Por otra parte la gran emergencia montañosa del oriente de Asturias, en los límites con Cantabria y León, se documenta como “Rupes Europae” (‘rocas de Europa’) en un texto del siglo XVI del humanista siciliano Lucio Marineo Sículo; un poco más tardíamente, Ambrosio de Morales se riefiere a “las Montañas llamadas de Europa”; la denominación “Picos de Europa” empieza a usarse desde el siglo XIX y se ha mantenido hasta la actualidad. Su generalización es moderna, acaso debido, como había insinuado el P. Carvallo en 1613, al influjo de los viajeros que al regresar de América, avistaban la primera gran montaña europea cercana a nuestras costas (cf. 447)23. Lingüísticamente, en efecto, la denominación Picos d’Europa supone una creación cultizante al haberse mantenido el diptongo inicial.