Importante en el proceso de consecución de la harina fue el pisón, el rabil y el molín, todos ellos ampliamente representados en la toponimia menor (cf. 305). El molín debe su nom bre a la piedra molar, denominada (SAXUM) MOL¯INUM (EM). Su función de transformar en harina los diversos cereales no es pequeña. El molino tal y como fue concebido y pervivió hasta nuestros días ha quedado ya en desuso; de todas formas la toponimia nos recordará su asentamiento en casos como (241 p. 120):
El Molín (Lln, Uv, Sr, Mi, Qu, Ct, Bu, Pe), El Molín del Coz (Llg), El Molín del Seviyano (Cñ), El Molín de la Gallega (Go), El Molín del Abá (Cg), El Molín d’Arena (Go), El Molín del Rozóu (Llg), El Molín de Doróu (Gr), El Molín de Figares (Mo), El Molín de la Sala (Ll), El Molín de Re queixu (Vd), El Molín de Ricáu (Cl), El Molín de Pra (Na), El Molín del Puir tu (Go), El Molín da Cova (Gs), El Molín d’Agostu (Gr), El Molín del Monte (Cs), Los Molinos (Uv, Cn), etc.
Derivados son El Molinucu (Mi), El Molinón (Xx, Lla), La Molinera (Mi), Les Molineres (Llg). Un derivado occidental, con pérdida de -n- lo tenemos en El Molieiro (Ef).
Las expresiones que siguen en los derivados con -ñ- sólo manifiestan la variante posible en asturiano en ejemplos como fariña - farina, mariña - marina etc.: La Mo liñera (Co), Les Mo li ñeres (Si), La Puente Moli ñera (Cl), etc.