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EL CULTO CRISTIANO

Si el culto pagano tuvo sitios reservados a tal fin, el culto cristiano nos dejó toda una serie de denominaciones que aluden a determinados edificios levantados con una finalidad religiosa (cf. 231). He aquí algunos ejemplos:

Baselgas (Gr) remite a BASILICAS (EM) (cf. 43), palabra de origen griego transmitida a través del latín eclesiástico; la actual palabra basí lica es de idéntico origen aunque llegada con posterioridad por vía culta.

L’Adriu (Gr), palabra que se remonta al lat. ¯ATRIUM (EM), sólo se nos conserva muy minoritariarnente aunque hay testimonios fehacientes de su uso medieval. Probablemente adriu fue sustituido por cabildu, término originado en el bajo latín CAPITULUM (DCECH), y que en asturiano se generalizó para aludir al pórtico o lugar próximo donde se celebraba, a veces, el conceyu o xunta de vecinos, después de haber asistido a los oficios religiosos. Como frecuentemente esto ocurría en domingo en asturiano se empleó el término domenicar con el sentido de ‘conversar’ y también ‘tratar de los asuntos públicos en el cabildu’.

Algunos lugares próximos a las iglesias llevan el nombre de Bendición (Si), “La Bendición” (Xx; 448 p. 77) sin duda motivado por usos de tipo religioso.

La Capilla (Co, Vv, Uv, Si, Llg, Vd) parece que remite a autén ticos oratorios o capillas, presenta una forma verbal castellanizada formada de un derivado de CAPPAM y que casi elimina al autóctono capiella todavía recordado en nuestra toponimia menor.

Según se afirma la deno minación capiella debió de generalizarse por levantarse alguna de las pri mitivas capillas en lugares donde se creía que se conservaba la capa de un santo (DCECH s.v. capilla). Un ejemplo claro y paradigmático en este sentido es Capiella mar tín (Vd) ‘la capilla de Martín’34. Otras veces los topónimos del tipo capiella pueden deberse a la forma caprichosa de alguna parte del tejado del edificio.

Convendría saber si El Capiellu (Cr), El Capiellu (Vd) se explican como simples variantes masculinas, esto es ‘capilla peque ña’, o más bien si deben interpretarse como alguna metáfora expli cable por el asturiano capiellu ‘capucho’.

Al lado de las expresiones con sufijo diminutivo -ELLAM (> capie lla) también en Asturias debió de combinarse CAPPAM ‘capa’ con el dimi nutivo -¯ICULAM, por eso algunos topónimos presentan la expresión capiya (o capía) y capicha; de ese modo tenemos muestras como La Capiya (Cg). Es posible que algunos topónimos generalizados con el castellanismo Capilla no sean sino expresiones ultracorrec tas de yeístas que modifican el resultado autóctono capiya (cf. 332 p. 181).

En cuanto a lugares en parentesco etimológico con CAPPELLAM tenemos El Capellán (Bi) y La Capellanía (Vv).

Se constatan también La Retoría (Mo) y la usual hoy todavía retoral ‘casa del párroco’, palabras que pro ceden por vía semiculta de RECT¯OREM (OLD).

Algunos oratorios o lugares de culto erigidos en los caminos proceden de un término *HUMILIAT¯ORIUM, sin duda por tratarse de un sitio apropiado para abajarse humillándose, postrarse y rezar. El resultado popular asturiano nos lo recuerdan topónimos como:

Miadorios (Gr), Amiyaoriu (Pm), Miadoriu (Tz), o Michadoriu (Tb) presente en la toponimia menor (231 p. 34; 314 p. 650; 219 p. 174).

Topónimos de este tipo son recordados en la documentación medieval, así:

“humiliatorium” lugar cercano a Andayón (Lr) citado en documento de 1164 (DCO p. 442).

“Humiliadorio” en zonas occidentales (LRC: Leal).

“bustu quod dicunt Millatoris” (DCO p. 52 a. 891, c. XIV)35 en L’Aramo, etc.

Etimológicamente *HUMILIATORIUM está en relación con el latín de la baja época HUMILIARE (EM) > amiyar ‘bajar, descender’ que en la terminología cultural cristiana se generalizó, sin duda, con un contenido próximo al del cultismo humillar.

Si el lugar donde se rezaba podía ser un amiya(d)oriu más o menos recogido, en ocasiones podía ocurrir que lugares al aire libre, quizá por tradición, quizá simplemente motivado por ser sitios desde donde se divisaba una iglesia o santuario36, pudieron ser también parajes de oración en los caminos. En este sentido hay topónimos como:

El Cantu la Oración (Ca), La Vuelta la Oración Cimera (Tb), La Vuelta la Oración Fondera (Tb), Onde se Reza la Salve (Tb), etc.

Topónimos frecuentes cuyo apelativo formador, iglesia o ilesia, todavía pervive son:

La Iglesia (Xx), La Ilesia (Vv, Ll), Ente la Iglesia (Mo), Ente la Ilesia (Gr), Tres la Ilesia (Cr), So la Ilesia (Av).

Tales topónimos proceden del griego EC(C)L¯ESIAM (EM), a través de una reducción de la geminada del latín propagado por cristianos. En su primera acepción sig nificaba ‘asamblea, reunión’ para luego designar el sitio donde tenía lugar la reunión destinada al culto (DCECH s.v. iglesia).

Al sur de la cordillera encontramos otra variante fónica interesante, también continuadora de EC(C)LESIAM, con cierre de la tónica por la yod y unos pasos intermedios del tipo *eglesia37 —> *egris(i)a —> *(e)girisa —> *gui(r)isa —> guisa-; se trata de Gui sa techa, pueblo cercano a Vegarienza (Riello) con una iglesia todavía hoy perfectamente identificable en su parte superior que, frente a otras propuestas (429 p. 259), ha de entenderse como EC(C)L¯ESIAM TECTAM ‘iglesia cubierta con tejado’, al igual que Fon teta (An) ‘fuente cubierta con tejado’38. El apellido “Guisasola” debe interpretarse indudablemente como ‘iglesia solitaria’.

Parece que sobre todo durante el siglo VII se acentúa en Asturias la presencia de monjes-eremitas llegados, probablemente, en busca de tranquilidad para sus meditaciones o movidos por el espíritu misio nero (165 p. 29); esto daría lugar a la erección de algún eremitorio o ermita, palabra que proviene del griego (DCECH); tal palabra, posteriormente, pasa a ser sinónimo de capilla u oratorio de un ermitaño.

En el concejo de Villaviciosa y Valdés dos núcleos de población llevan el nombre de La Ermita, expresión que también se recoge en la toponimia menor del país. En tierras próximas a Asturias se encuentra el resul tado popular sobre el latín EREM¯ITAM ‘ermitaño’ —> ‘sitio donde vive un ermitaño’ (DCECH), esto es La Ermida, expresión que no es general hoy entre nuestros nombres de lugar aunque sí aparece en la documentación medieval39 y en La Ermida (Pb), nombre de un desfiladero en el límite con Cantabria.

Un diminutivo culto de EREM¯ITAM incrementado con el sufijo diminutivo -¯ICULAM lo tenemos en *armatiya > Armatía, nombre de un pequeño pueblo del concejo de Uviéu que todavía hoy ofrece una capilla en la parte más elevada (p. 411).

De EREM¯ITAM ‘ermitaño’ con incrementación en -ANEM se formó el asturiano ermitán ‘ermitaño’ que pervive en topónimos como El llombu l’Ermitán (Tb).

Pequeñas construcciones dedicadas al culto porque contenían la efigie o reliquias de un santo se recuerdan toponímicamente tam bién con expresiones cultas del tipo camarín, camarina, diminutivo de cámara, palabra latina de origen griego (EM). Hoy no encontramos topónimos de origen popular pues de CAMARA o CAMERA (EM) habría de seguirse un resultado *cambra.

Se constata, en cambio, un resultado culto cuyo recuerdo pervive en la toponimia mayor: A Cámara (Bu), El Camarón (Sm). En la menor también se documenta: Las Cámaras (Co), La Camarina (Tb), Sucamarín (Tb)40 (231 p. 34).

L’Abadía (Vv, Xx) se forma sobre ABB¯ATEM ‘padre’ (EM) > abá, palabra aramea latinizada que significaba ‘padre’ (DCECH s. v. abad). Una ABB¯ATIA (EM) —> (a)badía sería una casa religiosa o iglesia regentada por un abad o sacerdote. El término pudo modificar ligeramente su significado administrativo según diversas circunstancias históricas. Se conserva una relación de las abadías de la diócesis datada en el año 1385; por aquellas fechas la diócesis asturiana tenía la nada desdeñable cifra de 36 (151 p. 33). Sin duda su pervivencia toponímica se constata con expresiones del tipo abadía, badía, baía en alusión a fincas que fueron de vieja pertenencia eclesiástica.

Sabadía (Sd) podría continuar un *IPSAM ABBATIAM ‘la abadía’, denominación alusiva a una de las dependencias de Santu Adrianu de Tuñón. La particularidad de este topónimo estri baría en presentarnos un antiguo adjetivo demostrativo (IPSA) con valor de artículo, algo semejante a lo que podría ocurrir con Salime < *IPSAM LIMINEM ‘el límite’ y algunos otros (94 p. 89; 460 p. 329). Hay, con todo, un problema que plantea la documentación oficial, “Sabadille”, que podría hacer pensar que nos encontramos ante un antropónimo del tipo SABBATUM —> *SABBATELLUM o *SABBAT¯ILIUM.

MONAST¯ERIUM, lugar donde se reunía una comunidad religiosa, es palabra de origen griego (EM) y entre nosotros fue adaptada, a veces, como monesteriu o ministeriu. Entre los pueblos que siguen tal nombre citamos algunos de vieja historia dado que la vida monacal fue intensa en nuestro país a lo largo de la Edad Media según nos hacen ver los documentos (cf. 150):

El Monasteriu (Vv), Monesteriu d’Ermu (Cn), Monesteriu’l Coutu (Cn), Munistiriu (de Yanos de Somerón), en llena, El Pozu’l Ministeriu (Tb), prado en Presorias, etc.

El Convento (Cñ, Ll), El Conventu (Lln, Pa, Pi, Md) recuerda asi mismo la expresión culta procedente del latín CONVENTUM ‘asamblea’, ‘reunión de gente’ (OLD) aunque posteriormente pase a significar ‘edificio donde conviven religiosos de algunas órdenes’. La documentación medieval nos da cuenta, al menos desde el siglo XIII, de realizaciones semicultas y diptongadas de este término eliminadas posteriormente de la lengua hablada.

El Conventín (de Valde diós) en Villaviciosa es el nombre con que se designa popularmente el monumento de arte asturiano para distinguirlo del edificio monacal de sus inmediaciones, de fábrica más tardía pero de dimensiones mucho más monumentales.

Es posible que alguno de los lugares denominados La Trapa aluda a algún establecimiento de monjes trapenses. Sin embargo lo más habitual será que representen lugares de trampas para algunas alimañas. La palabra es, probablemente, de origen onomatopéyico (DCECH). Los pueblos que llevan el nombre de trapa41 son: Trapa (Llg, Ti, An), La Trapa (Co, Cr, Sb, Ca, Ce), A Trapa (Ve, Sa), La Trapiella (Pi).