El peregrino desea postergar la marcha de esta bella tierra que ha hollado; sueña que la densa y húmeda bruma expirada por el río Eo le embruja y le retiene a vagar por sus orillas, de aquí allá, sin rumbo fijo, recordando con melancolía los días felices. Despierta, despliega el plano y, mientras toma el café, estudia los diversos caminos que llevan a Galicia, sopesando si entrar por Abres, continuar por la costa hacia Tapia o dirigirse por la vía más directa a As Figueiras o Castropol.
Tomada la decisión, ya nadie le frena; aprieta su calzado, carga la mochila, estrecha el bordón con fuerza y mira al oeste. Se recrea en cada pisada, dejando atrás los últimos concejos: El Franco, Tapia, Castropol, A Veiga... que pronto tornarán en concellos. Atisba absorto el mar que ya no volverá a ver, si acaso alargando la peregrinación hasta Fisterra, y da gracias por la hospitalidad de las gentes, siempre dispuestas a servir en cada albergue y en cada una de las encrucijadas del Camino.
Etapa 11 (Ruta por Barres y Figueras)
Tras el albergue de A Caridá cruzamos el arroyo del Matadero y desembocamos en la carretera- avenida que atraviesa de punta a punta la capital de El Franco. Pasamos junto al Ayuntamiento y más adelante al lado del Complejo Cultural As Quintas, que alberga la oficina de turismo. Poco después, al pie de un aserradero, el Camino deja la carretera por la derecha y cae hasta el arroyo Salgueiros. La senda se prolonga un trecho y sube a la carretera a la altura del cruce de A Pedra, donde giramos a la izquierda para cruzar la N-634.
Tras la intersección tiramos de frente por una carretera vecinal, bajando por Los Carballotes para pasar el arroyo de Piñera. Después tomamos la primera bifurcación a la derecha y nos acercamos a un barrio de casas de A Ronda. Una recta, donde fluye el arroyo Merníes, nos arrima a San Pelayo. A la salida nos sorprende otra vez la N-634, que cruzamos para visitar la ermita de San Pelayo, con un par de mesas para el descanso. Tras ella, dejando marchar de frente la senda de Gran Recorrido que va hacia la playa de Monellos, torcemos a la izquierda, afrontando una larga recta hasta la iglesia de San Bartolomé. Unos metros a la derecha, en dirección contraria al Camino, está al palacio de Fonfría, del XVI.
Continuamos por la izquierda para cruzar la N-634 y seguimos de frente para avanzar hasta El Franco. Junto a un parque infantil giramos a la derecha y después a la izquierda, siguiendo hasta Casa Leocadia, donde torcemos a la izquierda. Bajamos por una senda, ¡atención, ciclistas!, hasta la molesta N-634 y, al otro lado, una vereda nos lleva hasta la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, fundada en 1612. Salimos a la carretera y cruzamos el puente del río Porcía. La otra orilla, donde dio servicio una venta, ya pertenece al Concejo de Tapia. A la altura de la TC-4 que se dirige a A Roda, ascendemos a la derecha por una cuesta de hormigón rayado que sube junto a los primeros barrios de la parroquia de Campos y Salave. Alcanzado el llano nos dirigimos a la primera bifurcación de la jornada, junto a las escuelas de Campos.
¡Atención! Al cierre de esta edición, el mojón oficial había sido trucado para confundir a los peregrinos. La señalización, según se encontraba, obligaba a seguir sí o sí hacia Tapia (describimos este itinerario más adelante), pero eso es algo que debe elegir el peregrino. El mojón original indicaba a la derecha hacia Tapia y a mano izquierda hacia el Camino que lleva a Tol y A Veiga. Seguiremos éste último, cruzando otra vez la N-634. La pista avanza entre las casas de Lavandera y continúa hasta un cruce que seguimos por la derecha. En breve cogemos un camino que lleva en 20 minutos hasta la TC-2, junto al kartódromo de Tapia. La carretera pasa sobre la A-8 y al poco la dejamos por la derecha, tomando otro camino que se abre paso entre pinares. En medio kilómetro cruzamos la AS-23 y regresamos a la floresta.
En el paraje de As Pontes de Cabillón, salvamos el río Orxales por los puentes dispuestos. Rumbo suroeste, disfrutamos de los últimos pasos por el concejo tapiego hasta las inmediaciones de Brul, donde saluda el Concejo de Castropol. Llegamos hasta esa población aunque nos despedimos muy pronto de ella en un giro a la izquierda. Por nuevos caminos alcanzamos Barrionuevo para desembocar en la AS-31, entrando así en Tol. A la par de la tienda y la iglesia de San Salvador, del XVII, llegamos al albergue de peregrinos, que sirve cama desde 1999. A 200 metros cruzamos el río Tol y tomamos a mano izquierda el desvío a Ponte Berbesa y a Castropol.
En el cruce de El Tombín, tras remontar la vaguada del río Tol, los que se dirigen a Ribadeo por Barres yAs Figueiras siguen en todo momento la AS-31. Las rectas parecen no tener fin. Pasamos de largo el cruce a As Campas, más tarde la rotonda al polígono industrial de Barres y el comienzo de esta población. Alcanzamos más tarde el campo de fútbol, donde cruza la N-640. Si necesitamos recargar energía, a mano derecha está Casa Enrique, con pensión y restaurante; y un poco más allá, el bar la Viña de Oro. Atravesamos la nacional de frente y en ligera subida alcanzamos el núcleo principal de Barres, viendo la iglesia de San Esteban, que se alza sobre lo que pudo ser una necrópolis romana. A mano derecha de la AS-31 hay un desvío a la playa de Penarronda, que se visita en el itinerario que viene por Tapia.
Pasamos junto a la cooperativa San Esteban, alejándonos de Barres por otro tramo de carretera que conduce a Lois, aldea perteneciente a la parroquia de As Figueiras. Antes de entrar en el propio As Figueiras podemos coger a mano derecha el desvío hasta el cercano albergue Camino Norte. Accederemos a la población fronteriza en dirección al centro urbano. Existe la opción de bajar al casco histórico y visitar la iglesia de Santiago, más si es verano y deseamos embarcar desde el puerto hasta Ribadeo. El templo, levantado por el gremio de mareantes, primero fue la capilla que daba servicio al hospital de peregrinos, operativo hasta finales del XVIII. El camino a Ribadeo sigue su curso sin entretenerse, saliendo de la población por la misma AS-31 hasta la rotonda de acceso a la A-8 y al área de descanso. Vamos en pos de ella por la izquierda, llegando a la explanada donde destaca la capilla de San Román, accediendo al puente de los Santos, inaugurado en 1987, para entrar en Galicia. Un paseo peatonal avanza y nos lleva en vilo más de medio kilómetro sobre el gran estuario. A la salida veremos las primeras indicaciones del Camino en Galicia, con la vieira indicando la dirección al contrario que en Asturias. El albergue se encuentra muy cerquita, al pie de la ría. A la salida del gran puente giramos a mano derecha y pasamos por debajo, siguiendo a mano derecha hasta el atrevido alojamiento que domina la desembocadura.