Para una serie de palabras como el catalán llosa, castellano losa, portugués lousa, gallego louxa, asturiano llosa etc. se pensó en una etimología prerro mana (86 p. 1.248; 87 p. 1.079) y céltica más concretamente (45 p. 136; 85 p. 305) LAUSA ‘losa’ (TLG 92). El hecho de que tanto en territorio asturiano como catalán abunden los topónimos del tipo llosa aconseja a Menéndez Pidal buscar una explicación diferente del lat. CLAUSAM ‘cerrada’ pues el grupo CL- no palataliza en catalán (88 p. XCVI).
A nuestro modo de ver ha de entenderse que bajo una misma expresión del tipo de las asturianas llosa o llousa, se ocultan dos palabras de orígenes diferentes. Por un lado una de clara ascendencia latina, CLAUSUS, A, UM ‘cercado, cerrado’ (OLD) que se aplicaría a realidades como la ería o a otra propiedad comunal carac terizada precisamente, frente a otras, por estar cercada o “cerrada sobre sí” en expresión de documentos tardíos; quizá así deban explicarse:
La Llosa (Vv), La Llo sona (Uv, Na), La Llosa Al fonso (Mi), La Llosa Perico (Vv) y quizá Lloses (Vv), La Lloseta (Sr), Llusiella (Uv), Los Llosos (Vv), El Llosón (Bi), El Llosín (Sg), El Llosetu (Lln), La Llosanueva (Vv), Llosalapiedra (Na), La Llosagra (Llv) ‘llosa pendiente’, La llousa (Tb), etc.
Otra palabra, ahora la citada céltica LAUSA ‘losa’ > asturiano llouxa o llosa, será responsable de algunos topónimos asturianos de la misma expresión que los anteriores pero relacionables con la terminología de la piedra. Es probable que alguno de los que siguen tengan este origen aunque siempre debe observarse el terreno para diferenciarlos de los que hacen referencia al lugar cercado. Serían ejemplos como los que siguen que parece son portadores de un sufijo abundativo: El Llosal (Ra), Llosoiro (Cu), Louxedo (So), A Llouxeira (Bu).