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Arniella

La palabra asturiana arna ‘corteza del roble’ también puede sig nificar ‘tronco de árbol ahuecado de donde pasa a ‘tina para colar la ropa (porque en nuestra tradición originariamente la tina se fabricaba con un tronco hueco)’. Por esa razón también en algunas lenguas arna pervive como ‘vaso de colmena’ pues el tronco agujereado tenía tales usos. Una variante mascu lina, arniu ‘molde para el queso’, es de uso en Asturias y Cantabria.

Mientras que alguno (158 p. 425) dice que se podría explicar eti mológicamente por el latín URNAM ‘vaso de cuello estrecho y cuerpo abultado’ (EM), cosa no fácil de aceptar dado el vocalismo tónico, otros la consideran pala bra prerromana no indoeuropea (14 p. 62) en todo caso de gran complejidad etimológica (392 p. 73).

Desde ella ha de expli carse L’Arna (Cn) porque consideramos que “illa uilla de Elarna” (LRC n. 10) o “Elarna” (LRC n. 313, 314, 315) no es un antropó nimo (222 p. 242) sino un apelativo arna con anteposición de artí culo por fonética sintáctica. El Arne (So) lo hemos explicado como de posible origen antroponímico (p. 474).

Topónimos como Arniella (Si), Arnela (Ve), Arnín (Vv), también Arnón (Ll) (343 p. 622), podrían considerarse como derivados de arna pero también es posible que algunos de los que anteceden o siguen a continuación se expliquen mejor, como ya hemos apuntado más arriba (p. 255), como derivados de HAR¯ENAM ‘arena’ (EM), con pérdida de la e una vez desplazado el acento por la presencia del sufijo: Arnéu (Cb), Arnizo (Ay, Mi), Arnizu (Vd), La Collá Arniciu (Ca). De un abundativo HAR¯EN¯ARIUM (EM) se siguió L’Arneru (Pa); de HAR¯EN¯ATUM (EM) Arnáu (Ct), etc.

Más difícil es justi ficar plenamente Armiello (Mi) del que no sabemos si se trata de una formación masculina con confusión de nasales o simplemente de un término en relación con las trampas o armadas del terreno también conocidas entre nosotros.

Otra manera de denominar la colmena debió de ser en el oriente con un apelativo que hoy encontramos en Cantabria (según García Lomas y R. Penny127) bajo la expresión duju, nombre propiamente del ‘hueco del árbol’, que admite variantes del tipo tuju, dojo. etc. Probablemente de ahí viene el nombre del llamado “Río Duje”, en Cabrales, que hemos relacionado con el ast. duxa ‘madeja’, ‘genital femenino’ (p. 58) aunque abrigamos dudas acerca de su etimología.