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Una casa muy difícil de «vestir»

Una grabación recoge al dueño de Igrafo buscando la manera de atender una petición de Otero para falsear las facturas de la reforma de una vivienda que ellos le pagaron

Viernes 6 de Mayo de 2011

Oviedo, E. L.

Cuando María Jesús Otero ya sabía que estaba siendo investigada, intentó que los responsables de Igrafo le hicieran facturas falsas que pudieran justificar unas obras que, al parecer, esta compañía había pagado por unas reformas valoradas en 80.000 euros en una vivienda de la «número dos» de la Consejería de Educación en Llanes. Así se deduce de la grabación de una conversación del empresario Víctor Muñiz con otro alto responsable de Igrafo.

Esta conversación se produjo a las 18.19 horas del 16 de julio de 2010. Víctor le pregunta al otro responsable de Igrafo si pensó sobre «el tema de María Jesús Otero». Su interlocutor le dice que «es una exageración lo que pretende hacer, porque hacer un contrato con fecha 2006 y empezar a cobrar en el 2000, no se lo cree nadie». Pese a ello Víctor dice que «hay que estudiarlo». Y añade que «estuvieron comprobando que en el 2008 y 2007 tienen unas facturas que pagaron por cuenta de María Jesús Otero de una firma llamada Alvaroter S. L. que hizo obras para ella, y que ella podría hacer que cambiasen el texto, ciñéndolo a lo que hay». Víctor precisa que son 80.000 euros «aproximadamente» y su interlocutor le pregunta si «quiere facturárselo ahora a María Jesús». Muñiz precisa que lo que quiere es «facturarle cada año a María Jesús una cantidad, la que ella pueda pagar, en concepto de la vivienda que ella tiene, de la decoración y la obra». Su interlocutor le responde que de la obra «no puede hacer nada», y le pregunta a Víctor por los motivos por los que le están pidiendo a Otero las facturas «si a ningún particular le piden nada». Víctor supone que «debe de tener una inspección de Hacienda» y su interlocutor le advierte que «si hay una inspección de Hacienda, que hacerle trampas a una inspección que no, porque están ojo avizor». También le insiste en que deben de saber los motivos por los que Otero les está pidiendo este favor. El interlocutor de Víctor Muñiz es rotundo y advierte de que «hacer vestir a una casa con fecha de ahora, siendo una obra de hace cinco años no lo hace nadie, y que si no lo han facturado entonces menos lo van a hacer ahora». Añade que «eso no encaja, que además el paquete es para ella también por querer defraudar a Hacienda, que la cuestión no es tan fácil aunque intenten ellos hacer algo, que los cazan, que además de pagar ellos, ella puede ir al talego igual».

El interlocutor de Víctor insiste en que tienen que saber «qué es lo que pasa» y «por qué pide ella ahora unas cosas que aparentemente ellos no pueden vestir». Víctor afirma que «no se quiere meter en líos, que le tiene mucho cariño a esa mujer, que pueden poner la mano y tirar por ella, pero en vista de que ella no se queme también». En la conversación se refleja que ambos creen que «no tiene explicación» facturarle una casa y quedan en ver los motivos por los que ella necesita esos justificantes «y ver qué es lo que está pasando». Aunque recelan, llegan a plantearse «ver lo que pueden hacer» y «decir que fue una constructora que ya cerró y que vayan a pedirle a la constructora».

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