La meruxa ‘Veronica persica’’ es conocida sobradamente por nuestros paisanos que, por ser dañina para los sembrados, se ven obligados a dedicar buenos esfuerzos a arrancarla o esmeruxar.
En nuestra opinión, la filiación etimológica de tal palabra ha de ser la misma que la de la gallega mera ‘llovizna’, ‘niebla húmeda’, cast. mera ‘trementina del pino’. Me parece que ha de partirse del latín MERUS, A, UM ‘puro’, ‘sin mezcla’ (EM) que pasa a significar ‘blanquecino’ y ‘agua clara’, ‘arroyo’ (95 p. 64). Sobre MERAM, con incrementación de sufijo, se formaría meruxa, especie botánica que tiene un color verde blancuzco, y de ahí el sufijo diminutivo-despectivo -uxa. De los núcleos de población que llevan tal nombre citamos:
Meruxa (Md)52 y los colectivos El Meruxal (Llv), El Meruxalín (Llv), Miruxeo (Sr, Mi), Miruxéu (Gr), Meruxeras (Ct), La Meruxosa (Bi), Los Meruxales (Ll).
Creemos también que debería incluirse en la lista La Maruca (Av) y La Meruca, caserío de Sotrondio que toma el nombre precisamente de una pequeña fuente que nace en las inmediaciones. No sé si se tratará del mismo elemento hidronímico que se encuentra en La Marea (Pi), Los Mareales (Llg) (p. 181).
Parece que la génesis etimológica de estos topónimos está relacionada con el nombre asturiano de la lombriz de tierra, merucu, meruca, pues la lombriz de tierra debe tal nombre precisamente al color blanquecino de la parte inferior del cuerpo; de ahí que le convenga también el sufijo diminutivo-despectivo -ucu, -uca. Es cierto que, en ocasiones como acaso ocurre en El Picu la Meruca, peña entre Llaviana y Piloña, en vez de entenderse con relación al agua podría simplemente tratarse de una metáfora desde el nombre asturiano de la lombriz de tierra.
