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Fondos mineros, paradigma de la mala gestión socialista

27 de Noviembre del 2011 - Francisco Santos

«Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo.

Puedes engañar a algunos todo el tiempo.

Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo»

Abraham Lincoln (1808-1865)

La reciente salida de los socialistas asturianos del Gobierno del Principado, tras doce años de permanencia en el poder, está poniendo en evidencia su mala gestión a todos los niveles y en prácticamente todas las áreas de gobierno.

No sólo fueron los inaceptables casos de corrupción entre los más prestigiosos consejeros del gobierno del señor Areces, sino también, y esto es más preocupante, el absoluto descontrol interno que propiciaba, por ejemplo, el que funcionarios, también del máximo nivel y confianza socialista, robaran a espuertas millones de euros de las formas más burdas y pintorescas que uno se pueda imaginar.

Para completar este cuadro de terror de «gestión socialista», ya sólo faltaba «levantar las alfombras» y conocer el estado real de las cosas en el Gobierno asturiano tras, ¡por fin!, ¡qué alivio!, su salida del mismo. Las comparecencias públicas en la Junta General del Principado, a petición del Partido Popular, de todos los nuevos consejeros del Gobierno de Foro han servido para este propósito.

Tras ellas, me atrevería a indicar que hay cuatro grandes aspectos que por su relevancia completan el «cuadro de terror» y que constituyen, por el momento, la envenenada herencia socialista que Asturias ha recibido. Primero, la deuda oculta (211 millones de facturas sin contabilizar, olvidadas en un cajón); segundo, el falseamiento de las cuentas públicas en cientos de millones a través de sociedades instrumentales como la Junta de Saneamiento y otros entes públicos que tenían su propio endeudamiento; tercero, el costo extra de más de 1.000 millones de euros en el HUCA, y cuarto, la también nefasta y, añado, terrible gestión de los llamados «fondos mineros», donde Asturias ha perdido más de 1.000 millones de euros, que «el mundo socialista del carbón» ha desperdiciado, enredados como hienas sobre una presa que finalmente voló ante sus narices.

Y son precisamente estas últimas, las pérdidas en fondos mineros, las que, a mi juicio, son las más sangrantes. Y es que… si malo es que el Gobierno de Asturias malgaste el dinero de los asturianos, peor es malgastar el de otros españoles que con su trabajo, solidaridad y buena fe nos echaron una mano extra a la ya extra que día a día nos echan con las maltrechas cuentas regionales. Un día hablaremos de ellas, de las cuentas y números de Asturias, pero, quiero adelantarles que las mismas no se sostienen sin una España solvente y fuerte, y un Gobierno central sensible con Asturias.

Pero, para entender mejor el proceso asociado a los fondos mineros, veamos la génesis de los mismos. Los programas de reactivación de las comarcas mineras, más conocidos como «fondos mineros», han sido una iniciativa del primer Gobierno del Partido Popular de Aznar, que contó con una dotación de más de 3.000 millones de euros (primer plan, 1998-2005), para desarrollar en siete comunidades autónomas, y en la que Asturias salía muy beneficiada, pues tenía asignada una partida próxima al 50%. Es decir, estamos hablando de más de 1.500 millones de euros para Asturias en el primer plan, cuyo objetivo primordial era fijar población y empleo en las comarcas mineras de Asturias.

A la finalización de este primer plan, y siguiendo milimétricamente la «hoja de ruta» que en su día marcó el Partido Popular, se le sumó, por parte de los socialistas españoles, un segundo plan (2006-2012), con estructura y dotación similar, aunque… con una diferencia significativa. Y es que se introdujo una nueva cláusula adicional que suponía un compromiso de financiación a dos bandas: Estado (75%) y comunidades autónomas (25%), lo que suponía que en esta ocasión el Principado debería aportar unos 400 millones de euros que antes no aportaba.

En cualquier caso…., y aunque el segundo plan fuera menor…, cantidades ingentes que constituían un auténtico «maná» y un sólido cimiento para el objetivo único, que era fijar población, empleo y futuro económico para las comarcas mineras afectadas por los masivos cierres de empresas mineras.

No obstante, y a raíz de las comparecencias de consejeros solicitadas por el Partido Popular, lo que resulta realmente indignante y escandaloso es constatar, finalmente, los detalles de la nefasta gestión socialista asturiana de dichos fondos, que, de momento, nos han hecho perder más de 1.000 millones de euros y de la que ya hoy nadie, absolutamente nadie, ni siquiera los socialistas, duda. Nefasta gestión que, siempre, fue denunciada por el Partido Popular de Asturias, aunque, en honor a la verdad, con poco éxito, porque si en algo son especialistas los socialistas es en la propaganda y el marketing, capaces de vender lo invendible. Sólo hay que ver la campaña y promesas de Rubalcaba (perdón, señor Rubalcaba) y toda la sarta de mentiras que durante los últimos siete años nos vendió Zapatero.

Y es que, digámoslo claro, el Gobierno socialista de Asturias nunca agotó, por incapacidad propia, la ingente dotación presupuestaria que el Estado puso a disposición de Asturias con los fondos mineros.

Entre esos detalles que hemos conocido en las comparecencias, quiero comentar un hecho significativo, y es que, intencionadamente, sólo un funcionario estaba asignado en el Principado a la gestión de dichos fondos. No está mal. El Principado, que dispone, a nivel global, de más de 30.000 funcionarios en todas sus escalas y puestos, sólo tenía una persona para gestionar un presupuesto astronómico que, a tenor de la coyuntura actual, difícilmente volveremos a ver.

Mientras tanto, el llamado «mundo del carbón socialista» (Gobierno del señor Areces, ayuntamientos minero-socialistas y sindicatos mineros socialistas) se dedicaba a pelearse entre sí, poniéndose zancadillas políticas y administrativas unos a otros con objeto de que no salieran los proyectos de sus correligionarios y, a la vez, enemigos políticos. Al final, lo consiguieron… «entre todos la mataron y ella sola se murió».

Ahora es posible conocer por qué existen proyectos por valor de 200 millones de euros, y asociados al primer plan (1998-2005), que todavía a día de hoy, casi diez años después, se hallan sin finalizar. Por qué caducaban y r-caducaban convenios firmados y presupuestados que nunca se llevaban a la práctica.

La situación con respecto a los fondos del segundo plan (2006-2012) es, si cabe, peor aún, 306 actuaciones contempladas hasta el 2009, de las que solo se finalizaron 100, y 41 siguen en ejecución, con un monto total pendiente superior a los 250 millones de euros. Y no digamos las anualidades de 2010 y 2011 aún sin cerrar, y pendiente también 2012. Un monto total pendiente superior a 650 millones de euros. En total, repito, más de 1.000 millones que quizás hayan volado para siempre.

Ahora, sin embargo, es el turno de Foro para gobernar Asturias. El Partido Popular de Asturias está también dispuesto a colaborar en la tarea para la que tanto nos hemos preparado y que tan buenos resultados ha dado dondequiera que hemos gobernado. Foro (en realidad, sólo el señor Cascos), obviando el sentir general expresado en las urnas y de sus propios militantes y votantes, sentir que obliga al PP y a Foro a entenderse bajo, eso sí, el liderazgo gubernamental del señor Cascos, ha decidido intentar aprovechar la inercia de su victoria electoral para, esperando a «tres turnos», gastar un tiempo que no tenemos, a diferencia de otras comunidades que también han cambiado de Gobierno, como Baleares, Extremadura, Castilla-La Mancha y que ya se están «poniendo las pilas», mientras que Asturias sigue a «pájaros y flores». Y todo ello, travestido de un regionalismo y transversalismo político en el que nadie cree y que Asturias no necesita. Lo mejor para Asturias, que nadie tenga la menor duda, será contribuir con el clamor de cambio que hay en toda España para que Mariano Rajoy sea un presidente fuerte. ¡Esto evitará ya más experimentos!

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