Por lo demás, justo es decir que hay otra serie de topónimos que parecen de construcción análoga y significado similar al de Somiedu18. Nos estamos refirien do a los del tipo Cerreo (Vv), Zarréu (Dg, Ti19), Zarredo (Ef), El Sarredo (Bu) (244 p. 60). Éstos partirían del latín CIRRUM ‘mechón de cabellos’ (EM), ‘cresta, moño, penacho, rizo’ que explicaría metafóricamente el ast. cerru, port. y cast. cerro (12 p. 408-409; 8 p. 164-165; 41 p. 34), aunque no deberíamos olvidar que el latín disponía de otra palabra, CERRUM (EM), que tenía el significado de ‘mesto’, árbol resultado del cruce de alcornoque y encina, que acaso haya pervivido en el término botánico asturiano cerru ‘tipo de yerbas finas, largas y punzantes’20. Torrecerréu, conocido topónimo de los Picos de Europa, debe entenderse en este sentido que estamos viendo, esto es, como una ‘torre o emergencia peñascosa situada en Cerréu’; este lugar, Cerréu, lo podemos interpretar, sin reconocer el terreno, tanto como ‘cordillera’ o como ‘lugar abundante en las hierbas llamadas cerros’. No me parece admisible la propuesta fantástica debida a Corominas (262 p. 106) que parte de un inusitado CIRRUS HAEDUUM ‘torre de los cabrones’. De una posible variante femenina de CIRRUM ‘cresta’ tenemos un seguidor en La Cerra (Vv), etc.