Castropol

Un silencio atronador

Marcos Palicio

Luis Legaspi, ex delegado diocesano de Misiones, regresa al «rincón de calma» de su villa natal y añora el «espíritu ilustrado» del Castropol de siempre

Un mar de tranquilidad

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

En Castropol no quedan indianos, pero aún hay población para insuflar vida a una localidad que lo tiene todo para hacer lo que desee en el futuro

Castropol desemboca en el Eo

Marcos Palicio

La villa, con la población estancada desde hace una década, llama a aprovechar mejor las posibilidades de la ría y a perfeccionar la visibilidad y la oferta de una zona que también se ve «infrautilizada» para el turismo

Situación en el mapa

 

En el balcón

Latitud: 43.52815556511653
Longitud: -7.030123472213745

Castropol mira a la ría del Eo desde un promontorio a diez metros de altitud, suficientes para ver y ser vista. Su silueta es su distintivo, el símbolo que identifica a la villa incluso en los carteles que señalizan los monumentos más significativos del casco urbano. La capital castropolense, la torre esbelta de la iglesia sobresaliendo en el centro, tiene su población detenida levemente por debajo de los 450 habitantes, 444 que eran más o menos los mismos -474- en los albores del siglo y son 535 en la parroquia que encabeza y comparte con otros siete muy pequeños núcleos.