El nombre de Xixón también llamó la atención hace ya bastan te tiempo. Los eruditos no pudieron por menos de emitir sus inter pretaciones, en muchos casos pretenciosas, en muchos casos dis paratadas, para sólo de cuando en cuando dar explicaciones acep tables desde un punto de vista etimológico. Xuan X. Sánchez las reco piló todas en un breve trabajo manuscrito que en este momento se va a resumir (cf. 29). Por una parte nos encontraríamos con una serie de interpretaciones precientíficas que él llama “descriptivas y patrióticas” entre las que se dan referencias del tipo de la pro puesta por Bullet desde el céltico GY ‘agua’ + OM ‘rodeada’; o de la de G. Uría para quien provendría de HITO o HITON ‘mojón’; o de la vas quista de Becerro de Bengoa que cree que se trata de EGI + GON que equivaldría a ‘sitio estrecho y recogido, alto y bueno’.
Dejando otras interpretaciones carentes de toda lógica acerca del pobla miento de la vieja ciudad por descendientes de Túbal o de los grie gos, también se rechaza la identificación que algunos hicieron desde hace tiempo entre nuestra ciudad y la “Gigia” que aparece en un texto de Ptolomeo. A continuación pasa revista a la opinión de Manzanares (cf. 30) que ve en el nombre de la ciudad un antropóni mo o un nombre de posesor de la tierra GEGIONUS, GEGION, SEGIUS... que, siempre según Sánchez, no pasa de ser mera hipótesis.
Unamumo ya en 1899 había emitido la opinión de que Xixón provenía del latín SAXUM ‘peñasco’. Para Sánchez la propuesta de Unamuno no es desdeñable y sólo puede ser superada por otra “más completa o más convincente”. En apoyo de la teoría unamuniana vendría el dato del siglo XII según el cual una expedición de cruzados ingleses fue desplazada por una tormenta al puerto de San Salvador, llamado “Mala Rupis” según el documento que, siguiendo a Juan Uría, sería identificable con el de Xixón. Entiendo, de todas maneras, que “Mala Rupis”, esto es, ‘mala roca’, no tenía por qué ser el nombre real de ningún puerto sino simplemente un intento de traducir al latín, con acierto o no, el topónimo real usado por la gente de la época30. En esta latinización lo que subyace es una etimología popular que interpretaba el topónimo medieval asturiano como un derivado de SAXUM ‘piedra’, ‘roca’, un poco al estilo unamuniano que acabamos de citar.
Pero la propuesta de Sánchez va más allá. Razona que siendo Xixón un importante asentamiento militar parece probable que reci biera un nombre alusivo a ese hecho, SESSIO, que aparecería en expresiones como sessio legionis, in sessione legionum... donde, opina, no habría problemas de índole fonética ni serían insuperables los que pudieran hallarse de carácter semántico. Tal suposición, según este autor, aparecería corroborada por la presencia de unas “aras sestianas” (o sessianas ‘emplazadas juntas en un solo lugar’) que autores como José Manuel González sitúan en la Campa Torres31 y que Sánchez interpreta como ‘aras de la sessio’ o ‘aras sessianas’ o ‘aras gijonesas’ con lo cual quedaría resuelto, dice, el emplazamiento de las aras sestianas de nuestro litoral.
Tal explicación no deja de ser sugestiva pero, como las anteriormente vistas, incluso si se parte del antropónimo SASSONIUS ofrecido por Schulze32, creo que resulta difícilmente mantenible, dada la documentación medieval del topónimo. Por esa misma poderosa razón no es aceptable partir del lat. SAXUM33 aunque pretenda traerse en su ayuda la documentación de las crónicas arábigas que aluden a la “Peña de Pelayo” lo que lleva a que unos la interpreten como “las ásperas tierras de Asturias” o como ‘las montañas asturianas donde se peleó’ y otros como ‘la ciudad de Xixón’ (cf. 409 p. 86).
Sostenemos que no es aceptable ninguna de las propuestas efectuadas porque la documentación medieval sistemáticamente escribe consonantes sibilantes sonoras34 hecho que invalida las sugerencias realizadas. No se puede olvidar alegremente la documentación medieval que, repito, escribe sistemática, distintiva y no caprichosamente, el nombre de la ciudad precisamente con sibilantes sonoras “i”, “gy”, “ge”, “gi”, cosa que no sería así si partiéramos de cualesquiera de los étimos propuestos anteriormente con una cierta verosimilitud. Podría haber equivocaciones en la escritura, pero lo sistemático de la grafía sonora no permite creer en propuestas como saxum, sassonius, sessio ni otras por el estilo.
Acaso debería pro fundizarse algo más en la cuestión intentando repasar detenida mente la propuesta de Manzanares. Según esto unir Xixón con los antrotopónimos en -ón que aquí exa minamos más adelante (cap. 9), no parece nada descabellado siempre que no contradiga la documentación. Así, por ejemplo, desde algunos antropónimos citados (que no tienen que ser necesariamente llevados por colonos pues pueden ser de algún militar con dominio en la plaza fuerte) o desde alguno conjetural como *IAIONUS, variante de Jaianus35, o *IEIONIUS formado desde Ieius o *GEGIONUS desde Gegius (Solin), sería factible resolver las objeciones fónicas. No creo que Xixún (Si) deba explicarse de modo similar a Xixón pues la documentación medieval que conozco, “Martin Yanes de Sexum” (SP I, a. 1289), no lo aconseja y, desde luego, no se opone a considerarlo, ahora sí, en relación con el lat. SAXUM + suf. Habrá que examinar, cuando sea factible, la correspondiente a Valdexixones (Bi) por si guarda alguna sorpresa.
Una cosa sí parece definitivamente aclarada desde el punto de vista documental, “Gigia”, citada por Ptolomeo, nada tendría que ver con Xixón sino con una población situada probablemente en actual territorio leonés, acaso próxima al río Cea (266 p. 32; 312 p. 86).
Xixón, evidentemente, no se explica desde (ARAS) SESTIANAS pero otra cosa diferente, y que debería tenerse en cuenta, es que los topónimos como La Xinxane o La Xinxania en el límite de Valdés y Cuideiru, quizá no desaconsejen partir de un primitivo adjetivo (ARAM) SESTIANAM ‘(altar) de Sestius’, esto es, de Lucius Sestius Quirinalis. Otro dato en el mismo sentido es El Sesiello o Xixello (Xx), lugar situado también en un límite, aunque ahora entre los concejos de Xixón y Llanera, acaso sea derivado de un diminutivo *SEST(I)ELLUM o *SEXTELLUM.