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¡AY, A NOSA FALA!

16 de Abril del 2018 - ANTONIO VALLE SUAREZ (CASTROPOL)

No hace falta ser muy observador ni tampoco estar muy puesto en el tema para ver que a nosa fala va desapareciendo poco a poco -conocida como gallego asturiano hasta que la "ALLA" (Academia de la Llingua Asturiana) la bautizó en 2006 con el nombre de Eonaviego-. Consiguió llegar hasta nuestros días para fortuna de los 45.000 hablantes del Occidente de Asturias y los más de cinco mil extremeños de Mañegu, Valverdeiru y Lagarteiru, que también la hablan. Para seguir conservándola, nos dictan desde Europa que las administraciones han de ser las responsables de que las palabras enseñadas en los pueblos y aldeas donde se habla no se pierdan. La moderna Wikipedia nos pone al día de la situación de a nosa fala. Nos dice que es hablada por el 72% de los hablantes de su zona de influencia (32.000). Que solo el 30% la platican con sus hijos (10.000). Que es leída solo por el 24% (8.000) y escrita por un 16% (5.000).

Conozco el vocabulario de los autores locales Bernardo Acevedo y Marcelino Fernández. Un resumen de gramática eonaviego, de Xavier Frías. "El Teatro Aldeano" de Xosé Miguel Suárez. Las inquietudes de los creadores de la Biblioteca Popular Circulante de Castropol, entre 1929 y 1934, con publicaciones como "El Adeano" o "La Biblioteca". Y algunos libros y revistas más recientes. También unas pocas definiciones en las redes sociales, plasmadas en fala por unos exiguos autores que, partiéndose el alma, tratan con todas sus fuerzas de hacernos llegar y vivir, sin que se pierdan, sus inquietudes históricas y literarias para que no se nos muera este tesoro que es nuestra fala. Gracias a ellos y a los que la platicamos, de momento, aún subsiste.

Estábamos con este debate el grupo de amigos jubilados cuándo, como un resorte, como siempre, Bras, nuestro pesado amigo toma la palabra para decirnos:

"¡Ay, a nosa fala! ¿Sabéis que siempre fue la primera lengua materna en pueblos y aldeas del Occidente de Asturias? -aunque con alguna disimilitud entre los pueblos colindantes-. Los hablantes, a fala siempre la platicamos en la cocina con la familia, en el bar con los amigos, en el recreo en la escuela con los demás niños y en la vida diaria del pueblo. Dentro de la escuela -al contrario que en Cataluña- siempre nos fue prohibida, teniendo la obligación de expresarnos solo en castellano. Hace más de medio siglo, recuerdo que los niños en la aldea sentíamos ciertos complejos, mezclados con temor, para hablarla. Teniendo sumo cuidado de hacerlo a oídos del maestro o del cura, o de personas que al pueblo se desplazaban desde la ciudad hablando el castellano. Como les diría yo... sentíamos cierto rechazo a fala. De día en día va lenta pero inexorablemente desapareciendo esta lengua que honra a nuestros antecesores y a nosotros mismos los que seguimos hablándola. Las causas, a mi juicio, son cuatro: una, la desaparición de la mayoría de las palabras que correspondían a oficios fagocitados hoy por los tiempos que nos toca vivir; principalmente aquellos derivadas del llamado sector primario, como la agricultura y la pesca. Otra, porque a la mayoría de los pocos niños que nacen en estas aldeas y pueblos desde la década de los setenta, coincidiendo con el despliegue económico que trajo un aumento en el nivel de vida en todos los sectores de la economía, se les habló y se les habla en su casa en castellano reprendiéndolos si osan hacerlo en la "vergonzosa" fala. La tercera, porque los responsables regionales de turno, a pesar de comenzar a ofertarla tímidamente hace menos de media docena de años en colegios públicos, parece que aplican una obligada y escasa aportación de medios. Como ejemplo valga que nunca hemos visto una sola publicidad de la misma. Más bien creo, como dice un autor al respecto: "los responsables no hacen nada, solo mucho ruído y pocas nueces". Y para más inri, ya la cuarta: fuera de la zona de influencia de a fala muchos ciudadanos, demostrando su ignorancia en el tema, no la miran bien. Refiriéndose a ella con cierto rentintín y mofa, catalogando de gallego al que osa hablarla. Las graves consecuencias de toda esta causa y efecto dan lugar a que muchos de los jóvenes, en nuestra zona Occidental de Asturias, entiendan a fala pero, sin embargo, no sepan hablarla".

Después de escuchar atentamente a Bras, no puedo menos que reflexionar que mientras tanto sigamos palpando a nosa fala, debemos sentirnos orgullosos de ella y, al mismo tiempo, exigir a nuestros gobernantes que nos la respeten y regulen ya de una vez, para evitar así que se nos pierda en un futuro probablemente no muy lejano. Y, entre tanto, mientras siga el proceso con intenciones de regularla y aplicarla oficialmente, vigilemos de cerca las propuestas como la expuesta por un alto político asturiano -plasmada el pasado día 27 de febrero en LA NUEVA ESPAÑA, con el título de "Voces del PSOE piden consultar a la militancia sobre el asturiano"-, que propone a su partido llevar en su programa el bable en las próximas elecciones (entiendo que con el paquete del bable vaya tambien el de a fala o Eonaviego). Aunque podemos respirar tranquilos hasta pasados los comicios, previstos para el 2019 ya que, según la misma fuente, la Ejecutiva regional y el grupo parlamentario que nos gobierna acordaron no avivar las tensiones por el asturiano hasta después de pasadas las elecciones. No vaya a ser que se despierten subsceptibilidades que puedan repercutir negativamente en los votos.

Y mientras tanto los políticos siguen navegando entre dos aguas, yo sigo animando a todos los autores que aman el Eonaviego a que sigan escribiendo sus historias y relatos aplicándolo; tratando así de que lleguen a los 45.000 habitantes de su zona de influencia. Al mismo tiempo que hago caso a mi conciencia para seguir hablando en fala a mis nietos que viven en la ciudad -seguro que no los perjudicará para seguir aprendiendo correctamente el castellano y otros idiomas más-, aportando así mi granito de arena para que no se pierda esta nuestra lengua materna que forma parte de los tesoros lingüísticos de España.

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