Los términos emparentados con nieve están presentes también en la toponimia menor; son casos como neveru, neverón, etc. Algunas veces encontramos alguna muestra como El Pozu la Nieve (Cl) que no precisa más explicación aunque bien está recordar que tales pozos eran recordados porque en verano se aprovechaba la nieve almacenada en su interior durante el invierno para subvenir a las necesidades refrigeradoras de la estación y, especialmente, con aplicación en medicina para aliviar determinados dolores.
Pero las nieves que permanecen mucho tiempo formando manchas blancas en el terreno suelen denominarse neveru presente en los topónimos del tipo Neveru, Neverón, incluso Nevera. Pero también se conoce con el apelativo de cemba tal y como nos recuerda Cemba Vieya en términos de Cangues d’Onís (p. 56).