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«Si esta gente nos dice que lo hagamos, hay que hacerlo, aunque sea falso»

Las grabaciones a los empresarios implicados constatan que usaban los encargos al hijo del consejero de Educación como «fuente que nos va a permitir más ventas» - Las escuchas reflejan cómo Riopedre dice a Otero que el equipamiento se reparte «siempre entre Igrafo y Pumarín»

Jueves 5 de Mayo de 2011
«Si esta gente nos dice que lo hagamos, hay que hacerlo, aunque sea falso»
María Jesús Otero. /

Oviedo, Pablo GONZÁLEZ

«El equipamiento (se) reparte siempre entre Igrafo y Pumarín». Así de rotundo se muestra José Luis Iglesias Riopedre, ex consejero de Educación del Principado, en una de las conversaciones grabadas por la Policía incluidas dentro del sumario de la «operación Marea» que investiga una supuesta trama de corrupción en la Administración regional, al que ayer tuvo acceso LA NUEVA ESPAÑA. Riopedre mantiene esta conversación con María Jesús Otero, su «número dos», y en prisión preventiva, en la que le explica cómo será el reparto de las obras y el equipamiento del instituto de Arriondas, destrozado por las inundaciones de 2010. Las grabaciones también muestran cómo Riopedre se interesa por obras de su Consejería en las que puede participar su hijo, propietario de una firma de trabajos geológicos.

Las grabaciones telefónicas realizadas por la Policía de las conversaciones cruzadas entre Riopedre, Víctor Manuel Muñiz -uno de los empresarios implicados junto a Carlos Alfonso Sánchez, propietarios de Igrafo y Almacenes Pumarín respectivamente-, María Jesús Otero, ex «número dos» del consejero o E. I. G, hijo de Riopedre, dejan entrever cómo unos y otros aprovechaban sus relaciones para favorecerse de contratos del Principado. Éstas escuchas arrancaron a finales de febrero de 2010 y se prolongaron hasta finales de agosto del mismo año.

Parte de las grabaciones se centran en la relación entre Riopedre y Muñiz, que se conocen desde hace más de tres décadas. En ellas se recoge cómo Riopedre se interesa por que su hijo, propietario de Geogal, logre carga de trabajo y por las obras en colegios e institutos dependientes de la Consejería en las que se tienen que hacer sondeos geológicos en obras adjudicadas a firmas relacionadas con Muñiz. Es decir, y según consta en uno de los informes policiales que contiene el sumario, se podría deducir «la existencia de tratos de favor a la hora de resolver adjudicaciones de contratos de obras» a empresas como Igrafo y Almacenes Pumarín.

Pero también se pone de manifiesto cómo los empresarios condicionan pagos al hijo de Riopedre como medio de presión. En una conversación entre dos empresarios uno de ellos Muñiz, y otro, A. A., un directivo de una empresa relacionada con el dueño de Igrafo que tiene contratos con el Principado, hablan del hijo de Riopedre. A. A. dice a Muñiz que el hijo de Riopedre llamó para pedirle dinero y Muñiz responde que «ni un duro». A. A. coincide con él y dice que «hasta que no tengan los contratos» que no le entregarán más. Y Muñiz insiste: «Ni un duro, así acelerarán más los procesos». A lo largo de la conversación A. A. afirma: «ya le estuve metiendo caña indirectamente a éste (se entiende que al hijo de Riopedre) para que le diga al padre que pongan en orden todos los demás».

En otra llamada con los mismos protagonistas Muñiz dice que «una ingeniería no está para atender al hijo del Consejero sino para ganar dinero, eso se lo puedo decir al Consejero, pero con María Jesús tengo que ser muy transparente...». Y añade: «Lo que tenemos que hacer es que los costes de E. (el hijo de Riopedre) bajen, prudentemente, porque al fin de cuentas es la fuente que nos va a permitir más ventas. Lo que me pidió el padre es que te sientes con él y pactes lo que tengas que pactar, pero dejarlo por escrito».

Incluso hay grabaciones en las que un empresario dice a tenor de unas obras en centros educativos que «pero le damos el dinero directamente a Ernesto y que no haga nada». Esta posibilidad es bien vista por su interlocutor, que remata: «Si esta gente (se supone que en referencia a María Jesús Otero y José Luis Iglesias Riopedre) nos dice que lo hagamos, hay que hacerlo, aunque sea falso».

El hijo de Riopedre también llama a empresarios. En una charla telefónica, Muñiz le dice a E. I. G. que «yo en su día os hice una factura que no pagasteis, que corresponde a una parte de lo que se hizo en Santiago de Compostela. Esa factura tienes que pagarla, y como me imagino que andarás mal de dinero...». Muñiz le explica que el dinero se lo dará él porque «tú no puedes tener facturas en tu poder sin tener un justificante de que me las has pagado».

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