Pero volvamos al río Nalón. El citado José Manuel González informa de que determinados trechos de este río fueron documentados en épocas anteriores de diversas maneras como avia, “río”, etc., lo que ha de responder a una estratificación lingüística interesante. El nombre de la antigua capital asturiana de Pravia, villa erigida en las inmediaciones de este río en su ribera izquierda, puede ser un testimonio fehaciente en este sentido.
En efecto, también de origen indoeuropeo o paleoindoeuropeo como *AKW¯A- (IEW), pariente antiguo del latín AQUA, debió de ser el posible *APUA —> *APIA. Para algunos *APIA es de ori gen precéltico (366 p. 27) pero lo cierto es que resulta llamativo que se presente una equivalencia de -KW- con -PJ-. Creo que podrían entenderse así nume rosos hidrónimos (261 p. 25) que en el período de latinización debían de ofrecer una labial que debió de comportarse como si se tratara de -P- latina, *APIA > *ABIA y con idéntico signifi cado de ‘agua’, ‘corriente de agua’; con esa palabra acaso confluyó, si hubiera sido diferente, una raíz *AP- (IEW) reconstruída por Pokorny (IEW)8 que no sabemos si ha de identificarse con la indoeuropea *AB- (IEW; 392 p. 167). Hay quien opina, de todas maneras, que la raíz indoeuropea *AP- ‘fluir’ se siguió en numerosos hidrónimos célticos; de ese modo serían sus continuadores lugares situados junto a un río que empiezan por ab-, av- (458 p. 261).
De tales orígenes pueden ser algunos de nuestros topónimos en ab- pero siempre cabe la posibilidad de considerar que siguen una evolución del lat. AQUAM en boca de unos indígenas que se estaban romanizando.
Ahora bien, si desde *APIA > abia se puede seguir teóricamente toda una serie debida a los cierres efectuados por la yod de tipo —> ebia —> ibia y, paralelamente en la serie velar, —> obia —> ubia, tal y como ejemplificamos a continuación, lo cierto es que desde el lat. AQUA > aua (—> aba), debió de ocurrir algo por el estilo pues con el influjo de la velar también pudo ser posible seguir el proceso cerrador —> eua ( —> eba) —> iua (—> iba) y, paralelamente en la serie, —> oua (—> oba) —> uua (—> uba).
De ahí, de *APIA, se formaría el asturiano medieval avia o abia que toda vía debía de tener uso apelativo y, en consecuencia, de aplicación a corrientes de agua como el río Nalón. Así abia está en el origen de numerosos topónimos asturianos y del norte y occidente peninsular y en otras zonas europeas (cf. 22). El caso de Pravia en este sentido es ejemplar porque, como decimos más abajo, puede considerarse formado por la citada voz precedida de la preposición locativa latina per, *PER APIA > Pravia ‘junto al abia’, ‘junto al río’.
Podemos ver a continuación la variabilidad a que dieron lugar los citados derivados de *APIAM y de AQUAM no siempre fácilmente separables:
a)Tipo abia:
Aravia (Lln) ‘el río abia’ o ‘el río del río’.
Caravia, documentado “Karauiam” (DCO p. 93, a. 921, c. XII), “Carabia” (SV p. 145 a. 1078), acaso ‘el río (que sale ) de la piedra’ o ‘del monte’.
Babia (León), documentado “Uadabia” (DCO h. 876, c. XIII, p. 43; DCO a. 1082, c. XII, p. 250), “Vadabia” (DCO a. 912, c. XII, p. 84), a veces también “Uadapia” (cf. 392 p. 166); también “Badabiam” en la Chronica Adephonsi Imperatoris (422, I, 6). Dicha documenta ción permite que interpretemos el nombre de esta región ástur como ‘vado del abia’, ‘vado del río’, aunque Bascuas (392 p. 166) considera que es mejor partir desde el paleoeuropeo *WAD también hidronímico y que, a la larga, según dice, habría confluido con los derivados de VADUM9.
Pravia (Pr), documentado “in territorio Prauie” (a. 905, c. XII). Algunos autores como Diego Santos (312 p. 81) consideran, creemos que con acierto, que la “Flavionavia” citada por Ptolomeo se corresponde con una ciudad que habría de ser la anteceso ra de la actual Pravia. Este autor entiende el topónimo transmitido como Flavio-navia ‘río Flavio’. En nuestra opinión, a la vista del resultado actual, Pravia y no *Prenavia, consideramos que es mejor entender el dato de Ptolomeo como Flavion-avia (flavium-avia) y de ahí que interpretemos el actual topónimo Pravia como una formación *PER APIAM ‘junto al río’. Pravia (Lr) originó algunos apellidos de la misma expresión.
Perlavia (Uv), documentado “Perlauia” (DCO a. 863, c. XIII), sería similar a Pravia aunque con una construcción más tardía por la presencia del artículo, *PER ILLAM APIAM ‘junto al abia’, ‘junto al río’.
Ribadavia (Cd) ‘ribera del abia’, ‘ribera del río (Nalón)’.
Sarabia (Mi), posiblemente tautológico sobre el que Corominas aventuró origen indoeuropeo (262 p. 153).
En este grupo, lógicamente, han de incluirse lo que parecen variantes masculinas como Marabiu (Tb), topónimo cuya primera parte examinamos un poco más adelante.
a’) Tipo aba:
Aba (Cl), La Cabeza d’Aba (Pm), Riega los Abareos (On), Abamia (Co), Quizá L’Abangu (Md)10, Abayu (Vv), Aballe (Pa), Abándames (Pb) y quizá Arábanes (Pm).
Acaso también deba conside rarse Abarrío (Lla) que tal vez admita la interpretación de ‘agua del río’.
También Abéu (Rs, Vv), Abiegos (Po) (261 p. 25), Vegabañu, en el oriente de Asturias.
Quizá también Abantru (Ca) ‘río de la cueva’ (cap. 2 y 9).
Alava (Sl), acaso similar al anterior Aravia.
Abrigo bastantes dudas sobre L’Abunión (Sr) y muchas más sobre Aboño (Cñ) pues este último, aunque en las inmediaciones de una ría, admitiría una explicación antroponímica11.
El .nombre del río Abiou ga, que desemboca en el Ibias, acaso represente un hibridismo *APIA + AQUA, aunque más adelante se dan otras opciones interpretativas.
El mismo elemento lingüístico *APIA puede aparecer como segundo elemento en algunos compuestos que acaso también pudieran repetirse aquí.
b) Tipo ebia:
Evia (Si) ya testificada en el siglo IX: “in Asturiis in uilla que dicitur Euia” { (DCO p. 108, a. 967 c. XII); “Evia” (SP I a. 1151)} .
b’) Tipo eba:
Amieva (Am), “Amieua” (ACCL V, a. 1113)12, Ereba (río de Llanes), Cerébanes (Pb).
Es posible entender así el plural Anieves (Uv), con una confusión de nasales pues aparece documentado como “in illa uaika de Ameues, iusta flumine Niloni” (SV p. 133, a. 1070); “Ameues” (SV p. 138, a. 1073; SV p. 139, a. 1073), “Amieues” (SV a. 1085 p. 167).
Al mismo grupo pertenece el río Esgueva (Valladolid) y, sin duda, As Malevas (Ei), que tiene un equivalente, probablemente más tardío, en el derivado de AQUAS —> Maleguas (Tp). Acaso también L’Auseba, aunque este monte aparezca documentado “Aseuua”, “Aseuba”.
c) Tipo ibia:
Acaso Ibias ya documentado tempranamente: “in Ibias monasterium Sancte Marie de Zeques” (DCO p. 84, a. 912, c. XII)13. No ha de olvidarse que, al menos en su aspecto fónico, podría haber una coincidencia entre este elemento y el apelativo vasco ibi ‘arroyo’, ‘vado’ y algunos topónimos gallegos de tipo Ibia , Ibía e Ibias (390 p. 127).
Lo mismo podría decirse de Illas arroyo que cruza y denomina al concejo del mismo nombre (111 p. 143), aunque sospe chamos que, en tal supuesto, la pronunciación popular esperable habría de ser en la actualidad *Iyes o *Iyas14 pues sintomáticamente aparece ya como “in ilias” antes de 1118 (DCO p. 360, c. XII).
Lo que se diga para Ibias podría ser aplicable a otros topónimos como Tolivia (Llv, Po), donde tal vez deberíamos ver construcciones tautológicas de dos hidró nimos con un elemento prerromano *TUL- y de otro o bien en relación con IBIA o bien con *APIA ‘agua’ afectado, en este caso, de una primera metafonía, Evia (Si), y de una segunda, Ibias.
c’) Tipo iba:
Quizá debamos considerar aquí Iboyu (An), documentado “Ebolio” (LRCourias 324); lo mismo Iboya (Go) ya conocido en el período medieval como “illa hereditate de Iuolia” (SV p. 331, a. 1142). Sospecho que La Cueva Deboyu (Ca), por la que circula el río Nalón, deberíamos entenderla en el mismo sentido, como ‘la cueva de Iboyu’.
En la idéntica dirección podría explicarse alguno de los Ibéu (Lln, On, Co), aunque, como se dice en otra parte, Iboyu, Iboya admitirían, quizá, origen antroponímico.
d) Tipo obia:
Los topónimos como Obiu (Lln) podrían entenderse también como hidronímicos pero es cierto que admitirían bastantes explicaciones más (cap. 2 & 13).
d’) Tipo oba:
Obaya (Cg) conocido en el siglo X: “Per castellum de Oualia” (DCO p. 92 a. 921 c. XII).
Los Campos d’Oba (Rs) que, sintomáticamente, se encuentran a la orilla misma del Seya.
Óbana (Pi), pueblo situado junto al río, podría estar compuesto del hidronímico oba combinado con el sufijo átono -ana. No ha de olvidarse que algún topónimo en ob- también puede ser un continuador de ALBAM como, quizá, en el caso de El Porru Viscoba (Am) que ha de entenderse como ‘el porru de la viesca blanca’. También parece aconsejable comparar el posible origen hidronímico con el término de origen latino ULVAM ‘planta de las marismas’ (EM), con tónica breve, ŠULVAM, según Meyer-Lübke (REW).
Ouvachu (Cn)15 acaso guarde alguna relación con el terreno aguanoso regado por el río que pasa por las inmediaciones de este pueblo, quizá interpretable desde la palabra asturiana obachón ‘linfático, fofo’, en posible referencia a terrenos húmedos.
e) Tipo ubia:
El Ubio, arroyo de Castropol.
Cubia pueblo de Grau situado junto al río Cubia, documentado en el siglo X “Super riuulo Cuuia ecclesiam Sancti Micahelis” (DCO p. 90, a. 921, c. XII). Consideramos que el nombre del pueblo es posterior al del río pues para su intelección deberemos partir de una posible combinación *CAPUT (DE) UPIA > *cou ubia ‘cabo el ubia’, ‘junto al río’, o ‘cabeza del ubia’16.
Pruvia (Lla), documentado como “Priuvia” (SP 1, p. 209, a. 1259), probablemente originado en una formación *PER UPIA ‘junto al río’.
Trubia (Uv17, Xx) se explica a partir de una construcción *TRANS UPIA ‘detrás del río’, enunciado desde la perspectiva de quien habla desde Uviéu o Xixón. El nombre, por extensión, se aplicará también al río que baja de Teberga a juzgar por los documentos medieva les (240 p. 110) y al valle correspondiente18.
Pero sí debemos añadir a la lista el posiblemente tautológico El Ríu Dubia (On) ‘el río de ubia’, ‘el río del río’, y el nombre del río Urubiu (Vy)19.
e’) Tipo uba:
Llagu Ubales (Ca).
Es posible que no se encuentren ejemplos de este tipo pues los topónimos del tipo Cúa (Pi), y también un río de León, que algunos interpretan desde la raíz *KW- citada por Krahe (185 p. 269) y considerada por J. de Hoz (según 429 p. 55), nosotros sospechamos que pueden tratarse de derivados del lat. ACUTUS, A, UM, si bien el adjetivo podría pervivir en el somedano Gúa o en el mierense El Picu Gúa.
Tampoco nos parece que esa citada raíz *KW- explique Cuenza (Ct), Cuanza (Palencia), quizá relacionables con Cuyences (Uv) con una posible -y- antihiática si lo comparamos con Cuenza y sobre los que volveremos más adelante.
f) Confusión de labiales.
*APIA —> *amia: Amieva, Anieves (Uv), Abamia (Co)20, Argamia (Cb).
—> *ama: Amáu (Cn)21, Amago, arroyo de Bual, Argame (Mo).
También el al menos doblemente tautológico El Riu Ruamón (Po).
No sería imposible que La Maxuga (Babia) presente el mismo elemento hidronímico *AM- (cf. 381) fusionado con el artículo, como acaso podrían ofrecer también los topónimos del tipo Maxa (Uv), El Río Maxuca (Uv).
Con un desplazamiento del acento, acaso por una combinación con sufijo, encontramos el nombre de un río del oriente, llanisco y rioseyano, Ríu Mía, acaso tautológico si se considera documentado como “flumen Amia” (LTO a. 1052). Es conocido también como Aguamía y por otros L’Aguadamía (Rs), lo que resulta coherente teniendo en cuenta los usos asturianos, documentados en la Edad Media, en que la expresión agua ha de interpretarse muchas veces como ‘corriente de agua’, ‘río’. Aguamía no es sino ‘el río Mía’, al igual que Aguadamía, que parece exactamente lo mismo aunque explicitando la preposición *agua de Mía ‘el río Mía’ o *agua d’Amía’’22
Con una acentuación similar tenemos cerca del río Omaña, al norte de León en tierras ástures, el pueblo conocido como Soutu y Amíu, que ya aparece como “Ameo” a últimos del siglo IX (DCO p. 43, c. XIII).
*APIA (—> *UPIA) —> *umia:
hungumia (río y núcleo de Cangues) originado posiblemente en una combinación FONTEM + *UPIAM ‘la fuente del río’, con el desarrollo consonántico de una [g] favorecido, tal vez, por el carácter velar de la nasal.
*APIA —> *uma
En el mismo sentido entendemos aquéllos que presentan inseguridad en la átona, como es frecuente en nuestro dominio lingüístico. Así el nombre del río Omaña (León)23, que podría presentar una génesis tautológica con un segundo ele mento *AMNA o AMNIA ‘ríos’24. Acaso el Río Umañu (Sg) también. Umardu (Cl) es posible que haga referencia al agua al igual que La Riega Umandi (Co), Umones (Cl).
g) Palatalización de -BJ- > -y- o pérdida de -B-.
La posible palatalización podríamos encontrarla en una serie de ejemplos que se remontan a *ABIA —> aya (donde es posible también la variación de la vocal -eya, -iya, -oya, -uya, junto a sus correspondientes masculinos) y de NAVIA (Holder) > Naya. Así podremos citar:
Obaya (Cg, Vv), Abayu (Vv), Iboyu (An), Iboya (Go), etc.
Del mismo modo, dada la confusión que a veces se produce entre las palatales [-y-] y [-ñ-], no sería difícil suponer el mismo origen para otros terminados en -aña, -eña, -iña, -oña, -uña, y masculinos correspondientes, aunque, ciertamente, rara vez podremos estar plenamente seguros pues caben confluencias con los continuadores de AMNES —> AMNIA, ONNA, ONNO, *ENNA, etc.
* * * * *
Podrá observarse que en muchos de los topónimos citados con origen hidronímico abundan los elementos que pudieran remitir a composiciones tautológicas. Pero es posible, de ser válida nuestra interpretación, que nos sirvan para encontrar estratificados datos de lenguas diferentes superpuestas cronológicamente en Asturias o bien de sinónimos de una misma lengua. A veces resulta fácil (cuando uno de los términos es de origen latino) ver la cronología y el tipo de composición (casi siempre el más reciente, el de origen latino, precede al resto del cuerpo del topóni mo); sin embargo, generalizar esta regla a la totalidad de ejemplos resultaría muy aventurado cuando no conocemos otros aspectos sintácticos de las lenguas en presencia.