¿Cuál es el estado de los frescos?
Los frescos, que hoy ocupan aproximadamente el 50% del interior del templo, recubrían sus paredes por entero. En gris-azul, ocre-amarillo, rojo carmesí y negro humo, todos ellos presentes en la pintura romana, aquel despliegue de colores era un esplendoroso reflejo del poder de Alfonso II. Pocos entraban en aquel templo sin sentirse deslumbrados.
Las pinturas fueron descubiertas en la restauración llevada a cabo entre 1912 y 1917 por Fortunato Selgas y Vicente Lampérez, que retiraron las bóvedas falsas de yeso y el encalado que recubrían el interior. Después, las pinturas fueron restauradas en distintas campañas. Pero no todas fueron intervenciones afortunadas. La de los años 80 resultó especialmente lesiva y, en algunos casos, se alteraron las pinturas. Pese a ello, la situación es reversible. En 2011, la restauradora Natalia Díaz-Ordoñez elaboró un estudio de conservación de los frescos por encargo del Instituto de Patrimonio Cultural de España y del Gobierno del Principado. El trabajo reveló la existencia de importantes problemas de conservación y la necesidad de una intervención urgente que aún no se ha producido. Los mismos estudios, no obstante, permiten concluir que con la adecuada inversión la “resurrección” de Santullano es posible.