Cómo está el servicio

La empleada del hogar recopilaba posibles pruebas contra Renedo - Su novio, al escuchar extraños ruidos en la línea telefónica, bromeaba diciendo: «Es Rubalcaba, joder»

Viernes 6 de Mayo de 2011

Oviedo, J. A. A.

De vez en cuando personajes aparentemente secundarios se revelan como si fueran auténticos protagonistas. La «operación Marea» tiene más de uno. Si la denuncia de una cajera investigada por Hacienda puso en marcha la mayor investigación de corrupción política en Asturias, las manifestaciones de la empleada de hogar de Marta Renedo tampoco tienen desperdicio. Sus conversaciones desde el teléfono del domicilio de la «superfuncionaria», en ocasiones con la propia Marta Renedo, pero otras veces con su novio o con otros familiares, resultan llamativas y hasta sorprendentes.

«La empleada del hogar: -En realidad el responsable es el Principado.

»Marta Renedo: -Yo soy un eslabón más. No sé nada de nada.

»Empleada del hogar: -En qué país vivimos, yo flipo».

Renedo le asegura a su empleada que «ya tiene preparada la demanda contra los periodistas de LA NUEVA ESPAÑA y contra el mismo periódico por todas las opiniones que se han publicado», tras ser suspendida de empleo y sueldo por el Principado, en febrero del pasado año.

Dos meses después del cese de su jefa, la empleada del hogar deja entrever en una conversación con su novio que en el domicilio de Marta Renedo sospechan que tienen el teléfono pinchado.

«Empleada del hogar: -«Vaya ruido hace este teléfono, debe de estar pinchado.

»Su novio: -¿Por?

»Empleada del hogar: -Porque suena psss.

»Empleada del hogar: -Vaya ruido que tiene este teléfono. Debe tener razón la jefa de que está pinchado.

»Su novio: -Es Rubalcaba, joder, el hijo puta ese», expresión a la que sigue un listado de improperios.

En el mes de mayo, en una nueva conversación la asistenta le dice a su novio que «Marta Renedo está rarita». En ese mismo mes, la empleada del hogar recibe una llamada de su novio, que le pregunta por el cobro de unas prestaciones del Principado.

«Su novio: -¿Cómo ves lo del salario social?

»Empleada del hogar: -No lo sé porque como están recortando gastos y tenemos un problema si investigan las cuentas y el cobro por transferencia».

Al día siguiente, el día 12 de mayo del pasado año, la empleada de Marta Renedo mantiene una de las conversaciones más jugosas con su novio acerca de la situación de su jefa:

«Empleada del hogar: -El día que me paguen por contar todos los secretos de Marta Renedo a ver qué pasa. Pero no lo voy a contar porque soy una profesional, a no ser que me estén grabando. Y como tengo derecho a mi intimidad voy a poner una denuncia que se van a cagar.

»Su novio: -Hola Rubalcaba».

El mantenimiento por parte del Principado de la suspensión de empleo y sueldo de Marta Renedo hace mella en la situación de su empleada, según revela en otra conversación con su novio.

»Empleada del hogar: -Estoy enfadada porque Marta Renedo me ha bajado el suelo y no me va a pagar la extraordinaria».

Su novio, según el sumario, «parece que está escaneando algunos documentos que hacen referencia a la reforma de la casa que Marta Renedo cargó a la empresa Implans Mounts». La pareja «quiere tener documentos por si acaso discuten algún día con Marta Renedo» y también hablan del ritmo de vida de la funcionaria y su marido. «Y no sabemos cuánto se levantó en Cultura», llegan a decir en esa charla telefónica. Apenas cuatro días después aportan un nuevo dato, en esa misma línea argumental. La asistenta y su novio se dicen por teléfono que Marta Renedo tiene en casa gran cantidad de dinero invertido «en chorradas de diseño, que tiene una cama que cuesta un millón de pesetas».

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