunos queda claro que no supieron hacer los oportunos cálculos a su debido tiempo y aplicar las reformas oportunas que evitaran la actual situación, y ahora aprovechan la mala situación del sistema como arma arrojadiza para tratar de desgastar a sus oponentes políticos. Cuando se hacen reformas laborales pretendiendo ser un país competitivo en base a tener salarios bajos y sin fijarse en el desequilibrio que ello puede provocar en el resultado final del balance de las cuentas empresariales, a favor de muchas de éstas y en perjuicio de trabajadores y también de la tesorería de la Seguridad Social, que ve que, aun aumentando el número de cotizantes, el cómputo total por cuotas parece que cada vez es más insuficiente y deficitario para el sistema, pues acaba pasando lo que ahora pasa.
No es mi intención buscar culpables, pero, por favor, a los pensionistas no nos metan en ese galimatías. Nosotros nos pasamos la vida trabajando y cotizando al sistema, e incluso ahora se nos resta buena parte de la pensión en pagos al IRPF, para disfrute de tanto “golfo” como por ahí pulula y, por tanto, sólo queremos disfrutar del derecho a cobrar nuestra merecida pensión hasta el mal día en que nos toque entregar la cuchara definitivamente y exclamar: ¡Ahí te quedas, perro mundo! Que para la mayoría de los que fuimos asalariados, creo que no se merece otro calificativo mejor que el de perro, aunque algunos canes hayan tenido, quizás, mejor vida que algunos sacrificados asalariados y hoy pensionistas.
José Luis Álvarez Lauret,
Gijón
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