La palabra latina CONCHAM ‘concha’, ‘objeto hecho de una concha’ (EM) explica la asturiana conca ‘fuente, vasija de madera’, concu ‘mortero’; a los hacedores de concos se les llama conqueiros, nombre que se extendió a los vecinos de la parroquia de A Estierna (Ib) por dedicarse a ese oficio y a comerciar con el fruto de su trabajo134. La forma de la vasija favoreció que metafórica mente se haya aplicado al terreno; de ahí que se hable de la conca o cuenca aplicable a una ‘hondona da’, ‘valle’, ‘depresión del terreno’ (239 p. 27).
Puede haber topónimos continuadores de la creación masculina como Cuen cu (Co). En Següencu (Co) encontramos un compuesto de *SUB CONCHUM ‘debajo de la hondonada’. Con un sufijo abundativo tenemos Los Conqueiros (Vd). Com puestos serían: Recon co (Cñ), Reconcu (Sm, Gr, Is, S), El Recuncu (Si, Mi), Reconcos (Ll)135. Hay también un continuador de un viejo diminutivo latino, *CONCHELLAM > Con ciella (Vv). Otro de su equivalente CONCHULAM (EM) > ast. concha ‘concha’, ‘terreno con mucha piedra’ responsable de La Con cha (Cl, Lln), La Concha Ar téu (Ce), Las Conchas (Rd, Lln, On), etc.
Pero de CONCHULAM también provienen los apelativos del tipo cuandia o cueña o cuaña ‘paso difícil entre peñas’, ‘camino empe drado y difícil’, ‘escollo’ (236 p. 446; 351) y el correspondiente verbo esguandiar ‘extraer las avellanas de la membrana por la que se sujetan al árbol’ y los apellidos con grafía arcaizante “Cuenllas”, “Coalla”. La propuesta etimológica parece aceptable por la fácil confusión a que pueden prestarse algunos grupos palatales nll-ny, ny-n’g1 (91 p. 301; 259 p. 517). Tal explicación convence más que la sugerida por otros que par ten de COND¯ITAM (EM), del lat. condere ‘guardar, esconder’ (27 p. 55).
Queremos citar como posibles topónimos formados sobre CONCHULAM: Cuaya (Gr), Cunxú (Gr) ‘cuaya de abajo’, llandi cuaña (Ll) ‘límite de Cuaña’, La Cuenya (Pi), Cuenya (Na), La Cuandia (Pz), Cuaña (Ay), Cuiña o Cuinya (Vv), Les Cueñes (Co). El topónimo Conyéu (Cg) parece un colectivo o abundativo formado también sobre CONCHULAM.
Un problema aparte nos lo plantea Cuaña (Cu) y un concejo occidental, que toma el nombre de su núcleo más importante, Cuaña. Etimo ló gi ca mente no puede explicarse del mismo modo dado que es zona donde no se produce diptongación de las tónicas breves latinas e, o. Creo que ha de interpretarse, como ya hemos apuntado (p. 444), como continuador del antropónimo COANIA, el mismo que con incrementación aparece dando nombre a lo que debieron de ser dos antiguas VILLAS o caserías casi en el centro de Asturias, hoy reconocidas en Cuañ a na (Qu, Tb) y a las que nos hemos referido en el capítulo precedente.
En lo que se refiere al nombre del Puertu’l Couñu, escrito como “Connio”, es posible que debamos ver una simple variante masculina de CONCHULAM referente al paso difícil que separa los concejos de Cangas y de Ibias. En efecto, no parece relacionable con el apelativo coñu pues sólo se explicaría como castellanismo ajeno a la realización fonética local si se parte del masculino latino CUNNUM (EM)136. Expli ca ción diferente merece quizá El Picu’l Cuñu que se encuentra en el límite de Piloña y Ponga.