Posada, pero no dormitorio
La capital de Llanera, a caballo entre lo rural y lo urbano, potencia su carácter de villa de servicios tras la gran transformación urbana de las últimas cuatro décadas
Posada se tensa entre lo rural y lo urbano. Entre el hórreo y la fábrica. En pleno corazón metropolitano de la región, en la Asturias rica, la capital de Llanera ha experimentado una gran transformación en las cuatro últimas décadas. Todo empezó cuando a la centralidad de un terreno excepcionalmente llano se le unieron la mejora de las comunicaciones, la implantación de las primeras fábricas en los grandes polígonos del concejo y el éxodo de población de las aldeas. Fue entonces cuando Posada de Llanera comenzó ese viaje que la llevó de pequeña población tranquila y abierta al campo -congregada en torno a una carretera por la que apenas pasaba un coche y que hasta servía de escenario para el baile festivo- a pujante villa de servicios en la que residen algo más de tres mil personas. En concreto, 3.243 según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese al riesgo más que evidente, la localidad no se limita a hacer de dormitorio para las grandes ciudades de la región. Entre prados y fábricas, mantiene por sí misma las constantes vitales y sus gentes afrontan el futuro con optimismo.
Muchos vecinos llegaron a Posada en los últimos lustros para trabajar en las áreas industriales de Asipo y de Silvota, o para aprovecharse de la envidiable centralidad de Llanera, ubicada a un paso de Oviedo, Gijón y Avilés, donde tienen sus empleos. En la capital del concejo queda una sola ganadería profesional. En cambio, aunque la crisis mantenga el freno de mano echado, la actividad industrial y de servicios no ha dejado de crecer y marca la ruta hacia el futuro: un millón de metros cuadrados esperan por la ampliación de los grandes polígonos. El último informe del servicio estadístico regional señala que el 66,7% de la población de Llanera trabaja en los servicios y que el 18,35% lo hace en la industria. Sólo un 2,16 por ciento se emplea en el sector primario. Con una población de 13.919 habitantes, en el municipio hay en la actualidad 941 personas en paro.
Pero el mismo desarrollo que ya sitúa a Llanera como el segundo municipio de Asturias en renta per cápita, y que le llevó al pleno empleo en épocas de mayor bonanza económica, también pasa factura. El intenso tráfico de la travesía local de la carretera de Avilés (AS-17) atormenta a los vecinos de Posada, sobre todo después del atropello mortal de una menor el pasado agosto. En el camino más reciente, también se ha quedado buena parte de la identidad local. «Esto es hoy mucho más impersonal que hace apenas veinte o treinta años», subraya Abel González, ex presidente de la Coral Polifónica de Llanera y perfecto conocedor de la intrahistoria local, a la que ha dedicado varios libros.
Lo cierto es que el proceso de pérdida de identidad que se ha registrado en muchos pueblos y villas de Asturias durante los últimos lustros ha sido especialmente intenso en esta tierra. Sin vestigios históricos o artísticos de relieve, sólo un puñado de edificios de Posada acumula más de cincuenta años de antigüedad. Son, por ejemplo, el maltrecho cuartel de la Guardia Civil; la plaza de abastos, cuya construcción fue sufragada hace casi un siglo por los llanerenses emigrados a Cuba y que hoy acoge una activa escuela de música, y el bar-restaurante Casa Laureano. También quedan en pie algunos hórreos, situados en lo que se podría denominarse como la Posada antigua, al paso del Camino Real. Ramón Rodríguez Álvarez, bibliotecario de la Universidad de Oviedo y autor de la guía de Llanera publicada por el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), destaca de entre ellos el de Casa Quimarán. Merece la pena.
La iglesia parroquial también es relativamente reciente. Data de 1971. Del antiguo templo salen ortigas junto al cementerio, cerca de Severies, la localidad que junto a Abarrío y Posada componen la parroquia de San Salvador de Rondiella, una de las once que hay en Llanera. «De lo que conocí siendo chaval ya no queda prácticamente nada. Esto dio un vuelco espectacular en los últimos años», comenta el veterano comerciante José Manuel Tamargo, dueño de Casa Rosa, que, en servicio desde 1870, puede presumir de ser el negocio más antiguo de Posada y de Llanera entera. Hoy, dedicado a estanco y ferretería, está regentado por la quinta generación familiar. La capital de Llanera cuenta con una notable actividad comercial, centrada, en su mayor parte, en medianas superficies. El tradicional mercado de los sábados se comparte, en semanas alternas, con Lugo, la localidad más poblada del concejo y con la que Posada siempre sostuvo, y aún lo hace, cierta rivalidad. Sin embargo, esta cita ya no tiene nada que ver con la que se celebraba hace unas cuantas décadas y en la que destacaba muy especialmente la calidad de la faba de la granja local. Un mercado que conoció bien Tamargo en sus años mozos: «Si ahora nos quejamos de que no hay donde aparcar los coches, entonces los paisanos que venían de los pueblos no tenían casi ni donde dejar los burros». Eran jornadas de intensa actividad en las que también tenía gran relevancia la farmacia que regentó hace ochenta años en la calle principal de Posada, hoy avenida de Prudencio González, el abuelo paterno del cantante de Julio Iglesias.
El problema con los burros de hace décadas se reproduce hoy en el centro de Posada con los coches. Cuando se pregunta a cualquier vecino por las necesidades más imperiosas de la localidad siempre salen a colación sacar el tráfico del centro y contar con más plazas de aparcamiento. Fermín Duque está convencido de que se trata de las dos cuestiones «fundamentales» para mejorar la calidad de vida de la población, ya que, según afirma, «en cuanto a servicios tenemos casi de todo». El plan para el desdoblamiento de la carretera, dentro del proyecto general de la Autovía del Acero (AS-III), duerme en los cajones a causa de las dificultades económicas derivadas de la crisis. Sin embargo, son muchos en Posada los que están convencidos de que hay alternativas a ese proyecto capaces de descongestionar el centro y erradicar los riesgos de atropello, especialmente graves para niños y personas mayores. Abel González defiende la construcción ce una variante desde donde empieza el polígono de Asipo hasta el alto de El Merón. «Con eso evitaríamos la mayor parte del tráfico, sobre todo el pesado, porque la verdad es que hacia Avilés hay muy poca circulación y casi todos los coches y camiones salen en dirección a San Cucao, hacia Las Regueras y Grado», subraya González, quien también cita la escasez estacionamientos entre las carencias que aprecia en su localidad natal. «Pero la cuestión es de dónde sacamos el espacio para más aparcamientos», puntualiza.
La necesidad de reducir el tráfico del centro de Posada es compartida por los comerciantes y los hosteleros, pese a que la medida puede incidir de manera negativa en sus negocios. Desde detrás del mostrador de Casa Rosa, Tamargo se muestra de acuerdo con la propuesta de la variante de Asipo a El Merón, aunque reconoce que puede ser contraproducente para la actividad comercial. Entre otras cosas, da por seguro que, por ejemplo, conllevará el cierre de la pequeña estación de venta de gasolina que hay justo delante de su establecimiento y que, en tiempos pasados, fue regentada por su familia.
Mientras atiende a los parroquianos que disfrutan de la partida a media tarde, Ezequiel Fernández, del bar Casa Antonio, frente al parque de Cuno Corquera, también reconoce que para Posada es «primordial» acabar con el incesante tráfico que a diario transita por la avenida que atraviesa la localidad. Eso y más aparcamientos. Además, este hostelero también estima necesarias más actividades festivas en el centro y no parece muy de acuerdo con que la que es considerada ya la principal fiesta del concejo, la de los Exconxuraos, se celebre en el recinto ferial y no en el casco urbano. «Traer los festejos al pueblo es importante para que haya más actividad», señala. Sin embargo, su planteamiento es rebatido por otros vecinos.
Los vecinos ensalzan el nivel de servicios
Dejando a un lado los graves problemas derivados de la carretera, los vecinos de Posada de Llanera se muestran, por lo general, muy satisfechos de la localidad en la que viven. «Siempre se puede mejorar, pero hay que tener los pies en el suelo y la verdad es que tenemos todos los servicios básicos, y alguno más, cubiertos. Esto mejoró mucho a partir de 1983», afirma Vicente Llaneza, ex concejal socialista en el Consistorio, mientras observa una partida de cartas en el céntrico y popular bar Casa Antonio. Si acaso, hay quien echa de menos una mayor programación cultural.
Posada tiene centro de salud, Casa de Cultura, Casa de la Juventud y Escuela de Música, entre otros servicios. Además, en la localidad hay dos parques públicos de cierta entidad que pueden marcar el inicio y el final de ese pequeño paseo que, desde luego, también debe incluir una visita a los hórreos de la parte alta, de la Posada vieja. Uno de estos parques está junto al Ayuntamiento y lleva el nombre del desaparecido escritor Cuno Corquera, autor de la letra del «Cánticu a Llanera», himno del concejo. El otro, el del arroyo Zalandrón, se encuentra ubicado en una de las zonas en las que se ha concentrado buena parte de la expansión urbanística de la capital de Llanera en los últimos años. Dotado de juegos infantiles y de una zona de gerontogimnasia, está dedicado al cardenal Francisco Álvarez, natural de la cercana aldea de Ferroñes.
No demasiado lejos, porque en Posada de Llanera apenas hay distancias, están el polideportivo y el campo de césped sintético que lleva el nombre de Pepe Quimarán. Allí juega la UD Llanera, club heredero de la larga historia futbolística local y que está a punto de cumplir medio siglo de vida. La Escuela de Música, en la antigua plaza de abastos, es un referente regional en la materia. En la misma calle está la Casa de Cultura, con biblioteca, bebeteca y salón de actos. En el ámbito educativo, Posada cuenta con colegio e instituto de Secundaria. El primero ha registrado un notable incremento de matrícula en los últimos años y plantea diversas necesidades. Entre ellas, por ejemplo, cubrir la cancha deportiva o dotar a las instalaciones de un salón de actos y de un comedor de mayor tamaño. El centro de Educación Secundaria es motivo de orgullo local por sus excelentes resultados académicos, que están entre los más destacados de toda la región. Buena prueba de ellos es que el 85 por ciento de los alumnos de Bachillerato aprobó el curso pasado y sólo uno suspendió la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU).
¿Y el futuro? Ramón Rodríguez estima que la privilegiada situación de Posada y de Llanera, en plena llanura del área metropolitana de la región, y entre Oviedo, Gijón y Avilés, casi garantiza por si sola un buen porvenir al territorio: «Soy optimista, las cosas tienen que ir bien por poco que se haga, ya que el potencial es enorme».
La memoria de los «perxuraos»
Posada de Llanera apenas guarda vestigios del pasado. La revolución urbanística de los últimos cuarenta años se ha llevado por delante lo poco que había. Sin embargo, los vecinos se sienten orgullosos de su historia, sobre todo de la rebelión que sus ancestros protagonizaron a comienzos del siglo XV y que hoy se recrea en la fiesta de los «Exconxuraos».
Este festejo toma como base la insurrección contra el Arzobispado de Oviedo que conllevó la excomunión general de todos los vecinos entre 1408 y 1412. Según apunta Ramón Rodríguez en la guía de Llanera editada por el RIDEA, aquel fue un conflicto desconocido en la Asturias medieval y conllevó el cierre de las iglesias del concejo por espacio de cuatro años.
La mecha de la rebelión se encendió cuando Gonzalo Martínez de Oviedo, encomendero del obispo Guillén de Verdemonte, se llevó por la fuerza un buey del hidalgo Gonzalo Rodríguez de Posada. Cansados de los abusos del poder señorial, los de Llanera respondieron con un levantamiento generalizado. La reacción del prelado no se hizo esperar y consistió en la ex comunión de todo el concejo. Pese a la extrema gravedad en una sociedad teocrática como la medieval, la medida no hizo cambiar de parecer a los vecinos, que se mantuvieron en rebeldía durante cuatro años.
Muerto Verdemonte y con Ramírez de Guzmán en el Arzobispado, las partes acercaron posturas. Finalmente, el 31 de julio de 1412 las calles de Oviedo vieron pasar la marcha penitencial de treinta vecinos de Llanera, veinte nobles y diez pecheros. Descalzos, con jubones y sacos ceñidos con cuerdas y candelas encendidas en las manos, asistieron a la procesión, a la misa y al sermón en la Catedral. Después, los «perxuraos», de rodillas, recibieron la absolución con agua bendita, ritos y oraciones.
El Mirador
_ Comunicaciones
El desdoblamiento de la carretera general AS-17, dentro del proyecto de la AS-III o Autovía del Acero, es la obra de comunicaciones que más puede afectar a Posada de Llanera en los próximos años. La crisis económica y las dificultades de financiación acabaron por paralizar una iniciativa que, entre otras cuestiones, permitiría erradicar la mayor parte del intenso tráfico que hoy soporta el centro de la localidad. Según las previsiones, el tramo de la AS-III de Posada a Avilés podría albergar cerca de 30.000 tránsitos al día.
_ Industria y empleo
Los cercanos polígonos industriales de Silvota y de Asipo han resultado claves en el desarrollo de Posada, y de Llanera en general, durante las últimas décadas. Ampliar estos equipamientos es uno de los retos que el concejo tendrá que afrontar en el futuro, de la mano de la Administración regional. Hay una reserva de un millón de metros cuadrados de terreno tanto para los polígonos como para la zona de actuación logística.
_ Vivienda
Aunque con el freno de mano echado, a causa de la crisis, Posada ha seguido creciendo en los últimos años, con expansión, por ejemplo, hacia el parque fluvial del Cardenal Francisco Álvarez. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Llanera prevé la construcción de seis mil viviendas y el equipo de gobierno que preside el popular Avelino Sánchez pretende consensuar con el Ejecutivo regional la puesta en marcha de un plan de vivienda con especial atención a los jóvenes.
_ Servicios
Una de las principales carencias detectadas en Llanera, un concejo que tiene prácticamente cubiertos los servicios básicos, es la falta de un centro de día para personas mayores. Conseguir un equipamiento asistencial de este tipo es uno de los principales objetivos del Ayuntamiento y Posada es una localidad candidata a albergarlo.
_ Seguridad
Ubicado en la calle principal de Posada, en la avenida de Prudencio González, el cuartel de la Guardia Civil reclama a voces una rehabilitación. El Ayuntamiento ya ha realizado algunas gestiones al respecto, pero, de momento, sin mayor éxito.
Artículos relacionados
De La Huelga al Goia
Abel González, autor de varios libros sobre la historia íntima de Posada, descubre los rincones ...
Jugando por el centro
La capital llanerense se ha reconfigurado como una nueva población metropolitana que forma parte ...