Una expansión de *KAL-, *KAR- alusiva a la dureza semejante a la de la piedra la encontramos en ast. calamaya ‘cabeza’; también en calamona ‘cabeza del cerdo’. Lo mismo calamocha ‘cabeza del cerdo’, caramiella ‘cabeza del cerdo’, calancha ‘hueco pequeño en la roca’, calabexu ‘cabeza’, etc.
En Asturias, país abundante en piedra, tendríamos muestras toponí micas de esa antiquísima palabra, preindoeuropea quizá, en algunos lugares que seleccionamos entre los citados por algunos autores; nos referimos a sitios como: El Calamón (Ct), Carmona (Is), Carmones (Co), Carcarosa (Mi). Hay que sospechar que debe incluírse Calarnúa (Vv).
Es más difícil afirmar lo mismo de Camoca (Vv) pues ya se constata como “Camauca” desde documentos tempranos (DCO a. 803, p. 3). Tampoco se ve claro que La Camocha, famosa mina de Xixón, deba unirse al grupo precedente23.
Los nombres de lugar como La Carúa (Lln), Queirúas (Vd)24, parece que exigen un parentesco con las pala bras asturianas cairuetu, cairueta, ‘Erica vagans’, ‘Erica cinerea’ (14 p. 37) aunque no sé si se tratará de la misma base etimológica (cap. 7).
Carombu, zona entre Amieva, Sayambre y Valdeón, y que tiene un equivalente en el occitano medieval “Caromb”, podría entenderse, quizá, como portador de este elemento prerromano *KAR con una incrementación latina de *UMBUS, A, UM ‘oscuro, negro’, ‘abultado’ (cf. 381).
Sin embargo Carabanzo (Ll), que parece semejante en su raíz a los anteriores, podría ser seguidor del nombre de persona CARAVANTIUS, documentado ya en el s. II antes de Cristo (20 p. 92). Otro nombre, que según Menéndez Pidal también contiene la base *CARIO, sería Quirós, al igual que una serie de topónimos gallegos y portugueses del tipo Queiraz, Quiraz, Queroz, etc. (20 p. 167). A mi entender, sin embargo, Quirós (y similares) ha de entenderse como continuador de un antropónimo, en nuestro caso un ejemplo más de los genitivos acabados en -osi, -OSII y de los que hablaremos más adelante (cap. 9).