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Envenenadores y encubridores

26 de Abril del 2009 - Adrián Vigil Morán (Cangas del Narcea)

La Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies (COA) manifiesta su frontal desacuerdo con la política en materia medioambiental desarrollada en los últimos años por la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras del Principado de Asturias, especialmente en lo referente a la gestión de la fauna salvaje.

Entre los años 2004 y 2008 se han producido casos de extrema gravedad, como la muerte de dos machos mansos de urogallo, en Somiedo y Caso, como consecuencia directa de la mala gestión de los responsables de velar por nuestras especies protegidas. Por otra parte, en este período se autorizó sin justificación ambiental, económica o científica alguna la persecución sistemática de especies como el cormorán grande, del que consta la eliminación de 513 ejemplares en los tres últimos inviernos (2005-2006, 2006-2007 y 2007-2008). De igual modo, esta Consejería ha continuado con su política de persecución del lobo, habiéndose abatido docenas de ejemplares. En ambos casos, los intereses políticos y electoralistas han sido la principal motivación.

Por lo que respecta a los envenenamientos de fauna, la actuación de la Consejería se ha caracterizado por el ocultismo y la dejación de sus funciones, dejación que sigue sucediendo ya que en febrero de 2008 en una reunión con la Consejera y el actual director general de Biodiversidad se nos dijo que se iba a elaborar una estrategia contra el veneno y se llamaría a participar a las ONG ambientales. Ha pasado un año y aún no sabemos nada.

Esta asociación tiene conocimiento de la muerte durante el año 2004 de tres alimoches, recogidos con evidentes indicios de envenenamiento y no analizados. En 2005 apareció también un oso envenenado cuya existencia se ocultó casi un año. Por otra parte, en 2006 aparecieron cuatro buitres muertos cuyas necropsias demostraron que habían sido envenenados. Estos resultados toxicológicos no fueron comunicados a la fiscalía, lo que conllevó un requerimiento a la Consejería por encubrir delitos de envenenamiento. Finalmente, en el año 2007 no se recogieron para su análisis los cadáveres de dos buitres localizados por miembros de la COA, a pesar de aparecer en prensa. En los Picos de Europa existen puntos negros de envenenamiento de fauna que fueron deliberadamente ignorados por la Consejería, al no investigar ni analizar los casos probables de envenenamiento que se produjeron en la zona (buitres en Oceño y Áliva, águila real en Oceño, ratoneros en Oceño, cebos en Tielve-Sotres, etcétera). La falta de investigación de los casos mencionados impide la persecución de este delito ecológico, trasladando al envenenador una absoluta sensación de impunidad que hace que se repitan los casos todos los años. Al mismo tiempo, desde esta Consejería se promueven proyectos de reintroducción como el del quebrantahuesos, gravemente condicionados por la existencia de venenos en nuestros montes.

En todos estos años, es de conocimiento público que en temas de caza y de especies protegidas el principal responsable y asesor en temas de fauna salvaje de la Consejera y del entonces director general de Recursos Naturales, Cristino Ruano, era el jefe del Servicio de Caza y Pesca, Orencio Hernández Palacios.

Éste último, en un cursillo a finales de 2006, asumió ante el fiscal de medio ambiente y el Seprona su responsabilidad en la ocultación durante meses de los datos toxicológicos de fauna envenenada, lo que impidió su investigación, en incumplimiento flagrante de sus obligaciones.

Por otra parte, se considera también un hecho grave el que Orencio Hernández haya ejercido una persecución laboral arbitraria a miembros de la directiva de la COA, por hechos derivados de las denuncias de la asociación y la crítica pública a la gestión de la Consejería.

Por todo ello, y tras un plazo de confianza más que razonable de varios años, habida cuenta de que el principal fin de la COA es la conservación de la avifauna, es deseo mayoritario de la asociación, ratificado en asamblea de 6 de febrero de 2009, invitar al socio Orencio Hernández Palacios a abandonar nuestra asociación.

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