Jugando por el centro

La capital llanerense se ha reconfigurado como una nueva población metropolitana que forma parte de un nuevo, potente y dinámico tejido que se difunde en arco al norte de Oviedo

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) / Posada de Llanera (Llanera)

Posada es villa capital de un concejo situado entre las tres ciudades principales surgidas del ciclo industrial asturiano. Por tanto, ocupa el centro del centro. Una localización que la llevó a ver cómo en su término municipal, desde la segunda mitad del siglo XIX, se abrían ferrocarriles y carreteras, se localizaban industrias de nuevo cuño y se utilizaba su suelo llano y bien comunicado para la localización de equipamientos regionales y metropolitanos de primer nivel. A pesar de ello, Posada superó ese proceso con pocos cambios, más cualitativos que cuantitativos, ya que siguió siendo una pequeña cabecera municipal, que administraba un territorio extenso y complejo, pegado a lo agrario y a la ganadería, y que ofrecía a Oviedo espacios industriales periféricos en enclaves como Cayés, Villabona y Lugo. Así, en 1950 Posada contaba 577 habitantes, en una localidad dividida en varios barrios en torno a los cruces de la carretera principal: El Cruce, La Quintana, Rondiella y La Piniella. Y no alcanza el millar hasta la década de 1970. A partir de aquí, su centralidad metropolitana acelera el crecimiento y en 2010 alcanza los 3.243 residentes. Algo ha cambiado. La reestructuración, que modifica el sistema de ciudades especializadas propio del distrito industrial tradicional, le proporciona una nueva configuración, la metropolitaniza, y Llanera conoce la implantación de las nuevas formas propias de la ciudad metropolitana, las vinculadas a los grandes viales, a los espacios de actividad logística, a los grandes equipamientos. Por otra parte, el crecimiento va colmatando el plano tradicional de la villa, que sigue apoyándose en las carreteras y llenando paulatinamente los espacios intermedios de vivienda colectiva, hasta conformar un núcleo compacto de paisaje urbano, que marca el extremo oeste de una nueva centralidad metropolitana que surge como artefacto urbano complejo y perplejo, de traza nebulosa, expandido de Oeste a Este, entre Posada y Pola de Siero, y cuya aparición refuerza extraordinariamente la antigua centralidad ovetense.

Posada encabeza uno de los pocos concejos que crecen, hasta los 14.000 habitantes de 2010. Antes, entre 1950 y 1981, su población se mantuvo prácticamente estancada o en leve retroceso; en cambio, desde 1991 ha pasado de 10.457 a 13.919 residentes en 2010, lo que supone un incremento del 33%. Las proyecciones futuras indican una continuidad de la tendencia, aunque más moderada, debido al crecimiento de la urbanización en los principales núcleos y al precio más bajo de la nueva vivienda en comparación con las ciudades metropolitanas. Y también a la extensión de las viviendas unifamiliares aisladas, surgidas al amparo de la cercanía de las principales ciudades. Otros núcleos urbanos del concejo que forman parte de este nuevo sujeto metropolitano, como Lugo y Santa Eulalia, también han acelerado su ritmo de crecimiento en la primera década del siglo XXI, incluso más que la propia capital, de tamaño algo menor que Lugo y mayor que Santa Eulalia (Pruvia), que contiene la urbanización Soto de Llanera.

En cualquier caso, el aumento de los nacimientos en Llanera alcanzó los 130 en 2009, año en el que superan a las defunciones (127), abriendo una esperanzadora vuelta al crecimiento natural, algo que no se conoce en Asturias desde mediados de la década de 1980.

Posada surgió a partir de un pequeño caserío en el eje de la carretera de Oviedo y Lugones a Avilés, sobre los cruces de Lugo y San Cucao. El crecimiento reciente consolida el paisaje urbano a partir de la apertura de algunas nuevas calles y la construcción de vivienda colectiva en altura, que sigue utilizando la carretera como referencia principal, dando como resultado un plano alargado, de ciudad-calle. El eje Posada-Lugo, centro del centro del centro, ha atraído viviendas unifamiliares aisladas que se dispersan a partir de los núcleos de La Bérvola, Castañera, Pondal y, más al Norte, Caraviés, Truébanu, Mundín y Robléu, en la ladera de Santufirme y bajo su impresionante mirador, y que ocupan espacios agro-ganaderos en las Irías de Calvín,  Socaraviés, La Sienra y El Padrón. El sur de la carretera entre Posada y Lugo está ocupado por la extensas instalaciones deportivas y de ocio del área de La Morgal. El fenómeno también es perceptible, aunque de menor intensidad, en la carretera de San Cucao, con establecimientos hosteleros y caserío más esponjado, aunque en crecimiento continuado.

Posada se ha reconfigurado como una nueva población metropolitana; aun así, se puede intentar ver como nodo urbano precisamente delimitado, apareciendo entonces como villa pequeña, secundaria. Pero esto es intentar poner puertas al campo. O mejor, si transponemos el sentido de la frase a esa nueva forma de la centralidad metropolitana nos encontraremos con la dificultad de definir tal entidad de vida y trabajo, que se difunde en arco al norte de Oviedo y que apoyada en varias villas preexistentes crea un nuevo, potente y dinámico tejido urbano que no sabe si dotarse de identidad propia o encajarse con Oviedo, al que aporta, entreveradas, áreas residenciales, empresariales, de infraestructuras, de servicios y dotaciones. En cualquier caso, el desafío es hacer ciudad, un espacio de valores. Lo tiene fácil.

El capucete de la hélice

Capucete es la funda que cubre el núcleo de una hélice, en el que se insertan las palas. La hélice es el artefacto que propulsa el barco y puede tener varias palas. Posada, junto con otras localidades próximas, forma parte del capucete en el que se insertan las tres grandes palas urbanas y ahora otras menores. Ha dado el paso de pequeña cabecera de un concejo con áreas empresariales vinculadas a Oviedo a una villa metropolitana, parte de uno de los nuevos nodos en expansión de la aglomeración central asturiana, en el que Posada y su concejo  adquieren una posición cada vez más central y significativa, como nodo oeste del arco metropolitano que, lleno de perplejidades, se extiende hasta Siero y dentro del cual conforma una mancuerna territorial, el núcleo del centro, con Lugo, convirtiéndose en profundo objeto territorial de deseo.

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