Caleao

El salero del rabel

Marcos Palicio

Desiderio Fernández, artesano que talla «como siempre» los tradicionales instrumentos de Caleao, llama a sostener y perfeccionar las costumbres de la aldea casina

Teyas bajo la caliza

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

Fiel representante de un grupo de aldeas asturianas de montaña y esmerada cultura ganadera, Caleao trata de reformarse y aguantar utilizando la iniciativa de sus pobladores

El peligro es quedarse «callao»

Marcos Palicio

En proceso de despoblación y envejecimiento y remozado por nuevos habitantes eventuales, Caleao busca alternativas ajenas al monocultivo turístico para reanimar su decorado bendecido por la naturaleza

Situación en el mapa

 

Empantanados

Latitud: 43.15591920431319
Longitud: -5.413942337036133

Caleao se echa encima al remontar hasta el fondo el pasillo estrecho que abre el río de su nombre en su camino hacia el Nalón a la altura del embalse de Tanes. Agarrado a una ladera elevada a 717 metros y orientada al Mediodía, con la torre de la iglesia de Santa Cruz la Real organizando a su alrededor la estructura pendiente de un pueblo rejuvenecido por el turismo y las visitas, Caleao pierde vida. Libre por el momento de la amenaza de embalsar agua en su valle, la aldea casina tiene 161 habitantes censados donde había 180 en 2000, pero son muchos menos los que viven de modo permanente en el corazón de este paisaje protegido que tiene en riesgo el paisanaje.