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Igrafo y APSA, entre las 10 empresas que más facturan a la Administración

Las sociedades de Víctor Muñiz y Alfonso Carlos Sánchez obtuvieron contratos por 39,7 millones entre 2007 y 2009

Lunes 9 de Mayo de 2011

Oviedo, L. Á. VEGA

Comercial Asturiana de Papelería y Almacenes Pumarín (APSA) estaban entre las diez empresas que más facturaban a la Administración del Principado, según consta en un informe elaborado por el grupo de delincuencia Económica de la Comisaría de Gijón. Sólo en tres años, de 2007 a 2009, las dos empresas facturaron casi 40 millones de euros, 15,5 la de Víctor Manuel Muñiz y 24,2 la de Alfonso Carlos Sánchez.

Según el informe, sólo en 2007, Comercial Asturiana de Papelería recibió contratos por importe de 8,6 millones, mientras que APSA facturó con el Principado casi 10,2 millones. En los años siguientes las ventas bajaron en ambos casos, quizá por efecto de la crisis. Así, Almacenes Pumarín pasó a facturar en 2008 casi 4,9 millones para luego volver a subir hasta 9,2 millones en 2009. Comercial Asturiana de Papelería experimentó un recorte más drástico, puesto que en 2008 pasó a 3,8 millones de facturación con el Principado, y en 2009, a 3,2 millones, menos de la mitad que en 2007. Lo chocante de estas cifras es que se trata de empresas especializadas en mobiliario y equipamiento de interiores.

En el caso de Víctor Manuel Muñiz hay que contar además con otras cinco empresas, a saber: Darro-Import, Representaciones Santo Firme, Comercial de Montajes y Servicios, Nora Proyectos & Ingeniería y Suministros Tecnográficos del Cantábrico. Estas empresas facturaron en 2007 al Principado un total de 605.000 euros. En 2008 pasaron a ingresar un total de 284.000 euros por cuenta de la Administración regional. En 2009, esa cifra pasó a 324.000 euros.

En cuanto a Alfonso Carlos Sánchez, un informe de la Agencia Tributaria señala que el empresario utilizaba a tres personas vinculadas familiarmente con él para la emisión de facturas falsas que propiciasen al gijonés la necesaria cobertura contable a pagos realizados sin soporte documental, con la ventaja añadida de proporcionar justificantes para deducciones fiscales. Estos tres familiares llegaron a justificar compras ficticias por importe de 3,1 millones de euros. Los tres empresarios, llamados ante la Inspección en noviembre de 2010, admitieron que todas las facturas emitidas a las empresas de Alfonso Carlos Sánchez no se correspondían con ninguna actividad real. «Es más, ni siquiera ejercían ningún tipo de actividad económica».

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