¿En qué quedamos, les quitamos su hábitat o es la España vacía?
Mientras el mundo rural reivindica su derecho a existir, la inmensa fuerza de la manipulación mediática sigue colocando su mentira. Las manifestaciones de la gente de campo parecen transparentes, solo se escuchan y ven las de los urbanitas. Frente a la España del campo que queda sin gente, las sectas ecoanimalistas, como un insulto, siguen vociferando que invadimos el hábitat de las especies salvajes. Según ellos, si un lobo mata una oveja, es porque no tiene corzos y jabalíes o le falta territorio, se lo ha invadido el humano. Los medios, auténticas herramientas propagandísticas de estos extremistas, ayudan a extender la mentira; vende más el embuste que la realidad, aunque no haya por donde agarrarlo. Nunca tuvo el campo tan poca gente, nunca hubo tanto monte, tanta maleza, tanta caza mayor, tan poca menor, tantas alimañas. Da igual a donde vaya, el grito sordo del rural siempre es el mismo: ¿quién conservó esto así para que ahora lo disfrutemos todos? ¿Cómo quieren que vivamos aquí si no se puede cortar ni un árbol? ¿De qué quieren que vivamos si solo hay prohibiciones? ¿Cómo quieren que produzcamos si traen la carne de fuera más barata y a nosotros nos asfixian con saneamientos y lobos? Esta es la realidad, normas urbanas que están degollando a quienes viven en los pueblos. Políticos legislando desde la ciudad sobre lo que desconocen, aprobando leyes que ellos mismos jamás sufren. Técnicos teóricos ignorantes de la realidad que dan la espalda a quienes tratan de ganarse la vida con los aprovechamientos tradicionales. Las pasadas jornadas de la cumbre del clima fueron un gran ejemplo, entre pedos de vacas y Bardemes, se olvidaron de invitar a ganaderos, cazadores, agricultores, pescadores... Eso sí, no faltó ni un solo ecologista, animalista, ista, ista, ista... Los mismos perros con distinto collar; por supuesto, cada uno en su coche o con su billete de avión, eso no contamina.
Tolerancia cero con los ecoanimalistas, no hay peor lacra para el mundo rural.
Viva la caza. Viva el mundo rural.
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