El asesinato de Isaac Peral
Relato hemerográfico de un crimen que nunca ocurrió
El Imparcial, Madrid, 19 de diciembre de 1898
ASESINATO DEL ALMIRANTE ISAAC PERAL
Á traición, con saña cobarde y miserable perfidia, un agente extranjero ha acabado en el Teatro de Parish con la existencia del Almirante Isaac Peral y Caballero, gloria de España e inventor del sumergible Peral, el planeador Peral, el fusil de gas Peral y otros ingenios que han servido a la nación en su titánica empresa por recuperar el lugar que la Historia y el Creador le han asignado. El Almirante fué muerto por la espalda, con alevosa intención, por un enemigo de la patria, un miserable de origen francés, cuyo nombre figurará desde ahora y por siempre en la historia negra de España: Pierre Cardona.
El Almirante Peral que había acudido al teatro, acompañado por su elegante esposa, para asistir á la representación de la exitosa zarzuela «Curro Vargas», con música del maestro Chapí. El matrimonio estaba instalado en el palco de honor cuando, mediado el tercer acto, y aprovechando un despiste del guardaespaldas del Almirante, el cobarde francés emergió de la oscuridad en la parte trasera del palco y descerrajó dos tiros en la cabeza de D. Isaac Peral, que fué muerto al instante. Su amada esposa, doña María del Carmen Cencio, resultó ilesa, pero ha tenido que ser recluida en su domicilio víctima de la impresión causada por el miserable atentado.
Con el sonido de los disparos, todo el teatro se hizo silencio. El vil asesino saltó entonces al escenario, y se escabulló por la parte trasera del escenario. Mas no llegó muy lejos en su huida: dos agentes de la Policía, á los que sin duda la Providencia había puesto bajo su servicio, prendieron al asesino en la calle del Arenal.
Mas la detención del infame Cardona no basta para reparar todo el daño que el vil asesino ha producido, ahora y para siempre, á todo el país. En este negro día, no habrá ni uno solo entre los españoles de bien que no se una al dolor de la viuda del almirante y lamente con hondo pesar la pérdida del más insigne inventor, el más valiente militar y, en definitiva, el genio que acudió en ayuda de España en sus momentos más obscuros para devolverle la gloria que la Providencia había reservado á nuestra gran nación.
Aunque las motivaciones del asesinato del Almirante no han sido aclaradas, la coincidencia del crimen con las conversaciones de Marsella, en las que se debate el futuro de Nápoles, no pasa desapercibidas para nadie, y no puede descartarse que la muerte de Peral tenga una finalidad política.
EL IMPARCIAL, en la que sin duda es la súplica más triste desde su refundación tres décadas atrás, eleva hasta el trono el duelo por el almirante y pide para el finado una oración de todos los españoles y una tumba digna del más fiel súbdito de la nación.
El Liberal, Madrid, 20 de diciembre de 1898
EL REY CONVOCA UN GABINETE DE CRISIS POR EL ASESINATO DE PERAL
Mientras se suceden las muestras de duelo por el vil asesinato del almirante D. Isaac Peral y Caballero por todo el territorio nacional, la Corona ha reaccionado con celeridad para evitar que la muerte del insigne militar é inventor derive en una crisis de Estado. El propio Amadeo I, que había viajado á Marsella para iniciar con representantes franceses, italianos é ingleses las conversaciones encaminadas á poner fin al conflicto de Nápoles, ha abandonado la negociación y retornó á España en el último tren de la noche, tras convocar para esta misma tarde un gabinete de crisis.
Según fuentes del Ministerio de Estado, á esta reunión urgente acudirán también el Primer Ministro, D. Emilio Díaz Moreu, el secretario personal de Su Majestad, el marqués D. Giuseppe Dragonetti-Gorgoni, é incluso el General D. Juan Prim y Prats, que ha abandonado su retiro en Yuste para auxiliar al monarca en estos momentos de necesidad.
El Heraldo de Madrid, Madrid, 20 de diciembre de 1898
NUEVAS REVELACIONES SOBRE EL ASESINO DE PERAL
Las investigaciones en torno al brutal asesinato del Almirante D. Isaac Peral y Caballero han dado un vuelco merced á una serie de nuevas y sorprendentes revelaciones sobre el criminal que dió muerte al inventor, el agente extranjero Pierre Cardona.
Aunque natural del Puerto de Santa María, Cardona es fruto de la unión entre un italiano y una francesa, y sus simpatías por ambos países, ahora aliados de los ingleses en su lucha contra España, nunca las ocultó. Pese á estas inclinaciones, Cardona no despertó suspicacias cuando, gracias á su formación como ingeniero, entró á trabajar hace ahora un año en el Departamento Español de la Ciencia y la Investigación Marina, Volátil y Submarina, fundado por el Almirante.
Esta ocupación es, á juicio de los investigadores del Servicio de Espionaje, Inteligencia y Seguridad, que se ocupan del caso, un indicio definitivo para confirmar que Cardona era un agente infiltrado por las potencias extranjeras para investigar el progreso de los ingenios de Peral y sus posibles aplicaciones militares. Pero además, y ahondando en la cruel traición del espía para quien le había acogido como uno de los suyos, la Policía requisó a Cardona, cuando le detuvo, una extraña arma que arrojaba un haz de luz para marcar la trayectoria del proyectil y que ha sido identificada como un prototipo de pistola de gas patentado por el propio D. Isaac Peral dos meses atrás.
Los detalles sórdidos en torno a Pierre Cardona, no obstante, no terminan aquí. Según diversos testigos, tras asesinar al Almirante, en su palco del Teatro y Circo Parish, el agente extranjero saltó al escenario donde, puño en alto, gritó al público asistente: «Sic semper tyrannis». La misma frase que otro vil traidor de la Historia, Marco Bruto, dijo á su padre Julio César antes de asestarle la fatal puñalada que terminó con su vida. Las autoridades sospechan que, debido á la procedencia latina de la expresión, Cardona pueda ser además masón. El agente extranjero, en todo caso, no ha confirmado estas sospechas, ya que mantiene un obstinado silencio desde que fué prendido tras su horrendo atentado.
En otro orden de cosas, el Ministerio de Estado decretó ayer siete días de luto oficial en honor al Almirante, cuyos restos están custodiados en la colegiata de San Isidro El Real, donde se oficiará el funeral por su alma este jueves.
El Imparcial, Madrid, 23 de diciembre de 1898
ENTIERRO DEL ALMIRANTE PERAL
Todo Madrid, toda España, se unió ayer en el último adiós al Almirante D. Isaac Peral y Caballero, héroe nacional cuyas creaciones sirvieron para retornar á la nación al lugar que la Providencia y el Destino le habían reservado como dominadora del mundo. Las calles de la capital, habitualmente un hervidero de chulapos y manolas, se mudaron ayer de luto en honor al Almirante, cuyos restos fueron honrados en los días precedentes por millares de patriotas que se acercaron á la capilla ardiente, instalada en la colegiata de San Isidro El Real, para dar el último adiós á quien devolvió el orgullo a todos los españoles.
Al multitudinario funeral, oficiado por el arzobispo de Toledo, el reverendo Ciriaco María Sancha y Hervás, acudió una nutrida representación del gobierno de la nación, encabezada por Su Alteza Real Amadeo I, quien se mantuvo en todo momento al lado de la viuda, doña María del Carmen Cencio.
Aunque el acceso á la colegiata era restringido, debido al pertinente operativo de seguridad desplegado para evitar un nuevo atentado por parte de nuestros enemigos, en torno al templo se congregó un inmenso círculo de gente, con reflujos de marea, unida por el llanto por la muerte del Almirante. Tras el funeral, los restos de nuestro héroe fueron trasladados al cementerio de San Isidro, en un distinguido cortejo que encabezaba el propio monarca, con el gesto mudado por el dolor ante la pérdida de quien fué su amigo y, junto al general Prim, el principal bastión de la fortaleza militar nacional.
Finalizado el enterramiento, Su Majestad se dirigió á la multitud presente y, con voz doliente aunque enérgica, entregó unas palabras que aliviaron, al menos en parte, el sufrimiento de la nación. «En este yermo enterramos hoy, en uno de los días más tristes de nuestra Historia, á quien fue el más destacado protector del Reino, el león que guardó nuestra casa cuando la cercaban las hienas, el auténtico Cid Campeador de nuestro tiempo», afirmó el Soberano, que acto seguido elevó su voz á los cielos para lanzar una advertencia que sin duda habrán escuchado en Londres y París: «Tengan por seguro los autores de este vil crimen que habrán de pagar con su sangre el dolor que han causado, en esta negra hora, á todos los españoles».
El discurso del monarca fue recibido con fervor por el pueblo madrileño, é incluso obró el milagro de mitigar el dolor en el gesto de la viuda de Peral. Unas palabras que nos dan la confianza en que, aun en un momento de duelo nacional como el que vivimos, nuestros dirigentes ya preparan la debida réplica á un crimen que ha conmovido á todos los españoles y á los cristianos de bien que pueblan el ancho mundo.
Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, Madrid, 25 de diciembre de 1898
NECROLÓGICA DE D. ISAAC PERAL
Un brutal crimen nos arrebató, el pasado 18 de diciembre, al Almirante D. Isaac Peral y Caballero, destacado militar y el más insigne inventor que ha dado el país. Una pérdida irreparable para la industria nacional y, especialmente, para nuestra fuerza militar, que gracias a los ingenios de Peral se ha impuesto á todas las potencias extranjeras que, en el último lustro, han osado discutir la primacía española en todo el globo.
Tras servir de manera distinguida en la Guerra de Cuba y en tierras de Navarra durante la Tercera Guerra Carlista, Peral orientó su carrera á la ciencia y obtuvo, en 1883, la cátedra de Física Matemática de la Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada. Desde ese puesto, el entonces Teniente de Navío comenzó á perfeccionar sus ingenios, que presentó al rey Amadeo y á sus más estrechos colaboradores tras la capitulación en la crisis de Las Carolinas, en 1885.
Amparado por el general Prim, Peral gozó en los años siguientes de una gran libertad de acción para desarrollar sus ingenios, aunque el mundo tardaría aún varios años en saber de los progresos alcanzados por la ciencia nacional. Fué en 1895, cuando una milicia local secretamente armada por los norteamericanos se levantó contra los puestos españoles en Cuba, que se dió á conocer la fuerza real de nuestra gloriosa Armada.
Con un ataque relámpago, lanzado el 11 de marzo y que duró solamente seis días, dos únicas escuadras de submarinos diseñados por Peral se bastaron para terminar con la resistencia cubana y para hundir toda la flota norteamericana que, anclada en La Florida, esperaba una muestra de debilidad por parte de las tropas españolas para conquistar Cuba. Tal demostración de fuerza conmocionó al mundo entero y alertó al resto de naciones de que provocar á la fiera España tiene consecuencias.
Ascendido a Almirante tras la aplastante victoria en Cuba, D. Isaac Peral fundó el Departamento Español de la Ciencia y la Investigación Marina, Volátil y Submarina, más conocido por sus siglas DECIMVS, para el que reclutó á los principales ingenieros é inventores del país, y desde el cual ideó los más increíbles artilugios que ha dado la ciencia. Además de perfeccionar su modelo de submarino, Peral y su equipo diseñaron, entre otros muchos ingenios, el fusil de gas Peral, arma principal de nuestro ejército y triste é involuntario protagonista del crimen, ya que el prototipo de un modelo reducido del fusil, la pistola de gas con mira de luz, fué precisamente el arma utilizada por el infame Pierre Cardona para asesinar al Almirante.
Además, en los dos últimos años comenzó Peral la conquista del aire, diseñando primero un planeador capaz de volar hasta cien metros en línea recta, y después el prometedor aerostático dirigible Peral, un proyecto con el que el Almirante esperaba dar á España la primacía de los cielos, como ya le dió la del mundo submarino.
Los ingenios del Almirante Peral, en todo caso, no se limitaron exclusivamente al ámbito militar, y pronto encontraron usos civiles. Una versión recortada del fusil de gas se ha popularizado entre los aficionados a la caza, y el reloj sumergible Peral, un diseño destinado en origen para los ocupantes del submarino, es la pieza de moda más codiciada por los chulapos de Madrid.
Estos inventos son el legado que el Almirante Peral ha dejado á todos los españoles tras su prematura muerte, como también lo es la recuperación de una preeminencia militar que ha permitido á la nación retener sus colonias en el Caribe, domeñar á los rebeldes tagalos en Filipinas y plantar cara á ingleses y franceses en el Mediterráneo, reintegrando al territorio nacional el peñón de Gibraltar é iniciando la contienda para reclamar la soberanía de Nápoles, cuyo dominio correspondió históricamente al rey de las Españas.
La Época, Edición especial vespertina, Madrid, 26 de diciembre de 1898
¡APLASTANTE VICTORIA EN EL MEDITERRÁNEO!
Con un golpe de mano propiciado por una brillante estrategia militar, España ha vengado la muerte del Almirante Peral y ha humillado á sus oponentes en el Mediterráneo, recuperando al tiempo los territorios de Nápoles. El ataque, diseñado por el genio militar del General Juan Prim y Prats, comenzó exactamente un minuto después de la medianoche de hoy, en el preciso momento en el que terminaba el luto nacional impuesto tras el asesinato del Almirante.
En ese instante, cinco escuadras de submarinos Peral atacaron los puestos defensivos de la alianza franco-británica en los puertos de Nápoles, Bari, Brindisi, Crotone y Palermo, cogiendo desprevenidas á las fuerzas enemigas. Las tropas españolas actuaron con rapidez y no mostraron piedad, honrando con sus heroicas acciones la memoria del añorado Almirante.
Mas el propio Peral dejó su sello en la aplastante victoria, ya que su último ingenio, el aerostático dirigible, certificó la victoria española en las cruciales plazas de Nápoles y Palermo, donde las fuerzas enemigas estaban atrincheradas en sendas fortalezas.
Los aerostáticos dirigibles, un proyecto al que el Almirante se entregó con denuedo en sus últimos meses de vida, tomaron el cielo de Nápoles media hora después del primer ataque lanzado por los submarinos, cuando las tropas franco-británicas trataban de atrincherarse en Castel Nuovo. Tras situar los aerostáticos justo encima, las tropas españolas dejaron caer sobre el complejo un sinfín de bombas que arrasaron completamente la fortaleza, segando la vida de todos los enemigos que trataban, inútilmente, de escapar de la furia española. En Palermo, los aerostáticos dirigibles persiguieron á las tropas enemigas por toda la ciudad, destruyendo con sus bombas cualquier posible reducto en el que pudieran parapetarse.
Tras este abrumador despliegue de la fuerza militar española, las tropas enemigas anunciaron esta misma mañana su rendición incondicional, sin duda ante el temor de volver á encontrarse en su costas á los mortíferos submarinos, ó de ver recortarse en sus cielos á los invencibles aerostáticos dirigibles de Peral.
Pero la venganza española no se limitó á este ataque. El Ministerio del Interior informó que, además de la maniobra napolitana, en la medianoche de hoy también se inició un bloqueo total á las Islas Británicas, ejecutado por siete escuadras de submarinos que tienen la orden de hundir cualquier barco que, procedente del archipiélago, trate de llegar al continente, ó que inicie la ruta inversa. Una respuesta feroz que invita á recordar á los españoles, con el corazón insuflado de patriotismo, las palabras de nuestro Rey y Soberano, Amadeo I, en el funeral del Almirante Peral: «Tengan por seguro los autores de este vil crimen que habrán de pagar con su sangre el dolor que han causado, en esta negra hora, á todos los españoles».
El Heraldo de Madrid, Madrid, 11 de marzo de 1899
CONFIESA EL ASESINO DEL ALMIRANTE PERAL
Después de tres meses de cautiverio, y en vísperas de su esperada ejecución, el vil agente extranjero Pierre Cardona, asesino del Almirante D. Isaac Peral y Caballero, rompió ayer su silencio para confesar las razones por las que cometió su infame crimen. Según afirmó el asesino, sus motivaciones no estaban vinculadas á sus simpatías por la causa extranjera, sino que se vinculaban á un pleito por uno de los ingenios patentados por el Almirante.
Cardona asegura que él fue el auténtico inventor del reloj sumergible Peral, diseñado en origen para los soldados destinados al submarino Peral pero que ha gozado de un importante éxito popular, lo que se tradujo en grandes beneficios económicos para el Almirante. Ante este triunfo inesperado, Cardona afirma que reclamó sus derechos sobre el invento á D. Isaac Peral, y que al no ser atendida esta petición enloqueció y decidió asesinar al Almirante.
La versión de Cardona, no obstante, no ha sido tenida en cuenta por las autoridades, que consideran que el asesino únicamente trata de alargar su vida iniciando un nuevo proceso y de confundir á la nación, en un momento además especialmente delicado para nuestros enemigos, con Francia doblegada y los británicos al borde de la capitulación debido al éxito del bloqueo naval.
Por ello, Pierre Cardona, el infame asesino del Almirante Peral, será ejecutado al mediodía de hoy, tal y como estaba previsto, y sin recibir la clemencia que él mismo le negó á su víctima, gloria de la ciencia española.