Los vecinos de Gascona reclaman su espacio
Hace algunas semanas leí en la prensa que el negocio hostelero llamado Jamón Jamón había sido sancionado con 3.000 euros por ocupar la acera. La noticia me ha hecho reflexionar y preguntarme por qué para Jamón Jamón no hubo tolerancia y para la calle Gascona, que vive un problema de ocupación del espacio público multiplicado por diez, y en algunas ocasiones por cien, la tolerancia es total. ¿Es que hay hosteleros de primera y de segunda y vecinos residentes de primera y de segunda? Aunque me manifiesto en nombre propio, creo expresar con mi queja el sentir de muchos vecinos y de los afiliados a la Asociación Gascona-Indalecio Prieto a la que pertenezco.
En Gascona hay mercado mensual, grandes eventos multitudinarios (preba de la sidra, queso, amagüestu...), fiestas de San Mateo con escenario incluido, gaita y tambor diario hasta las once de la noche durante todo el verano y parte del otoño, concurrencia masiva los fines de semana y días de buen tiempo. Todo esto hace muy difícil la vida de quienes aquí residimos, hartos de ruido y de dificultades para caminar por aceras y calzada, hartos de problemas para acceder a los portales y de sumar sanciones como las padecidas durante la pasada celebración de la "preba" por los propietarios de vehículos que no pudieron acceder a sus garajes porque el Ayuntamiento, contraviniendo sus propias normas, cerró la calle impidiendo el paso sin dar solución alternativa.
No se trata de estar en contra de la hostería, ni de la sidra ni de la gaita y el tambor. Al contrario, es evidente que se generan puestos de trabajo y que están presentes elementos de nuestra identidad cultural tan querida y tan respetable. El problema es que la calle Gascona es un espacio público inadecuado para la celebración de tantos eventos y actividades. El Ayuntamiento dicta normas a sabiendas de que no pueden cumplirse. Sabe que respetando la normativa no pueden celebrarse en Gascona mercados y eventos multitudinarios, por tanto sabe que si se celebran no se están cumpliendo las normas. La asociación de vecinos a la que pertenezco planteó al Ayuntamiento propuestas razonables por escrito y en las largas reuniones mantenidas con varios concejales. Resultaron totalmente infructuosas e inútiles porque los ediles se limitaron a oír, pero ni escucharon ni resolvieron problema alguno.
Para alcanzar una solución es necesario estudiar las circunstancias concretas de cada caso y adoptar medidas realistas que armonicen los intereses de los negocios con el bienestar de los vecinos. La clave está en organizar adecuadamente los espacios y los tiempos para lo que sería necesario considerar seriamente las siguientes medidas:
1.ª Buscar otra ubicación para los grandes eventos, mercados y fiestas, pues la calle Gascona resulta manifiestamente inadecuada para tales actividades.
2.ª Las terrazas no deberían colocarse hasta que no finalicen las labores diarias de reparto de los proveedores, ya que el cúmulo de camiones y vehículos que coinciden todas las mañanas con el despliegue de terrazas genera grandes inconvenientes y hace la calle intransitable.
3.ª Gascona es un espacio tan concurrido y ruidoso que precisa un horario de terrazas distinto como ocurre en otras ciudades de España. En Sevilla, el cierre en algunas calles se adelanta una hora para evitar molestias a la vecindad.
4.ª No es soportable el sonido de gaita y tambor diariamente todo el verano hasta las once de la noche. Nuestra música se convierte así en ruido molesto.
5.ª Vigilancia para que se cumplan las normas en lo referente a ocupación de las aceras y calzada, así como de ruidos, higiene y seguridad.
No es deseable acabar aborreciendo nuestra sidra y nuestra gaita. Sí es deseable que el Ayuntamiento nos dispense consideración y respeto.
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