Los usuarios del taxi, grandes afectados

Como usuaria habitual del taxi me dirijo a Ricardo Fernández, concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Oviedo, en base a la implantación de un descanso semanal obligatorio a los taxistas sin haber dado ningún tipo de explicación a los usuarios, que somos los principales afectados. El resultado de su decisión es de cuarenta y cinco taxis menos en la ciudad cada día.

Leyendo en LA NUEVA ESPAÑA sus justificaciones (ejemplar del 9 de noviembre de 2017), expone que salvo en momentos muy puntuales hay más taxis que demanda, lo cual es cierto. Pero obvia algunos detalles.

Durante las horas punta se hace más difícil conseguir un taxi en un corto periodo de tiempo, olvidándose, en este caso, del colectivo más vulnerable que se ve afectado por la decisión, el de la tercera edad. Normalmente estas personas optan por el taxi frente a otros transportes para desplazarse. Fundamentalmente lo hacen para dirigirse a consultas médicas. ¿Va a usted a desatender a este colectivo durante la semana cuando tengan que esperar aún más por un taxi en esas horas puntuales a las que usted se refiere? ¿No tiene nada que decirles? Posiblemente estén esperando una respuesta.

Igualmente, me gustaría saber qué respuesta les dará a los vecinos de la periferia de la ciudad, como Trubia, Villapérez, Olloniego, etcétera. Estos vecinos de Oviedo en ocasiones han de esperar por un taxi hasta treinta o cuarenta minutos. No quiero imaginar su tiempo de espera con cuarenta y cinco taxis menos.

Lo que más me sorprende es que los taxistas se hayan enterado de su decisión por el periódico, incluidos los presidentes de las asociaciones del taxi, a excepción de un reducido grupo de asalariados que, según me cuentan los taxistas con los que habitualmente hablo, han negociado con usted y hasta han elaborado el calendario de descanso enviándolo vía Whatsapp a los taxistas. Yo le pregunto ¿quiénes son estos pocos asalariados para regir los destinos del taxi cuando los profesionales eligen democráticamente a sus representantes? ¿Pretende usted aumentar el número de licencias en la ciudad? Hay que explicarles a los ciudadanos que las nuevas licencias que otorgue el Ayuntamiento les corresponderán a los asalariados más antiguos sin coste alguno. Eso me hace intuir que su decisión se encamina a beneficiar a algunos asalariados. Durante las horas puntuales habrá más demanda de taxis, posiblemente protestas, y será su excusa para otorgar nuevas licencias mientras cuarenta y cinco taxis se encuentran fuera de servicio cada día.

Usted dice que toma esta decisión contando con el aval de los técnicos, para velar por los derechos de los trabajadores y poner fin a las jornadas laborales excesivas y garantizar la seguridad en el trabajo. Usted conseguirá su objetivo el día de descanso, pero los taxistas aumentarán las horas de trabajo en las jornadas restantes y se reflejará en el despido de asalariados (así me lo han expresado varios taxistas con respecto a sus asalariados, cuya situación se hará más gravosa tras su decisión). ¿Se siente usted orgulloso de mandar al paro a muchos asalariados? ¿Con más horas de trabajo los días laborales garantiza la seguridad? Si realmente le interesa la seguridad, debería de implicarse en defender una rebaja en la edad de jubilación en este sector, puesto que hay taxistas de avanzada edad que, en mi opinión, no reúnen los requisitos y reflejos que se le han de exigir a una persona que conduce un servicio público.

Las mujeres taxistas le han pedido que no modifique sus descansos, que han establecido de forma que puedan compaginar su vida profesional y familiar, especialmente en el cuidado de los hijos. Leyendo la ley orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que se aprobó durante el Gobierno de Zapatero, de su mismo partido, los poderes públicos velarán por la igualdad de condiciones en la vida laboral de las mujeres. ¿Por qué usted hace una excepción en la ley con las mujeres taxistas? Para garantizar este derecho de las mujeres hay que llevarlo a cabo en todos los niveles sociales, no solamente en los puestos directivos, como por ejemplo el mismo número de ministros que ministras, eso es postureo.

Usted argumenta que en otras ciudades de España se aplica el descanso en los taxistas, pero con una gran diferencia. Los distintos ayuntamientos han llegado a algún tipo de acuerdo con los taxistas, al contrario que usted y la anterior alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Le recuerdo que la decisión tomada por la señora Botella fue tumbada por el Tribunal Supremo de Justicia de Madrid en agosto del presente año. El tribunal entiende que el Ayuntamiento puede establecer la medida de descanso de los taxistas, pero sin imponer un día concreto.

Si los representantes del taxi le están proponiendo numerosas alternativas, ¿por qué las rechaza todas? ¿Tan difícil es abrir un diálogo serio con las partes afectadas e incluso con plataformas vecinales para que los ciudadanos tengan su voz en este conflicto?

Si me permite, voy a sugerirle que en lugar de obligar al descanso con las consecuencias que trae para los usuarios, reordene la forma de trabajo para que quede cubierto el servicio en todo el concejo.

Como usuaria y mujer me siento avergonzada con su decisión. A pesar de que su partido reivindica continuamente su aportación a la libertad y a la democracia en este país, fruto del diálogo, su autoritaria decisión me recuerda a épocas anteriores.

Elena Martínez Menéndez

Oviedo