Anteriormente hemos hecho referencia a los topónimos que son portadores del elemento llampa ‘cuesta inclinada’ y ‘(terreno) liso, raso, despejado’ palabra de difícil etimología pero probablemente relacionada con port. lampo, cast. lampiño (p. 158).
Ahora sugerimos que esos topónimos, entre los que debe citarse Les Llam pes (Po), acaso puedan entenderse como un participio fuerte del verbo LAMPARE ‘brillar, lucir, resplandecer’, un grecismo en relación con lampas, -adis ‘lámpara’, en el origen también del ast. allampar ‘desear vivamente’. Aplicar la idea de ‘resplandeciente’ a un lugar caracterizado por ser ‘liso’ es algo que no parece inapropiado.
Con una posible combinación de sufijos diminu tivo-despectivos, llampa (+ -ACULA + -UCA) podríamos explicar, quizá, Llampaxuga (Uv), documentada “Lanpaiva” (SP I, a. 1324). La misma raíz es la que encontramos en Llampaya (Uv), aunque en este caso no sería imposible que se tratara del continuador del antropónimo LAMPADIUS o, si se quiere, de una *(VILLA) LAMPADIA (cap. 9).
No sabemos qué grado de parentesco exacto con lo que antecede tiene el ast. llampazu o llampazu ‘Heracleum pyrenaicum’ que, con toda probabilidad, se remonta a una palabra latina LAPPACEUS, A, UM formada sobre LAPPAM ‘lampazo’ (DCECH s.v. lampazo) o céltico *LAPPA ‘lodo’ (TLG 92), de la que derivan no sólo el castellano lampazo, sino el cat. llapassa, gall. labaza, y los nombres de lugar asturianos del tipo Llampaces (Sb)63.
Con sufijo, el mismo que en cardeña con relación a cardu, se forma el apelativo llampeñu ‘Lappa minor’ aunque no tiene descendencia toponímica.
