Del latín TABULAM ‘plancha’, ‘cuadrado de terreno’ (EM) proviene nuestro tabla que aplicado a la tierra se refiere a franjas lisas sin mayores accidentes (27 p. 45; 239 p. 36). Abunda como nombre de núcleos poblados: La Tabla (Cñ, Av, Cr, Lla, Ce), Les Tables (Ca), Las Tablas (Pr). Una creación masculina sobre tabla la tenemos en el aumentativo tablón ‘tabla grande y ancha’ que pervive toponímicamente en Tablones (Llg) (p. 327).
En asturiano pervive lo que parece originariamente un derivado de TABULATUM ‘hecho de tablas’ (EM) que se continuaría en las aplicaciones al terreno tabláu ‘’faja de terreno llana y lisa en una ladera’, tablada ‘superficie plana’, ‘haza en terrenos pendientes’, ‘porción de terreno rectangular dedicada a cultivo’. Probablemente su presencia en toponimia alude a amplias extensiones de terreno liso divididas en hazas:
Tabláu (Md, Cd, Gr, Cn), Tabláu del Ríu (Ti), Tabláu Ribiella (Ti), Tablao (Si, Mi, Ll), Tablaos (Cn), Tabladiello (Lla, Si), Tabladiellu (Sm, Cn), El Tabléu (Na).
Trabáu (Dg) puede interpretarse como variante de Tabláu, quizá por influjo de TRABEM, palabra que, a su vez, tiene seguidores en el ast. trabe ‘viga’, ‘alud’.
Podrían estar también relacionados con TABULAM que pervive en algunos topónimos con incrementación sufijal: Tablazo (Llv), Tablizo (Ay), Tablizu (Vd), Tablizas (Cn), Los Tableros (Mi).