Creemos que la palabra asturiana güelga o buelga ‘camino que se abre entre la nieve, vegetación o maleza’, ‘acequia’, ‘sitio muy húmedo’, así como el correspondiente verbo bolguiar ‘hacer güelga’ se explican mejor partiendo del céltico OLCAM ‘campus fecundus’, ‘terreno laborable’ (TLG 115) que del latín ORCAM ‘olla, tinaja’ (5, 1 p. 49; 17 p. 325; 14 p. 119; 45 p. 139; 236 p. 439). El único problema fónico nos lo plantea la sonorización de la velar -LC- > -lg- no habitual en asturiano aunque no del todo desconocido (trafulcu —> trafulgu). Otras objeciones no parecen muy consistentes (cf. 392 p. 110). Así entendemos los lugares asturianos como:
La Güelga (On, Vv, Cñ, Uv, Bi), Les Güelgues (Pi), La Bolguina (Uv), La Bolgachina (Uv), Bolgues (Lr) (27 p. 156), etc.
Todos los ejemplos citados presentan una b- o una g- como refuerzo del primitivo diptongo inicial [we] -> [bwe] o [gwe] que puede mantenerse incluso en los casos en que posteriormente se generalizó una expresión con la primera sílaba átona. El caso más llamativo es Bolgues pues no triunfó la variante diptongada como era de esperar. La presencia de la b- da a entender que la pronunciación hoy generalizada debe de ser fruto de un compromiso fónico entre dos variantes que debieron de convivir un tiempo, de un lado la adiptongada (*olgues), de otro la que ofrecía diptongo (buelgues).
También la explicación etimológica que parte de OLCA es válida para los numerosos nombres de lugar de tipo Güergas (escritos “Huergas”) frecuentes en León, casi siempre terrenos húmedos o cercanos a una corriente de agua. Es posible que Güergo (Si), tenga origen semejante y explique los apellidos de tipo “Huergo”. Un abundativo del OLCAM podríamos encontrarlo en Braña Orgosa (Mi) ‘braña aguanosa’, ‘braña muy húmeda’.
Por el contrario, los topónimos como La Güérgola (Ti)83 deben explicar se como una aplicación metafórica de la anatomía al terreno, tal vez en relación con los términos de origen latino del tipo GURGULIO ‘esófago’ (EM) cruzado con GURGES ‘garganta’ (EM) y quizá con el lat. GULAM ‘garganta’.
Topónimos emparentados son algunos como El Gorgoyu, riega de Villaviciosa, que ha de entenderse desde el apelativo gorgoyu ‘remolino de agua’, emparentado con gorgoyar ‘meter ruido en la garganta al comer o beber’. El topónimo se explica desde el lat. GURGULIO, ONIS ‘garganta’ (OLD) donde se corrige la terminación -ón para evitar la asociación con la idea de aumentativo.