El haya, ast. faya o haya, tan abundante en nuestros bosques antes y tan castiga da en el presente, es palabra originada en el adjetivo latino FAGEA ‘de madera de haya’ (OLD) y dio nombre a numerosos lugares:
La Faya (Pa, Na, Uv, Si, Sr, Mi, Ce), La haya (Rd), La Faya los Llobos (Llv), La Fatorgá (Sr) ‘haya torgada’, ‘haya torcida’, Fayacava (Bi) ‘haya hundida’ o ‘haya hueca’, La Faya Verde (Mi), La Fayona (Pa, Sr, Ti), Les Fayes (Llg), Faes (Si)19.
En toponimia menor pueden aparecer combinaciones de antiguo nombre y adjetivo en casos como Fayasoutas (Tb) ‘hayas altas’, Faisalbes (Sb) ‘hayas blancas’, Faeseques (Llv) ‘hayas secas’, etc.
Los montes poblados de haya, aunque en ocasiones pueden aparecer en toponimia con el nombre del árbol, aparentemente en singular, faya (450 p. 170), es frecuente que se conozcan con el nombre genérico de fayéu, faéu, e incluso con doble incrementación, faedal, como queda atestiguado en:
El Fayeo (Uv), El Faéu (Si, Md, Vd), Faéu (Cd, Cn, Is, Ce, Sl, Ti, Vd), Faeo (Si, Llg, Sr), Faedo (Qu), El Faíu (Bi). La variante femenina aparece en: La Faeda (Po), La Faea (Pa, Pi). Con doble incrementación colectiva la encontramos en El Faedal (Vd) y en La Faidosa (Mi).
Pequeños bosques de haya parece que nos los recuerdan los diminutivos Faidiellu (Pi), Faidiellu (Md) y probablemente Faidiillu (Sb), El Fadiillu (Bi). Lo mismo le ocurre a Faidiel (Cn) aunque con un mayor desgaste tónico.