En ocasiones los beneficios que recibían los eclesiásticos eran el disfrute de determinados bienes rústicos como demuestran los topónimos del tipo: El Prau’l Cura (Lln), La Casa’l Cura (Mi), La Güerta’l Cura (Mi).
A veces la referencia recae en el máximo exponente de la comunidad cristiana; es el caso de ejemplos como San Xuan del Obispo (Si)42, La Corrada l’Obispo , documentada “la plaza del corral del Obispo” en el siglo XIII (462 p. 190), que mantiene el recuerdo de los terrenos y antoxanes de las inmediaciones de las dependencias episcopales.
La Calle Canóniga en Uviéu, de la que hay referencias al menos desde 1231 (462, p. 133), mantiene el recuerdo de haber sido lugar frecuentado o morada permanente de canónigos que atendían el culto en la inmediata catedral.
Las Campas del Cléricu (Tb), expresión semiculta, probablemente aluden a terrenos de pertenencia eclesial.
De un continuador del latín MONACHUM + -INUM deriva el asturiano molacín ‘monaguillo’ presente, tal vez metafóricamente, en Los Molacinos (Tb) Y acaso El Cuetu los Municiellos (Tb)43.
Pero un habitáculo de una ermita pudo llamarse El Frae (Pi), del latín FR¯ATREM (EM) ‘hermano’ aplicado a una persona dedicada a la vida religiosa44. Un compuesto es Cofrade (Vd).
Por su parte El Cuetu’l Flaire (Tb), El Picu’l Fraile (Ll) (397 p. 344) puede tratarse de una metáfora relativamente moderna tomada del occitano fraire —> asturiano flaire ‘miembro de un convento’ también originado en el latín FRATREM ‘hermano’.
El correspondiente galicismo del mismo origen freru, frera (318 p. 310) podría estar presente en El Freru (Ca), La Frera (Uv) si es que no guardan relación con FRIGIDUS, A, UM ‘frío’ como sugerimos más arriba.
Si se trataba de un lugar habitado por monxos o monxes (318 p. 294) el centro de convivencia pudo ser llamado La Monxal como recuerda hoy una casería aban donada de Teberga (320 p. 110)45.
Sotu Dueñes (Pa) debe su nombre a la existencia en el lugar de un antiguo monasterio de monjas (dueñes), documentado como “San Martín de Soto”, cuyas dependencias estaban en un sotu, o bosque llano a orillas del río Piloña. Se trata de una de las posibles acepciones medievales del término dueña. Topónimos del tipo Dueñas, además de Las Dueñas (Ce), también aparecen en León (300 p. 84), Palencia, etc. Cosa distinta, probablemente, es Condueñu (Llv), que acaso recuerde el antiguo codominio de una posesión.
Desconozco si nombres como La Selor (Co, Pi) han de entenderse desde el latín SOR¯OREM ‘hermana’ (EM) utilizado generalmente con un significado de ‘monja’, ‘religiosa’, como aparece en nuestra documentación medieval.
Ignoro si un topónimo como La Escomulgá (Llv) ha de entenderse como la residencia permanente o coyuntural de una persona separada de la vida religiosa comunitaria debido a sus creencias o prácticas divergentes. El topónimo se gesta en el asturiano escomulgar procedente de la terminología eclesiástica con que se aludía, EXCOMM¯UNIC¯ATUS, A, UM (EM), a la persona a la que se privaba de determinados vínculos y prácticas de la comunidad religiosa.