El latín M¯ENSAM ‘mesa’ (EM) > mesa se aplicó no sólo a la terminología mobiliar sino a algunos accidentes del terreno como atestigua el castellano meseta ‘llano en zona elevada’ y algunos topónimos como el asturiano El Puertu la Mesa (239 p. 33) que para Jovellanos es “sin duda llamado así por alusión, pues es una grande y tendida llanura entre dos altos”138. Es probable que así debamos explicar también A Mesa (Gs). De todas formas con viene ser cautos porque, desde el punto de vista de la expresión, en algún caso pudo haber confluencias con los derivados del tam bién latino MESSEM ‘mies’ (REW) término con el que guardan relación etimológica los apelativos asturianos esmesar, mesories, meso riar, mesqueiru, etc. y quizá topónimos como los ya citados (cap. 7) y además los abundativos: Misiegu (Vv), Misiego (Mi), Misiegos (Ay, Ll), La Mesada (Vv), Mesariegos (Pa).
De difícil solución, porque puede admitir todas las interpre taciones fónicamente hablando, es El Mesón (Si, Mo) donde, incluso, puede darse el influjo de MANSI¯ONEM ‘lugar de posada’ (EM), término139 que recuerda el refrán asturiano que afirma que quien nun quiera ruidu que nun arriende meisones. Una incrementación de este último término puede explicar *MANSIONATUM > Meisnado (Ei). También junto a mesa aparece siella o siella en toponimia como señalamos en el próximo capítulo.