Carácter en la Sala

Bernardo Donapetry, titular de la Sección Octava de la Audiencia Provincial, decidirá esta semana el futuro de la instrucción del caso que ha llevado al ex consejero Riopedre a prisión

Lunes 21 de Febrero de 2011
Carácter en la Sala
Carácter en la Sala. / Mortiner

Gijón, R. GARCÍA

Bernardo Donapetry Camacho (Mieres, 1953), es juez «con todas las consecuencias que esto conlleva». Quienes han trabajado con él, abogados fiscales y compañeros de judicatura, lo definen como una persona «directa, clara y tosca en las formas» dentro de la Sala que preside como titular de la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, a la par que «cercano, humano y considerado» puertas afuera del Juzgado.

Donapetry, el magistrado que ahora tiene en sus manos el futuro más inmediato de la «operación Marea» que investiga contrataciones irregulares en la Administración de Principado, resuelve mil recursos al año a tenor de los datos facilitados por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, pero quizá sea ahora cuando el magistrado se enfrente a uno de los más complejos. Los abogados de los tres encarcelados por esta supuesta trama de corrupción -el ex consejero de Educación José Luis Iglesias Riopedre, de la que fuera su número dos María Jesús Otero y de la funcionaria Marta Renedo Avilés- aseguran que la medida adoptada por la juez instructora del caso, Ana López Pandiella, de enviar a sus clientes a prisión, es excesiva. Los letrados han recurrido también la no inhibición de la magistrada a favor de un Juzgado de Oviedo. El futuro de una instrucción que ha llevado un año de trabajo al grupo de delitos económicos de la Comisaría de Gijón y al Juzgado de instrucción número 4 de la ciudad se encuentra ahora en manos de Donapetry, un juez «con un sentido del humor gallego» según algunos, pero «recto, insobornable y trabajador hasta el extremo» en palabras de otros.

Casado con una abogada gijonesa, padre de una adolescente, y cristiano convencido, este magistrado llegó a la Sección Octava de la Audiencia Provincial cuando el Ministerio de Justicia la creó, en 2001. Desde entonces han sido muchos los casos que han desfilado por la sala de vistas de este tribunal. Durante todas estas audiencias públicas, Donapetry siempre ha querido dejar claro «quién manda aquí». Así, son frecuentes las interrupciones que realiza a los abogados que están interviniendo. «Le gusta que cada uno esté en su lugar, que nadie abuse o intente tergiversar los hechos», asegura un letrado que ha sufrido algún que otro «mazazo» de Donapetry durante un juicio.

Como ejemplo baste una sola frase que el magistrado dirigió a la víctima de una estafa: «Si es usted vidente, ¿no vio que le iban a soplar 20 millones?». Las cosas claras, y el chocolate, espeso, que dice el refrán. Pero ¿se lleva mal Donapetry con los abogados? «Para nada» dicen estos profesionales; de hecho, cada año es frecuente verlo jugando un partido de fútbol con los letrados o disfrutando de la cena de la patrona del colegio en el Club Astur de Regatas. Recto en la sala, cercano fuera.

El Juzgado de instrucción número 5 de Gijón en el que ejerció su profesión, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo en la que pasó varios años y las salas judiciales de otras localidades como Baracaldo, Roda (Albacete), Ourense y Villalba (Lugo) guardan aún la impronta de este magistrado que estudió Derecho «de rebote». Y es que Donapetry proviene de una familia de expertos en ciencia. Este juez había dejado huella ya incluso antes de incorporarse a la judicatura. Los que fueron sus compañeros de clase, e incluso los de su hermano, recuerdan lo buen estudiante «que era don Bernardo», un joven que por aquel entonces aún no tenía ante el nombre el tratamiento que sólo concede una brillante carrera como magistrado en la que ya se suman treinta años tomando decisiones, diez de ellos en su actual puesto, al frente de la sección octava. Este puesto ya le ha dado, entre otras alegrías, el reconocimiento al mérito policial por su labor al frente del juicio de «operación Pípol» en la que estuvieron presentes alguno de los protagonistas del peor atentado terrorista sufrido en España, el del 11-M. Los abogados aseguran que sus sentencias son «entendibles y claras en el lenguaje». En los fallos «se nota», además, «que ha reflexionado mucho lo que va a sentenciar». «Vamos, que no es de aquellos que llegan con la condena puesta de casa», concluyen.

La gran pregunta ahora es ¿qué va a decidir sobre «operación Marea»? De esto poco se sabe. En sus encuentros casuales ante los periodistas en los pasillos del Juzgado o a la vuelta del café que comparte con sus compañeros en la Audiencia, Donapetry declina la posibilidad de hacer declaraciones. «Nada, lo siento» es lo único que los informadores le pueden sacar, eso sí, con una sonrisa. Las estadísticas dicen que fallará a favor de su colega de profesión, la magistrada Ana López Pandiella. Pero como dicen algunos «con Donapetry nunca se sabe».

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