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Una pola dentro de otra que está dentro de otra...

Encajada en el nudo metropolitano de la ciudad lineal del Nalón, Sotrondio encara, tras la mejora de los servicios públicos y comerciales, el desafío de perfeccionar su paisaje urbano y residencial

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) / Sotrondio (San Martín del Rey Aurelio)

San Martín del Rey Aurelio es miembro joven del grupo municipal asturiano, pues nació en 1837 al escindirse de Langreo. Aporta al engranaje de la ciudad lineal del Nalón tres artefactos de peso: El Entrego o L'Entregu, articulado sin rupturas con el distrito de Ciaño; su distrito central, Sotrondio, y Blimea, que linda al Sur con Barredos.

Cada uno de esos tres núcleos principales se prolonga a través de pequeños ejes transversales ubicados en recoletos valles laterales, especie de hornacinas cerradas por arriba y que concentran y descuelgan las aguas (agüerias) hacia el colector principal. Son las Güerias; de Carrocera, de Santa Bárbara y de San Roque, que salen por El Entrego, Sotrondio y Blimea, respectivamente.

Estamos en el centro de una ciudad digital, de traza alargada, localizada en el curso medio-alto del Nalón, cuya vega se reparten administrativamente tres concejos, Langreo, San Martín y Laviana, para componer una única ciudad, organizada en cuatro localidades oficiales: la joven ciudad (1983) de Langreo, de 40.000 habitantes, la aún más joven (2007) de San Martín del Rey Aurelio que suma 18.000  y las dos de Laviana: Barredos y Pola de Laviana (10.400). Un eje urbano policéntrico, la ciudad lineal, de unos 68.000 habitantes. Uno de los álabes de la hélice metropolitana que impulsa Asturias.

Este sector del valle del Nalón tuvo una vida industrial tan activa que expandió su poblamiento en muchos fragmentos cuando todo el valle era un taller. Aquí la unidad productiva se llamó San Mamés. Pero no está bien que un valle sea solo un taller. Hoy ya no lo es. Tampoco que sea una ciudad dormitorio. Tampoco lo es. En San Martín hay abundantes servicios (de enseñanza, asistenciales, deportivos, culturales, comerciales, de seguridad y empresariales) que impiden que se convierta en un lugar de pernoctación o en un asilo. Al contrario, tiene capacidades urbanas, que ha ido adquiriendo al  reformarse y soldarse paulatinamente a otras unidades urbanas para hacer una entidad mayor. Primero a través de la ordenación y ocupación de las vegas propias y, más tarde, a través de las arterias de comunicación. Después de la febril actividad fabril vino la reconversión e inmediatamente la reestructuración. Políticas de acompañamiento generales y locales y la propia espontaneidad del sistema le dieron densidad urbana e hicieron ciudad, que sigue teniendo como desafíos para su estabilidad la generación de empleo para los jóvenes.

Sotrondio geográficamente ocupa una posición central en la ciudad lineal. Territorialmente, en cambio, no está tan centrada, pues el eje de gravedad está desplazado al Norte, porque el gradiente de densidad urbana enflaquece hacia el Sur. Analizada aisladamente es una pola que evolucionó, por integración, hacia distrito urbano de una ciudad mayor, que casi se solapa con el término municipal, en el que ahora residen unos 18.000 habitantes, cuando en 1960  llegó a alcanzar los 28.000.

La estructura urbana se densificó de la mano de la actividad minera, tanto en los márgenes de los ejes de comunicación, la carretera general y el ferrocarril Gijón-Laviana, como en torno a los nodos de referencia, el puente, el Ayuntamiento y la estación. A partir de ellos fue edificándose un primer conjunto de viviendas, muy atractivas a fines del siglo XIX, y que en los años de mayor afluencia de inmigrantes consolidó barriadas mineras de vivienda colectiva, como la muy populosa de San Xuan, prolongación del barrio de El Serrallo que, como los de Tetuán y Cavite, surgieron en las laderas vecinas en los años de mayor inmigración, como respuesta de autoconstrucción a la necesidad de vivienda. La atención en las cuencas al poblamiento de sus valles transversales no fue nunca una prioridad. Para San Martín sí lo es. Como demuestra la propuesta de ordenación de La Güeria de Carrocera, intento ejemplar de reflexión y acción sobre estas pequeñas unidades geográficas, componentes significativos desde muchos aspectos del sistema territorial de estos concejos. Lógicamente más concentrados en el fondo llano del valle, donde las implantaciones del centro comercial, los polígonos empresariales de La Central y de La Florida, los equipamientos públicos y  las instalaciones mineras del pozo Sotón han contribuido a soldar ordenadamente Sotrondio y El Entrego. Al Sur, centros educativos, parque e instalaciones deportivas, en El Florán, unen Sotrondio con Blimea.

Las dificultades de comunicación transversal con los valles vecinos afianzaron el crecimiento lineal sobre el fondo del valle. Aún hoy la inacabada carretera de Lieres y la de espectacular  trazado y mala conservación de Urbiés apoyan tal situación de incomunicación que dificulta el tejido de un mallazo metropolitano en las comarcas mineras.

La pérdida de población es una tendencia estructural que viene desde hace décadas, en Sotrondio y en el concejo de San Martín del Rey Aurelio. A pesar de la reorganización reciente de las viejas piezas no se detiene la mengua demográfica que en el nuevo siglo ha hecho pasar a Sotrondio de 5.149 a 4.377 residentes empadronados. A la escasez de suelo se une un envejecido parque de viviendas que más necesitan de una nueva óptica basada en la rehabilitación y sustitución que en el mantenimiento de lo heredado. El modelo «colomina» no se ajusta a las demandas del presente y habrá que ir a su sustitución progresiva por modelos referidos a las expectativas reales de la población.

San Martín como proyecto de ciudad, resultante de la voluntad de optimizar la realidad geográfica, deberá atender a la ordenación en conjunto de su eje urbano central, enhebrando sus tres nodos actuales, aprovechando los espacios intersticiales como espacios de oportunidad para una reforma estructural, impulsada por la Administración y que se oriente hacia el parque inmobiliario hoy desfasado. La mejora de los servicios y equipamientos públicos ha sido notable y la modernización de las actividades comerciales y de ocio, también. Es el turno de la vivienda y de la función residencial, en un tiempo que es de apreturas, pero que es necesario para completar el ciclo de reforma.

Oferta de vivienda para tiempos de crisis

La estrategia de futuro de Sotrondio y del conjunto urbano de San Martín, que comprende también El Entrego y Blimea, apunta a una reordenación urbana de amplias miras, de carácter comarcal, y a una profunda reforma interior, siguiendo lo iniciado en El Entrego y dirigiéndose a una población joven que elige núcleos y viviendas por la  mejor calidad y precio. Hay que tratar de competir en la función residencial o resignarse a la pérdida continuada de población.

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