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«Riopedre: -Parece que cometimos un crimen» «Otero: -Calla, calla, no digas nada»

La «número dos» de Educación habla con una mujer «bastante amiga», quien le aconseja poco después de jubilarse que «si estás contenta con tu conciencia, lo que digan nada»

Viernes 6 de Mayo de 2011

Oviedo, E. LAGAR

El día 21 de julio de 2010, quince días antes de que Riopedre presentase su dimisión como consejero de Educación, los policías que desarrollaban la «operación Marea» grabaron la siguiente conversación en uno de los teléfonos móviles intervenidos a María Jesús Otero, «número dos» de la Consejería. Eran las 13.28 horas de la tarde cuando le sonó el teléfono:

«Riopedre: -Tú tranquila, que parece que hemos cometido un crimen.

»Otero: -Calla, calla, no digas nada».

Hasta después de que trascendieran ambos abandonos políticos, en los primeros días de agosto de 2010, no se registra otra conversación telefónica entre los que, varios meses después, serían imputados por la juez instructora Ana López Pandiella, quien echó a andar el caso. En concreto, la primera conversación que se graba entre ambos se produce el día 5 de agosto, justo un día después del abandono del ex Consejero. Ella le pregunta qué tal está. Hablan a las 18.36 horas. Dice que «ya le vio en los periódicos». «Él dice que ya cesa mañana y que hoy han estado aprobando los ceses y nombramientos y el de María Jesús por petición propia». El sumario dice que «también hablan sobre el tema del papel que tiene que firmar para no perder dinero».

Vuelven a hablar el día 9 de agosto y en esta charla, celebrada a las 20.20 horas, Riopedre le pregunta cómo está. «Ella dice que todo bien. Él comenta que está de vacaciones en Isla de Arosa con su mujer, ella está con sus sobrinos y demás familia en Llanes». Y añade el sumario: «Ella pregunta, ¿por lo demás todo bien? El dice, bueno, tirando, como siempre». Una hora después la llama una mujer «bastante amiga». Hablan de su jubilación y dice que ya vio en el periódico a Riopedre aludido como «la mano derecha de Areces». A lo que Otero añade: «Sí, sí, la mano derecha...». La amiga le pregunta si no está contenta por la jubilación. Y la charla sigue así:

«Otero: -Sí, sí bueno, ya te contaré.

»Mujer: -Tú marchas, la verdad que puedes marchar por la puerta ancha.

»Otero: -Bueno, a ver, a ver.

»Mujer: -No, tú, si estás contenta con tu conciencia nada, lo que digan nada.

»Otero: -Está claro, está claro.

»Mujer: -Esto es lo importante, estar contento con uno mismo, oye con la patata que tiene para el año que viene, prepárate, que se preparen.

»Otero:- Sí, sí (ininteligible). Oye, yo sigo estando con la rodilla fatal, ¿eh?».

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