Lecciones de contratación

Las escuchas efectuadas durante la investigación reflejan las artimañas que se utilizaban para conseguir la adjudicación de distintas obras de la Administración regional

Viernes 6 de Mayo de 2011

Oviedo, Pablo GONZÁLEZ

Los «pinchazos» telefónicos que se encuentran en el sumario de la «operación Marea», en la que se investiga una supuesta trama de corrupción en el seno de la Administración del Principado muestran algunas fórmulas utilizadas por los responsables de la Consejería de Educación en el momento de los hechos y de algunos de los empresarios proveedores del departamento que dirigió José Luis Iglesias Riopedre con María Jesús Otero como su número dos. El sumario, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, pone de manifiesto ciertas prácticas para la adjudicación de contratos.

El 25 de marzo de 2010 Víctor Manuel Muñiz, uno de los empresarios implicados en la trama junto a Alfonso Carlos Sánchez, llama a A. A., uno de sus empleados en una de las empresas relacionadas con Igrafo. El diálogo fue así:

«A. A.: -Oye, te llamaba porque acabo de cruzarme por la calle con P.

»Muñiz: -Bien...

»A. A.: -Y me comentó... bueno... Estuvimos hablando otra vez de los temas éstos....

»Muñiz: -Sí.

»A. A.: -Y me comentó que le había pasado ya a María Jesús... eh... Para que nos hiciera ya la propuesta de adjudicación de lo de Avilés, de los del Calderón de la... vamos de lo de (ininteligible) y lo del CAO.

»Muñiz: -Lo sé, lo sé... Lo que pasa es que quiero hablar contigo por la tarde, aprovechando que vas a ir a ver a P., porque nos dan también lo de la obra de la Universidad de Mieres, aquella grande...

»A. A.: -La obra de... ¡Ah, vale!

»Muñiz: -Sí, aquella que calculaste del edificio de investigación planta quinta. Entonces necesito el compromiso tuyo de ir mañana (y) como límite a las nueve de la mañana estés con G. C., porque él quiere pedirte que prepares la oferta de una determinada forma y él luego marcha de vacaciones.

»A. A.: -Bueno, pues nada; no te preocupes, que yo, a las nueve de la mañana, estoy allí. Oye que...

»Muñiz: -Oye, entre tú y yo... Sabemos que nos lo han dado, pero ni comentario, ¿eh?.

»A. A.: -No, no, no, no, no; ni con G. tan siquiera.

»Muñiz: -No, con G. no hay problema, pero bueno, es igual.

»A. A.: -Oye... Otro tema que te quería comentar, que era eso por lo que te llamaba; necesito cogerte más papel comercial para ofertas.

»Muñiz: -Sí... Ningún problema. Por la tarde te lo doy. Ningún problema.

»A. A.: -Porque... Te comento... Están preocupados por el tema de... ya sabes... esos contratos que pasó con lo de Marta.

»Muñiz: -Ningún problema, no te preocupes.

»A. A.: -Y entonces quieren adjudicar una a Ll. (una empresa), otra a nosotros y dos a nosotros. Para que no cante tanto.

»Muñiz: -Vale. Estate tranquilo, que eso lo arreglamos. Hay soluciones. Hasta luego».

»A. A.: -Hasta luego».

El 27 de abril de 2010 Muñiz recibe una llamada de María Jesús Otero, «número de dos» de Educación en aquellos tiempos y en la cárcel desde finales de enero.

«Muñiz: -Sí, buenos días.

»Otero: -Buenos días, Víctor, ¿puedes hablar? Soy María Jesús.

»Muñiz: -Todo lo que quieras, estoy en el despacho. Acabo de llegar. Dime.

»Otero: -Vale. Perfecto. Mira: es con relación al (contrato) negociado éste de Infiesto. Vamos a ver: me dicen que las dos ofertas que superan al que va a ser... no pueden pasar de 236.000 (euros) porque se pasa de lo que se estipula para el negociado.

»Muñiz: -No te preocupes. Las corrijo.

»Otero: -Entonces vamos a ver... mira: la de Nora está bien porque son 199.786 (euros) y las otras tienen que estar por encima de esta cantidad.

»Muñiz: -Pero por debajo de 236.000 (euros).

»Otero: -Eso es. Y me dicen también si podéis cambiar... Porque todo lo que hicimos en Infiesto y en otros sitios de Nora van con las mismas ofertas. Que si podéis poner otras dos... eeeeh... casi mejor. Yo aquí tengo (da el nombre de una empresa).

»Muñiz: -Sí... Es decir, que entonces una sería por Nora. La buena.

»Otero: -Sí, ésta vale. La tengo yo aquí... No tienes falta de cambiarla.

»Muñiz: -Otra la podrías poner por D. (otra empresa).

»Otero: -Vale.

»Muñiz: -Y otra la podríamos poner por M. (otra empresa).

»Otero: -Pues mira a ver, M. la tenemos aquí.

»Muñiz: -La tenéis. Entonces vamos a hacerlo por S.

»Otero: -Bueno, pues mira a ver. De todas formas, el problema es este hombreeeee, José Antonio, que controla cuáles son vuestras».

»Muñiz: -Hum.... Este... José Antonio, el que está en... en... ahí.

»Otero: -Sí, sí.

»Muñiz: -No. De D. y S. no conoce nada. Pero de todas formas voy a hablar con...

»Otero: -Venga, vale, si no conoce, perfecto.

»Muñiz: -De todas formas, voy a hablar con Nora (una empresa vinculada a Igrafo) por si él, aparte de las mías, de D. y S. conociera alguna más... No. Las de D. y S. este José Antonio no tiene ni idea.

»Otero: -Bueno, pues vale, pues entonces nada. Perfecto.

»Muñiz: -Ahora mismo voy a ordenar que lo preparen a lo largo de la mañana.

»Otero: -Vale, muy bien, Víctor. Gracias. Hasta luego».

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